Este lo he cogido de la biblioteca de mi barrio, en un mes lo hemos cogido prestado 2 veces. La cogí, porque esta obra se ha erigido como uno de los mejores cómics del siglo pasado, ya que ni el tema, ni el arte de Spiegelman me llama la atención.
Maus relata las vivencias del padre del autor, un judío polaco, durante toda la Segunda Guerra Mundial. Como os podéis imaginar acabó en los campos de concentración. Pero la obra en verdad es un intento del autor, A. Spiegelman, por comprender a sus padres y, por ende, a si mismo. Sobre todo al padre pues su madre murió, ya que, aunque le quiere, no le soporta y no están de acuerdo en muchas cosas. Así, fruto de esa contradicción que es querer a una persona pero no soportar estar con ella surge este cómic. Por eso no es histórico o dramático, sino psicológico.
También lo es porque Spiegelman lo hizo para enfrentarse a su trauma. Él es (o quizás era) una persona atormentada, nos dice que estuvo internado en un psiquiátrico de joven, no podía ser de otra forma al haber sido criado por 2 padres que tenían trastornos psicológicos. La madre, ya antes de la guerra, ya antes de conocer a su marido, tenía tendencias depresivas y el padre, ya antes de la guerra, era un maniático de mucho cuidado. Estos trastornos, naturalmente, los agravó la terrible experiencia del genocidio y el trauma de haber sobrevivido mientras que muchos otros no. Así, una infancia entre personas torturadas (el autor nos explica que su padre gemía siempre al dormir y que pensaba, de pequeño, que eso era típico de los adultos) y la existencia de una barrera entre sus padres y él, erigida en parte porque él no vivió esa terrible experiencia y porque es el hermano menor de un chico que murió en la Segunda Guerra Mundial siendo muy niño, nació el trauma del que surge Maus.
Cómic que no me parece nada del otro mundo y no me ha conmovido. El prota, el padre, me ha parecido un tipo insoportable y antipático y paradójicamente muy cercano al estereotipo de judío del antisemitismo europeo de la época (el cómic deja claro que este sentimiento no era privativo del alemán, polacos, rusos y otras naciones europeas participaban de él y colaboraron en el exterminio). Para terminar me parece que la historia no profundiza nada. Se limita a narrar una serie de anécdotas (sin duda deformadas por la memoria) que cubren toda la Segunda Guerra Mundial pero no intenta explicar nada o mostrar en profundidad una situación así. De este modo Maus parece el típico cuento de los Andersen o de Grimm, un cuento macabro y terrorífico pero sin complejidad o profundidad. La psicología de los personajes nos es mostrada pero nunca explicada y a mi eso me decepciona porque es una renuncia a intentar explicar o al menos detallar el Genocidio. El hecho de que el padre del autor explique su vida como si fuese una sucesión de hazañas (que lo son) en las que triunfa frente a la adversidad porque es muy guapo, fuerte, mañoso e inteligente quita toda posibilidad a un retrato psicológico en profundidad tanto de él como de aquella situación. Aunque sí deja claro que el hombre es un lobo para el hombre cuando hay impunidad o las cosas están muy mal y que los supervivientes dejaron de pensar (si es que lo hacían antes) en la bondad humana, judía y familiar, ya que presenciaron, sufrieron y ellos mismos hicieron actos totalmente insolidarios contra otras personas, otros judíos y otros familiares, pues aquello era un sálvese quien pueda. También muestra lo extraordinario que es el humano que nunca se rinde y desea vivir, pues los internados en los campos nazis (judíos y no judíos) confiaban en sobrevivir y sabían que para hacerlo sólo debían de pensar en ellos mismos, por eso la insolidaridad antes comentada. El padre del autor no fue tan individualista pues, según él, ayudó a mucha gente a sobrevivir, pero muchos de estos actos fueron dictados por un altruismo egoísta, hacía favores para luego poder pedirlos. En fin, todas las implicaciones morales y humanas que encerraron este acontecimiento histórico en este cómic son soslayados para contarnos una historia que ya es archiconocida por medio de la tv, el cine o la literatura y por tanto no revela nada nuevo, sólo cuenta con la novedad de que se trata eso por primera vez en un cómic y con esa aureola especial que da el “basado en hechos reales”. El saber que eso ocurrió es lo que la da fuerza a la obra, porque desde luego lo que cuenta y como lo cuenta no tiene nada de especial, en mi opinión. Aunque todo es por la incapacidad y el miedo (muy comprensible) por parte del autor y su padre de profundizar en aquellos hechos, revisar su posición moral e introspeccionarse.
Por eso el dibujo es simple, tosco y minimal y opta por dioses egipcios (es decir, cuerpos de hombre con cabeza de animal). Es mas fácil para todos el que la historia sea de “animalitos”. De este modo tenemos que cada nacionalidad (y no cada raza) tiene su animal, los judíos son ratones, los alemanes gatos, los suecos alces, los estadounidenses perros, los polacos cerdos (un desliz psicológico? Los polacos no salen bien parados en Maus y el cerdo es un animal despreciado por los judíos), etc. Por su parte, la narrativa es sencilla pero eficaz ya que hace que la lectura sea ágil. Así, esas casi 300 páginas no se hacen pesadas. En fin, un arte que nos hace más digerible la historia. Arte deliberado pues Spiegelman es capaz de hacer grandes cosas, como demuestra la reproducción en Maus de un cómic de su juventud. En aquel luce una creatividad desbordante y una capacidad increíble para plasmar ideas en dibujos. Con un estilo muy sesentero, con un dominio magistral del B/N y una capacidad expresiva alucinante estas 4 páginas son para mi lo mejor con mucha diferencia del cómic y una demostración de lo grande que podría haber sido Maus de no tratar unos temas tan terribles para el autor.
La edición de Planeta esta bastante bien, barata y sólida, pero se hecha de menos un prólogo o artículos sobre esta obra que ha ganado un Pulitzer y que tiene muchísimo prestigio. Esta carencia es tan grande que por ejemplo en esta era de traducciones acojonantes, pensé que el texto estaba mal traducido porque había muchos fallos en los tiempos verbales y siempre se confunde el ser y el estar, pero resulta que no, que no es así. En una pequeña y camuflada nota al principio, la editorial nos hace saber que el padre no hablaba bien el inglés (curiosamente salvó la vida varias veces porque sabía inglés) y de este modo se trataba de simular esos errores linguísticos del padre. Una opción del autor que yo no comparto, pues lo que hace es dificultar la lectura de la historia en vez de darle "saborcillo".
En definitiva, Maus es una aproximación sencilla y superficial a unos acontecimientos que no conviene olvidar pero que, precisamente por eso, es una lectura adecuada para que no ocurra de nuevo, pues es apta para todos los públicos. De todas formas, en mi opinión, es una pena que no profundice y, por tanto, no se pueda extraer muchas lecciones que nos permitan comprender y prevenir no ya hechos semejantes, sino sentimientos que hagan ver a las personas que actos así están bien. Aunque eso no es tarea de aquellos a quienes les tocó esa tragedia. Recomiendo su lectura pero también cualquier otra que hable de este tema porque pienso que es algo que debemos conocer bien todos ya que lo que hicieron los alemanes (y muchos europeos de otras naciones) es humano. Es algo que está en nosotros y pensar en ello como algo inhumano o culpar a la locura de unos dirigentes lo único que hace es distorsionar la realidad.
Comentarios
Nadie que conozco que haya leído Maus en inglés opina ni siquiera parecido a ti. Sobre todo eso de decir que el autor debía darle "saborcillo". ¿Qué te pensaste? ¿Qué se habían equivocado al poner a un personaje a hablar mal y a los otros bien?
En fin, una muy mala reseña tuya; lástima que, me imagino, no tengas el suficiente conocimiento del inglés para leerlo en su idioma original, estoy seguro de que cambiaría tu opinión.
Lo he leido tres veces como quien ve reposiciones televisivas. Y no lo tengo.