Con motivo de su remasterización "La Naranja Mecánica" (A Clockwork Orange, Kubrick, 1971) se ha reestrenado en algunos cines del mundo entero. Como he tenido la suerte de que algunos de ellos están en la ciudad donde vivo, he ido ha videarla porque, además de ser una de mis pelis favoritas y que a Kubrick sólo se le debe ver en pantalla grande, es la 1º oportunidad que he tenido de verla en un cine. Así que la he videado un poco más de 3 años después de la última vez, experiencia sobre la que un jovenzuelo Lord Pengallan ya balbuceó. Así pues, voy a intentar no hacer otra lo vez lo mismo.
Lo 1º que me sorprende de todo esto es lo que ha pasado con "Saw VI". Si hay alguna peli que ha sido prohibida en el mundo entero durante años, si hay una peli a la que se ha acusado de hacer apología de la violencia, si hay una peli que tiene "bella ultraviolencia" es precisamente "La Naranja Mecánica". De hecho, esta peli en EE.UU. y en el Reino Unido tiene la calificación de, tachán, X! Así que me sorprende mucho lo que ha pasado con esta nueva entrega de Saw, no sólo porque creía vivir en un país donde nadie se molestaba en proteger nuestras infantiles mentes de espectáculos moralmente reprobables, sino también porque nadie se ha quejado, en estos tiempos de catolicismo protesta, del reestreno de "La Naranja Mecánica", ya que es una peli muy irreverente con el cristianismo, pero sí alguien ha salido a prohibir Saw (estoy plenamente convencido de que los que lo han hecho eran absolutamente conscientes de que, obligar a estrenar una peli sólo en salas X en este país, es lo mismo que prohibir su exhibición cinematográfica) y además, sin que nadie lo haya pedido, lo que en esta vaga España nuestra es muy sorprendente. Para mi esto despierta muchos interrogantes. No tuvieron huevos de prohibir una peli que tiene más de 30 años y que se estrenó durante el franquismo? Son tan incultos que ignoran la existencia de esta peli? El organismo protagonista sólo se ocupa de estrenos? Pensaron que la masa, como siempre, es mostrenca, por lo que "La Naranja Mecánica" la iba a ir a ver poca gente (la fui a ver el sábado, 2º día en cartel, sesión 22:15, sala pequeña, 1/3, o menos, del aforo)? Es cierto que "La Naranja Mecánica" es mucho menos truculenta y brutal que las pelis que se hacen hoy (sean de la saga Saw o no), pero es mucho más subversiva, más irreverente y más transgresora que cualquier entretenimiento violento comercial que se hace hoy en día, además de ser Arte. En fin, todo esto refleja, al poner en evidencia la falta de criterio y las ansias mediáticas de algunos que parece que creen que no reciben la atención (y quizás fondos) que se merecen, la inmensa tontería que supone este tema. O bueno, igual es que son unos rebeldes.
Qué es ver "La Naranja Mecánica" en pantalla grande? Simplemente la leche. Es ver otra peli, algo, por otra parte, de perogrullo. La dirección de Kubrick sólo se plasma correctamente en una superficie grande. Sólo allí, su enorme talento y su espectacular y potente dirección son visibles al ojo humano, de forma que el videado cinematográfico es una experiencia bastante diferente al televisivo. Ver a Kubrick, no en grande, sino en el tamaño que él eligió y para el que dirigía, supone ser absorbido por la pantalla, por las imágenes, por la película, supone un tipo de éxtasis, de abandono de uno mismo. Y, como esta es para mi la mejor peli de Kubrick con diferencia, y teniendo en cuenta su BS (la peli es muy musical, prácticamente siempre esta sonando música), tan clásica como excelente, aderezada por unas composiciones de música electrónica, que aún suenan modernas, que potencian la cualidad hipnótica del arte de Kubrick, me ha entusiasmado como nunca y como pocas.
Sólo tras videarla en pantalla grande es cuando uno entiende el poder de la peli, porque fue recibida de esa forma, ya que, en comparación con el videado en tv, es como pasar de ver una persona a lo lejos a verla de cerca o como pasar de ver un cuadro en una foto de enciclopedia a verlo al natural. Es así cuando uno realmente se da cuenta de lo que hizo Kubrick. Del poder de las imágenes. Los títulos de crédito en pantalla grande son soberbios porque su absoluto minimalismo es más plástico que nunca al ocupar todo el campo visual, el 1º plano de la peli, el archifamoso 1º plano del careto de Álex, ahora es cuando se revela en todo su esplendor. Lo mismo que ese maravilloso travelín hacia atrás que lo sigue, porque es sólo así como se puede ver en toda su plenitud la delirante, obscena y machista decoración del bar Moloko. Del mismo modo, es ahora cuando el juego de sombras que preludia la paliza al mendigo es realmente hermoso, cuando la escena de la pelea con la banda de Billy Boy, cuando surgen Álex y sus drugos de las sombras, impacta, y cuando es realmente espeluznante la escena que preludia a la atrocidad que van a sufrir el escritor y su esposa (y por eso todo un referente en este tipo de escenas). Y qué decir de cómo son en pantalla grande las escenas a cámara rápida, las de montaje espasmódico (el videoclip va a llegar!) con el "baile" de los jesucristos a la cabeza, de los travelín, de la pelea donde Álex aborta la insoburdinación de sus drugos con esa majestuosa cámara lenta, de la exhibición de la "curación" de Álex con esa música tan rara y emocionante, de la singular escena donde los conspiradores esperan a que Álex se suicide y del final, mi parte favorita del film, que va desde que el ministro visita a Álex al hospital hasta el fin de los títulos de crédito? De la misma forma, es sólo en pantalla grande cuando se pueden ver ciertos detalles como el de los ojos sanguinolentos que adornan los puños del uniforme de Álex o cuando se puede ver bien cosas como la imaginería laudatoria del trabajo del portal del edificio donde vive Álex y su profanación. Lo mismo pasa con las actuaciones. En pantalla grande es cuando uno se da cuenta de que el oficialillo de prisiones es un hitlercito y que el actor que lo encarna hace una interpretación impresionante o cuando realmente tiene presencia la madre de Álex (un auténtico dibujo animado) o se ve lo pasada de rosca que esta la actuación del actor que hace de escritor, demencialmente histriónica e impactante gracias a la magnífica la dirección de Kubrick.
También es cuando se puede apreciar bien el estilo de Kubrick, estudiar su trabajo. En pantalla grande es cuando las estudiadísimas composiciones hacen su epifanía de forma que el espectador queda impactado por el preciso y sutil trabajo de Kubrick, lo que explica porque su singular clasicismo, a pesar de que es la antítesis del estilo imperante hoy, sigue siendo actual y muy potente. Encuadres maravillosos de composición central, frontal y equilibrada con pocos y poderosos elementos (el minimalismo de nuevo) de resaca Pop que soportan, gracias a su maestría compositiva, los largos planos (mucho más hoy en la era del videoclip, donde pocos planos duran más de 5´´) que son el pilar del estilo de Kubrick. Un estilo que preludia a Greenaway (cada vez este director me parece menos raro) y unos planos que exigen mucho a los actores, lo que hace sobresalir más aún la, más que excelente, épica actuación de M. McDowell, quien no sólo esta espléndido, dinámico, elástico, expresivo, preciso, sino también heroico al aguantar una dirección muy exigente, de forma que resuelve con solvencia la papeleta de ser el elemento imprescindible para el éxito de la peli.
Esta es formalmente soberbia, y eso es mejor que el formol para preservar contra los estragos del tiempo y el cambio de modas. Pero también su fondo sigue estando vigente. Lo cual no debería sorprendernos, no sólo porque siempre la juventud parece perdida y decadente, sino porque es evidente que socialmente apenas hemos avanzado desde el 71 (mismo año que "Perros de paja"). Por eso el retrato de la juventud (fundamentalmente adolescente) sigue siendo exacto, por muy extremo que parezca. La moda particular, la jerga exclusiva, la íntima vinculación con un tipo de música, el comportamiento antisocial y el abismo que los separa de los adultos que siempre, y sobre todo hoy, ha caracterizado a la juventud, están en el film. Por eso no sorprende ni parece exagerado que Álex y sus drugos apaleen un mendigo (recuerden a los que quemaron a una pobre), que violen (sobran ejemplos actuales) o que sean muy violentos después de alcoholizarse y drogarse (recuerden los disturbios de Majadahonda) y hace pensar que nadie debería exagerar con esto, que no es síntoma de ninguna enfermedad social posmoderna. Por otro lado, su critica a la sociedad moderna también vale para la posmoderna como demuestra que el discurso que hace al principio el vagabundo sobre la incivilizada sociedad en que vive sea el mismo de muchos comentaristas-columnistas de hoy y que aparezca la consigna más repetida del período Bush jr, la de que la gente esta dispuesta a intercambiar "libertad por seguridad". Por eso, su critica a la mecanización y la tecnificación de la sociedad y el pensamiento de que todo problema social-humano se puede resolver de forma científica-técnica también es actual. Igual que la que le cae al resultadismo como único objetivo político porque consagra el pasar por encima de lo que nos hace humanos, como nuestra libertad (y para un creyente católico como Burguess es precisamente el libre albedrío lo que nos hace tales), para obtener una estadística favorable, un índice favorecedor o un resultado popular. También critica la irresponsabilidad y la hipocresía social, pues son los mecanismos por los que la sociedad actual (formada por adultos) nunca se considera culpable de lo que en su seno acontece. No es la sociedad que hemos creado la culpable (aunque de acuerdo que la única no es) del comportamiento antisocial de los jóvenes, son ellos mismos. Yo como padre, como educador, como vecino, como persona pública no tengo nada que ver, son ellos solos. No me hacen caso no porque sea un inútil, sino porque son muy malvados, y yo, en eso, no tengo nada que ver, no es mi culpa. Esto es lo que muestran los padres de Álex y el trabajador social que se ocupa de su caso. Todos se desentienden de Álex. Los 1º no sólo dejan hacer a su vástago lo que quiera, sino que no quieren saberlo y prefieren tragarse sus burdas mentiras a discutir, educar o hacer el esfuerzo de imponerse. También es cierto que la peli deja traslucir que en parte es porque ellos están ocupados por su absorbente trabajo (que cada vez, paradojas del progreso, es lo más habitual). Mientras que el 2º se toma su labor como una competición con Álex.
La pertinencia de esta crítica y lo demoledora que es para con la sociedad y los políticos, es la que hace que siga siendo tan subversiva como antaño. Sólo su irreverencia se ha visto templada con los tiempos. Sus burlas al cristianismo (quizás en Burguess demostraban el extremo vandálico al que había llegado Alex) me parecen las más destructoras que hay. Esos jesucristos escandalosamente desnudos y con el puño en alto (por lo visto imagen de la portada de "El Anticristo" de Nietzsche) que bailan gracias al montaje, me parecen más irreverentes que cualquier utilización de la iconografía cristiana para fines laicos, la fantasía de Álex latigando a Jesús (dios) es la fantasía de poder definitiva, además de ser lo más anticristiano concebible, y la reseña del Antiguo Testamento como un libro de sexo y violencia me parece una sátira demoledora. Por eso la visión positiva del cura, es el único que habla en contra de la técnica Ludovico, no compensa la demolición que hace Kubrick del cristianismo. Otro aspecto escandaloso que ya no lo es como antaño, aunque a diferencia del anterior, no es porque ya poca gente le tiene respeto al objetivo de la burla, sino porque el tema se ha normalizado, es el sexo. "La Naranja Mecánica" es la peli más procaz de este director. Las referencias sexuales, sobre todo a la polla (que alcanzan el sumun en la escena de la polla de porcelana), son una constante y, además, el sexo consentido se muestra de forma muy festiva (ahí esta el trío a cámara rápida con esa cachonda BS, genialísima forma de rodar eso). Lo único que perturba un poco en este tema es la desinhibida exhibición de vello púbico porque, como la metrosexualidad lo ha desterrado, resulta un poco chocante su videado.
Burguess se quejó de que el final de la novela, donde Alex veía su error y se enmendaba, no es el de la peli. A mi me parece bien, pues la peli es de Kubrick. Es decir, él no era un autómata adaptador, sino un autor contándonos su lectura y buscando, en el libro de otro, un mensaje propio que trasladar. También porque me parece mejor, seguramente porque ni soy Burguess ni soy cristiano. El final, sin moraleja, cínico, poco alentador, desesperanzador, carga destructora anulada por la festiva y entusiasta fantasía de Álex donde se regocija en su humanidad con que termina la peli, me parece más realista y creíble. Además creo que este tipo de finales son más efectivos que los inverosímilmente edificantes, pues estos no son más que soma.
Por tanto, "La Naranja Mecánica" es visualmente insuperable y cuenta con unas actuaciones fabulosas, una BS perfecta y una historia crítica e interesante que más que de CF es de Ficción. Pues, aunque la novela se desarrolle en una Inglaterra que nunca ha existido, no hay en ella ningún elemento que se pueda considerar futurista o distópico. Es una parábola social, una alegoría pertinente de la sociedad actual (es escalofriante que nos clavasen hace ya casi 40 años). Por tanto, creo que ya deberíamos ir sacándola del saco de la CF porque el tiempo ha demostrado que no es donde debe estar esta POM, este peliculón, este clásico que, a diferencia de otros, sigue vigente y espectacular gracias a uno de los estilos cinematográficos más poderosos que el Cine ha visto.
Comentarios
Sobre lo de Saw, me parece extremadamente peligroso, a ver en que acaba la cosa, pero sería un pesimo precedente.