El capitán Torrezno ha vuelto. Yo pensaba que no lo iba a hacer, es que no me entero de na, pero lo ha hecho. Para mi la espera no ha sido tan larga porque ha sido durante el largo parón entre el 6º y el 7º cómic cuando me he hecho con los 6 1º.
Cuando reseñé el último nº dije que la serie había ido de más a menos. Que la complejidad, densidad y la acumulación de misterios estaba lastrando la serie porque eso despistaba y aburría. Afortunadamente este nº no ha continuado la caída. Seguimos igual pero este nº, como es más ligero y no abre nuevos misterios, es más agradable que los inmediatamente anteriores.
En este último nº, S. Valenzuela ha cambiado un poco su estilo. Lo ha aligerado y simplificado un poco. Supongo que son los años y que nadie, salvo si esta loco, puede mantener un ritmo de trabajo tan duro. Así, el dibujo del nuevo ciclo torrezniano es más sencillo y utiliza más el ordenador. Sigue siendo igual, tosco, árido y caricaturesco, pero ya ni es tan detallado ni sus fondos son tan esmerados. Aunque eso decepciona un poco, hay que reconocer que favorece la lectura ya que así no es tan exigente como antes. No obstante, los guiones siguen siendo igual de verborreicos. En ese sentido recuerdan a los de Claremont. Este, en parte, escribía mucho para reafirmarse y hacerse patente en un cómic que no dibujaba, pero en el caso de Valenzuela es por su alergia a las elipsis y la síntesis y por la gran cantidad de ideas variopintas que ha introducido en el ciclo de Torrezno. Lo cual ha hecho de la saga de Torrezno una obra ciclópea e inclasificable.
Esto supone un problema a la hora de reseñar "Las aventuras del capitán Torrezno". Como esta obra es inaprensible y singular es muy difícil hablar de ella ya que no se parece a nada pero hace referencia a todo y es tal su densidad y líneas argumentales abiertas que es imposible intuir a donde se va. En este sentido este último cómic ayuda. No se nos resuelve nada pero la historia avanza, no se plantea nada nuevo y, al tener una estructura clara, permite intuir que la obra es una reflexión sobre el cristianismo que surge de un relato bélico en un mundo fantástico con toques de CiFi elaborado a partir de la bastísima cultura de S. Valenzuela, la cual le permite unir con suprema habilidad lo pop, tanto español como yanki, con la Historia (militar y Antigua principalmente). Por tanto, es una historia rara y extravagente, compleja y misteriosa, desmedida y exigente, alucinante y familiar que se lee con dificultad porque Valenzuela no lo pone fácil ya que su tendencia a lo ciclópeo aturulla.
Las viñetas siempre estan recargadas, ahora menos, sus bocadillos son siempre gordísimos (yo creo que toda la obra de Bendis jamás juntará más letras que "Las aventuras del capitán Torrezno", probablemente ni llegue a la mitad), las líneas abiertas son numerosas, al igual que los pjs, y hay varios niveles de lectura. Todas estas cosas, además de contribuir a demostrar que el Cómic no esta abocado a contar historias simples y maniqueas, hacen que a lectura sea lenta y costosa y más porque Valenzuela es un afrancesado. Es decir, su narrativa es francesa. Por eso este cómic es más grande que los anteriores para consternación de nuestras colecciones. Supongo que el cambio de tamaño habrá sido para que el dibujo respire más y las páginas no esten tan abigarradas. La narrativa francesa supone una media de 9 viñetas por página, todas ellas con al menos un globo bien gordete. Aunque Valenzuela es un narrador muy cinemático y, como español, esta bastante abierto a otras narrativas, así que le cuesta menos que un francés descolgarse con splash page o viñetas grandes. En este cómic menos que en los demás que componen la saga. El resultado es que Plaza elíptica visualmente es más ligero y claro que los anteriores títulos de la aventuras pero la tensión entre texto y palabra es mayor ya que no estan tan proporcionados. Ahora los gordos globos lastran más el ritmo de lectura puesto que las viñetas menos recargadas exigen menos atención. Por eso Torrezno es un poco la antítesis de las obras de Darrow. Pues en la de este son los espectaculares y detallados dibujos los que neutralizan el ritmo vivo que impone la lectura de los escasos y breves bocadillos.
En este último nº, S. Valenzuela ha cambiado un poco su estilo. Lo ha aligerado y simplificado un poco. Supongo que son los años y que nadie, salvo si esta loco, puede mantener un ritmo de trabajo tan duro. Así, el dibujo del nuevo ciclo torrezniano es más sencillo y utiliza más el ordenador. Sigue siendo igual, tosco, árido y caricaturesco, pero ya ni es tan detallado ni sus fondos son tan esmerados. Aunque eso decepciona un poco, hay que reconocer que favorece la lectura ya que así no es tan exigente como antes. No obstante, los guiones siguen siendo igual de verborreicos. En ese sentido recuerdan a los de Claremont. Este, en parte, escribía mucho para reafirmarse y hacerse patente en un cómic que no dibujaba, pero en el caso de Valenzuela es por su alergia a las elipsis y la síntesis y por la gran cantidad de ideas variopintas que ha introducido en el ciclo de Torrezno. Lo cual ha hecho de la saga de Torrezno una obra ciclópea e inclasificable.
Esto supone un problema a la hora de reseñar "Las aventuras del capitán Torrezno". Como esta obra es inaprensible y singular es muy difícil hablar de ella ya que no se parece a nada pero hace referencia a todo y es tal su densidad y líneas argumentales abiertas que es imposible intuir a donde se va. En este sentido este último cómic ayuda. No se nos resuelve nada pero la historia avanza, no se plantea nada nuevo y, al tener una estructura clara, permite intuir que la obra es una reflexión sobre el cristianismo que surge de un relato bélico en un mundo fantástico con toques de CiFi elaborado a partir de la bastísima cultura de S. Valenzuela, la cual le permite unir con suprema habilidad lo pop, tanto español como yanki, con la Historia (militar y Antigua principalmente). Por tanto, es una historia rara y extravagente, compleja y misteriosa, desmedida y exigente, alucinante y familiar que se lee con dificultad porque Valenzuela no lo pone fácil ya que su tendencia a lo ciclópeo aturulla.
Las viñetas siempre estan recargadas, ahora menos, sus bocadillos son siempre gordísimos (yo creo que toda la obra de Bendis jamás juntará más letras que "Las aventuras del capitán Torrezno", probablemente ni llegue a la mitad), las líneas abiertas son numerosas, al igual que los pjs, y hay varios niveles de lectura. Todas estas cosas, además de contribuir a demostrar que el Cómic no esta abocado a contar historias simples y maniqueas, hacen que a lectura sea lenta y costosa y más porque Valenzuela es un afrancesado. Es decir, su narrativa es francesa. Por eso este cómic es más grande que los anteriores para consternación de nuestras colecciones. Supongo que el cambio de tamaño habrá sido para que el dibujo respire más y las páginas no esten tan abigarradas. La narrativa francesa supone una media de 9 viñetas por página, todas ellas con al menos un globo bien gordete. Aunque Valenzuela es un narrador muy cinemático y, como español, esta bastante abierto a otras narrativas, así que le cuesta menos que un francés descolgarse con splash page o viñetas grandes. En este cómic menos que en los demás que componen la saga. El resultado es que Plaza elíptica visualmente es más ligero y claro que los anteriores títulos de la aventuras pero la tensión entre texto y palabra es mayor ya que no estan tan proporcionados. Ahora los gordos globos lastran más el ritmo de lectura puesto que las viñetas menos recargadas exigen menos atención. Por eso Torrezno es un poco la antítesis de las obras de Darrow. Pues en la de este son los espectaculares y detallados dibujos los que neutralizan el ritmo vivo que impone la lectura de los escasos y breves bocadillos.
Así, Plaza elíptica, como las otras entregas, es un cómic difícil y diferente pero muy interesante y sorprendente. Una obra ciclópea salpicada de citas cultas y humor español que combina elementos pop, costumbristas y de género con reflexiones teológicas, humanísticas y sociales que, si bien no exige culturalmente (no hace falta pillar las referencias para entender o seguir la historia), si exige mucha atención. Valenzuela es denso y complejo pero no farragoso o inaccesible. En ese sentido, ahora que caigo, "Las aventuras del capitán Torrezno" son nuestro "Cerebus" pero superficialmente, pues Valenzuela y su obra tienen tanta personalidad y son tan españoles que estas 2 obras sólo se parecen por su ambición, verborrea, singularidad y densidad.
Comentarios
Si tengo que tomar partido por el primer tomo de Cerebus me quedo con Valenzuela. Hasta que me obligué a leerme el primer tomo, por tus reseñas, tenía la idea de que era una especie de Los sueños del Niñato de Gallardo puesto a lo largo y extendido a base de unas tostadas referenciales entre lo histórico y lo literario. Eso era lo que creía por las minireseñas de una revista. Además, unicaqmente conocía del dibujante las historias publicadas en el fanzine astibérrico sinsentido Tos.
Me da que no voy a tener tiempo ni dinero. Creía haber leído que el dibujante descansaría un porrón de años antes de volver a dibujar otro tomo, y no tenía ningún bote preparado. Se me fueron las narices al suelo cuando me propusieron el nombre de Valenzuela desde Brasil, El gabinete del Doctor Salgari, después me he tragué de un soplido la sociedad limitadísima de dos detectives de ruedo celtibérico que resultó ser el fin del mundo. Creo que el marzo pasado, y no he vuelto a reirme con un tebeo desde entonces.
Miedo me da el día que intente escribir una reseña de esta saga muerte de la muerte de la Historieta. Me parece imposible.
Entiendo lo que me dices. La saga de Torrezno es muy cara. Lo cual es una pena porque pienso que la disfrutarías bastante. Sobre todo este tomo. También porque merecería la pena leer una reseña tuya.
Haber si encuentro los otros cómics de este tipo pa leerlos, pero es que este tipo de cómics si no los pillas cuando salen caen en el limbo.
Por cierto que han pasado 4 años entre el 6º y el 7º tomo, pero desde mi última reseña sólo 2.5 años. Quizás por eso se te ha hecho tan rápido.
El de Ariadna editorial creo que eran doce euros, Mortadelo y Filemón sexualizados y espesados por Valenzuela. Logias secretas, museos, poderes extrasensoriales y el fin del mundo a través de unas historietas cortas autoconclusivas enlazadas mediante una entrevista de trabajo en una agencia de espionaje.
Ú, la Grieta móvil
Es un universo muy distinto al de Valenzuela. Pero igualmente tambaleante.