Hace tiempo que quería esta maxiserie. En su momento, cuando salió en grapa, no la pillé porque Panini llenó la mitad de la última grapa (por el empeño absurdo de hacer una maxiserie impar una maxiserie par) con autopublicidad. No iba a pagar por eso. La publicidad siempre debe ser gratuita para el cliente final. Preferí esperar a ver la maxiserie más barata en las tiendas de viejo seguro de que iba a encontrarla pues exhibe sin vergüenzas que es mala. Me equivoqué. En las tiendas de viejo está pero no barata, ni siquiera cuando la salida de este tomito era inminente. Así, al final he pillado este tomo, el primero que pillo de un coleccionable Panini, por lo barato que es y porque en el fondo el resto del material del Escuadrón Supremo alternativo lo tengo en tomo porque así salió. Ya sabéis, así o nada. Me arrepiento, nunca un plan que parece perfecto lo es, porque la maxiserie está trufada de splash pages y eso no luce en un tomo, aunque es cierto que estas son del inefable G. Land así que no es grave.
La maxiserie es, evidentemente, una mediocridad clasicota ya que no hace más que seguir una fórmula añeja sin aportar algo. Surgió como una forma de seguir prologando la vida del periclitado supergrupo Escuadrón Supremo alternativo. Lo acababa de dejar colgado Straczinsky, su creador. Así que Marvel le dio un crossover con el, decadente ya, Universo Marvel Ultimate para ver si levantaba expectación de cara a la continuación de la serie, es una de los miembros del exclusívisimo, por poco numeroso, club de buenas coles marvelitas de la primera década del siglo XXI, con un equipo que a ojos de todos era un segundo plato. La mejor prueba de ello es que Panini no ha considerado digno el trabajo de este pues sigue inédito en España más de 4 años después.
En fin, que Ultimate Power nace de una maniobra editorial y por ello es pienso. Lo curioso de ella es que cada parte tiene un guionista diferente. Bendis para el principio, buena elección pues es lo que mejor sabe hacer, Straczinsky para el nudo y Loeb para el desenlace pues se iba a encargar de los Ultimates. La serie a pesar de eso tiene cohesión aunque no despeja la sospecha de que la historia la fueron haciendo los guionistas sobre la marcha. Su peor enemigo es el designio editorial, es decir, la estructura tripartita. Así, el comienzo es demasiado largo, no se necesitaban 3 grapas para establecer el desencadenante. Quizás lo bobo, por endeble, de este, Reed Richards atormentado por no poder "curar" a la Cosa decide enviar sondas a otros universos no para ver si una contrapartida suya lo ha conseguido sino para ver si allí, en la inmensidad del Espacio, encuentra datos que le sirvan para quitarse la espinita, sea idea de Bendis. Sorprende de la parte de Straczinsky lo jocosa que es pues no es su estilo pero se entiende porque por entonces estaba ya de vuelta. A pesar de los chistes su parte es la mejor de la maxiserie y además tiene el añadido de ser una modesta denuncia de que el poder siempre tiene miedo y por eso es hipócrita, mentiroso, manipulador, controlador y agresivo. Lógico pues su serie era una versión personal de Watchmen. Loeb hace un trabajo ligero, sólo mete acción, y fallido, no le da una motivación sólida y seria al supervillano principal, pero trae al Escuadrón Supremo original, un tremendo bonus para mí que desconocía, y administra bien lo poco que tiene.
G. Land es el que da coherencia a la maxiserie. Curioso porque es un "dibujante" cuyo estilo es una especie de collage. Aquí hace un trabajo completo, incluye las portadas, todas terribles, bastante malo pues estaba empezando con su estilo actual. Antes de esta maxiserie en su estilo predominaba el dibujo sobre el calco de fotos descontextualizadas, a partir de esta el predominio pasa a lo segundo. El trabajo de Land es malo porque aún no dominaba la técnica que estaba inventando, tampoco es que lo haga ahora. No tiene muy claro hasta donde debe llegar el dibujo y hasta donde el calco y se ve superado por la dificultad que suponen a la perspectiva, la anatomía y las proporciones el juntar fotos independientes y descontextualizadas. Así, todo el "dibujo" es burdo, torpe, impostado y absurdo, aunque Land es uno de los que mejor dibuja a la Cosa, algo llamativo.
Pues eso, Ultimate Power es malilla pues todo en ella responde a maniobras editoriales, tiene al peor Land posible y sus personajes importaban poco a dos de sus tres guionistas. No es terrible porque tiene buenas ideas, a lo mejor las que Straczinsky tenía para el futuro inmediato del Escuadrón Supremo alternativo, pero Marvel las enlodó al buscar espectacularidad a lo estadounidense: simple y superficial. Mucho personaje (tantos que ni los guionistas ni Land pueden con todos), mucha splash pages, muchos enfrentamientos "espectaculares" (no quedan bien en papel porque la pericia de Land es insuficiente) pero apenas tiene solidez y el final es tan infantil que Ultimate Power parece un cuento.
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