Disparate Pop: Blue Demon contra Cerebros Infernales

Metido a videar todo el cine de zombis anterior a "La noche de los muertos vivientes" es como he llegado a "Blue Demon contra Cerebros Infernales", C. Urueta, 1968. 

El cine de luchadores mexicanos enmascarados está fuertemente inspirado por el Batman premoderno. De hecho, la serie de tv camp de aquel es prima de este cine. Por eso, estas pelis tienen en común una historia simple, rutinaria, maniquea y directa, la violencia como único método para la restauración del orden existente (el cual se conceptualiza como justo), unos villanos coloristas que en general amenazan al mundo y normalmente son enmascarados luchadores, una ideología premoderna y una fantatecnología pop. Otra cosa que tienen en común es que son muy malas. La dirección siempre es pobre y rutinaria, los actores siempre son malos, la producción siempre es cutre y los guiones, además de estar siempre mal hechos, siempre son estúpidos e incongruentes. Todo esto convierte a este subgénero del cine de superhéroes en un despropósito al que nosotros, debido a que somos seres finitos, no nos debemos acercar. Pero BDvsCI es diferente. Es tan mala como las demás pero es digna de videarse porque tiene esa virtud de la torpeza, la simpleza y la tontería de resultar divertida y entrañable, cuenta con la presencia de B. Angely y de A. Martín, tiene una bs festiva y es un disparate pop.

Su argumento es de lo más convencional y, como es un cajón de sastre de lugares comunes sin ninguna ligazón que los cohesione y singularice, está fatalmente narrado, pero los diálogos son genialmente delirantes. Desgraciadamente no os los puedo describir porque son inenarrables pero son una auténtica obra maestra en su género. Diálogos de opereta, jerga fantacientífica demencial, buenismo desencadenado... El diálogo esta tan pasado de rosca que se vuelve inconcebible: -Si sabes lo que yo sé entonces yo también lo sé... -Oh... Estrategia de ping-pong. Pues bien, no me importa nada... -Qué hago contigo? Te descuartizo o te lanzo por la ventana? -No se enoje comigo jefe... -Canallas! Asesinaron a los doctores y ahora toda su ciencia se ha perdido. -No hijita. Sus vidas se habrán perdido pero sus obras perdurarán... -La Ciencia y el Progreso son inmortales. Otros disparates pop de la peli son los personajes que no pintan nada, como el ayudante de laboratorio tullido de los villanos científicos (lo más delirante de este es que el actor que lo encarna se parece al gran V. Price!), y los que,  al no estar justificada su presencia, parecen marcianos. Esta breve lista la culmina el mayor disparate pop de BDvsCI: el cuartel-laboratorio del mal de los villanos  es el decorado de un concurso televisivo! Genial y esperpéntico a la vez. Inigualable e irreptible. Este disparate, al tener proporciones tan colosales, traspasa la delgada línea que separa lo tonto de lo brillante, por lo que debió ser fruto de la casualidad, no cabe otra explicación. Y las secuaces  van ataviadas de azafatas de concurso televisivo con capa y se mueven como tales!

El disparate pop que es BDvsCI lo realzan la pésima dirección y las pésimas actuaciones. La dirección de C. Urueta es monótona, simple, mecánica y funcional, de modo que nunca da con el tono dinámico y disparatado que esta peli pedía a gritos. Si Lazarov se hubiese ocupado de ella ahora otro gallo nos cantaría. Los actores en general son muy malos,pero no por serlo sino por enfocar el tema con seriedad. Así, al estar totalmente fuera de lugar, aumentan la ridiculez de la peli. También las escenas de la disco chirrían pero molan, aunque los bailes pop sesenteros me fascinan. Esa absoluta falta de vergüenza, ese entusiasmo, esa entrega, ese ensimismamiento y esa inocencia me encantan. Y la música es superdivertida! Sin ella la peli no sería tragable.  

Los 2 principales motivos que hacen videable a BDvsCI son, vuelvo a repetir, B. Angely y A. Martín. La 1ª, recientemente fallecida, era una morenaza austriaca que, apoyada en su físico y poliglotismo, iba de actriz en el México de los 60. Su belleza europea, su maneras distantes y serias  de raigambre germánica y su muy marcado y sexy acento magnetizan la pantalla. Su actuación es invalorable dado la ínfima calidad de BDvsCI pero, aún así, es posible decir que no está mal porque encarnó perfectamente a la villana al conjugar con maestría la sobriedad germana con un tono burlón. Así, no parece un mal actor como la mayoría de sus compañeros. A. Martín es la actriz que encarna al otro personaje femenino importante de la peli. Era por entonces una joven menuda con un impresionante rostro de muñeca (qué ojazos, qué boca) y un pelo rojo fuego que brilla en todo momento al contrastar con los colores pastel de los decorados, que en esta peli se gasta unos vestiditos que, al seguir la moda infantiloide típica de finales de los 60 para jóvenes mujeres, resultan mucho más perturbadores en el cuerpo de formas púber de la actriz que los vestidos de colegiala en un actriz porno (aunque el acabose es cuando la Martín se viste de maid). Pero, como B. Angely, no es sólo belleza ya que, al interpretar a su estúpido personaje de modo melodramático, ofrece un trabajo muy digno. Habría sido la perfecta Robin milleriana.

Así, esta peli es malísima pero, precisamente por eso, traspasa la delgada línea que separa lo malo de lo bueno. Lo único que verdaderamente se le puede reprochar es que se toma en serio a sí misma ya que por eso se queda corta. No obstante, la música, el colorido, el pop disparatado, la torpeza, el cutrerío, la audacia de romper la 4ª pared, la belleza y el buen trabajo de sus actrices y los breves, inesperados y escasos destellos de genialidad (el decorado de concurso de tv, la presentación de BD y el arrebato de furia del tullido) de "Blue Demon contra Cerebros Infernales" hacen que sea divertida, y única por irrepetible.