Segundo libro de la serie de Narnia, aunque el primero en escribirse. Segundo que me leo, puesto que al ser una obra "importante" le dí otra oportunidad a pesar de que no me dejó nada contento la primera novela de la cual, hay una critiquita por ahí.
A estas alturas ya sabemos que estos libros fueron el Harry Potter de los 50 y 60, que el escritor fue amigo de Tolkien y que era un converso cristiano, y como suele pasar en esos casos, proselitista. Este último dato es importante para Narnia, pues de ahí nace la inspiración para este serie, de la Biblia. Aunque no es una obra ni religiosa, ni con afán de predicación.
Esta novela, escrita para ser leída en voz alta, más que leerla metalmente, cuenta como unos niños huyen de los bombardeos de Londres de la II Guerra Mundial y acaban en una tierra fantástica en la que son sus salvadores profetizados. Si la primera novela bebía del Génesis, esta bebe del Nuevo Testamento, siendo Aslan un evidente Jesucristo. Esta novela intenta explicar un poco (pero sin evidenciar que lo esta haciendo) la figura de Jesús.
Su estilo es fácil y ligero, su lenguaje correcto y sencillo y su tono el de un abuelo que cuenta un cuento a sus nietos, lo cual es bueno, pero la historia no se ha salvado del tiempo. Hoy en día las costumbres han cambiado mucho que esta novela de Narnia ha quedado vieja para los jóvenes actuales. Por eso, estaba en su momento estaba destinada principalmente a preadolescentes, ahora, que estos acceden ya a contenidos más maduros, la edad recomendada es la de la niñez. Me temo (no he hecho la prueba) que a los lectores preadoelscentes (y siguientes) la novela les va a parecer ñoña e infantil, porque como todas las novelas para esas edades, la novela es amable e inocente, donde todo el mundo es bueno, menos el malo. Además tiene una dificultad, que es que refleja bastante bien el mundo infantil anglosajón de hace 50 años, un mundo que ya ni en esa época era similar al español. Los personajes y el tono son tan correctos, educados y formales que ya no resulta atrayente y con el cual los niños actuales no pueden identificarse (objetivo de este tipo de literatura para enganchar al joven lector).
En suma es un libro de fácil y rápida lectura, con una historia sencilla y con mensaje que hoy ha perdido prácticamente todo su encanto.
La edición es bonita, de lujo y con ilustraciones en el interior. Un envoltorio bonito para una novela que ha tenido tanto éxito en este país porque no la conocía casi nadie sino, estoy seguro que no habría sido uno de los éxitos de las recién pasadas Navidades.
Comentarios