Casi 3 años después de que Norma resucitase la cole nos llega otra entrega. Que no es la última pues este año saldrá en Francia otra (Las marcas de Eliandysse?) y los autores ya hablan de otra más. Parece que tras años de pasar de Percevan, Léturgie y Luguy lo retoman con ciertas ganas.
"Percevan" es una serie de género, Fantasía, para un público juvenil (bueno al menos en el siglo pasado este ya no sé), aunque con un tono más maduro pues sale sexo y el maniqueísmo no es muy radical. Es, pues, una serie industrial. Por tanto, sólo busca entretener. Lo cual consigue, aunque al ser las historias de Léturgie demasiado simples y funcionales para un adulto dejan algo que desear. No obstante recuerdan a las leyendas medievales. Historias cortas, lineales y simples. Así que, para un público un pelín más sofisticado o más exigente los cómics de "Percevan" resultan un poco planos y aburridos a pesar de que son dinámicos. En esta entrega Léturgie continúa con el tono sombrío, los malos ya no van de frente, el humor casi ha desaparecido y suelen morir inocentes, y sigue sin resolver la historia de amor que ha surgido entre Balkis y Percevan. Esta inercia es misteriosa porque estas características, que aparecieron a la mitad de la serie, permanecen sin desarrollar. Es una incógnita la razón por la que Léturgie insiste en estos temas pero no los descongela, aunque parece que en las próximas entregas eso va a cambiar. O quizás no, porque cabe la posibilidad de que estemos ante ese viejo principio por el cual los protas no pueden cambiar. Así pues, aunque esta es seguramente la historia que mejor remata Léturgie, es una lectura insatisfactoria.
Luguy es el gran atractivo de la serie (y el autor más implicado). No es un buen dibujante y su estilo ochentero de raíces setenteras ha envejecido pero, como es un buen narrador, curra mucho (ahora menos que ya no es joven ni tiene ganas de gustar) y su dibujo es dinámico y expresivo da vistosidad y vitalidad a unos guiones simples y bastante previsibles. La pena es que estamos, seguramente ante el Luguy más flojo de toda la serie. Si bien es cierto que tiene como excusa el que esta historia transcurre por parajes desolados. Así, aunque sean de China, no tiene razones para hacer esas viñetas barrocas, imaginativas y espectaculares que son lo mejor de "Percevan". Un error de los autores porque el aprovechar este escenario exótico hubiese compensado algo la pobreza de esta entrega. Sólo hay que ver lo que hizo Luguy en los cómics de esta serie ambientados en Oriente Medio (el espectacular El Arenal del Jerada y el sensual El arcantano negro) para lamentarse de la oportunidad perdida. Por último, aunque en esta entrega el colorista Lecocq está clásico y bien aunque sobrio, se sigue echando de menos el coloreado preinformático.
La edición es el tradicional álbum europeo en cartoné que está en extinción. Aunque tiene mucho valor afectivo para mi, ya que es el formato de mi infancia y de mi adolescencia, la verdad es que el cartoné no es necesario y ahorrárnoslo es significativo (3€). Bueno, según se mire, porque con ese dinero te compras una grapa y ya (aunque te sobra pa pipas). Pero bueno, yo agradezco mucho que se edite por separado y a su tamaño, cosa que cada vez es más rara porque no hemos avanzado nada, hoy, o el cómic tiene forma de libro o no es presentable para el no iniciado.
En fin, como veis por el post, Las tierras sin retorno, entrega autoconclusiva a diferencia de la última, es bastante sosota. Demasiado simple y rutinaria y apenas tiene acción. Por tanto la sorprendente pirueta final no puede alterar el mediocre resultado final. En fin, uno de los álbumes más flojos de la serie. Menos mal que conquistó a muchos jovencillos que si no...
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Saludos! :D