Hace tiempo que algunos estan enzarzados en disquisiciones sobre como acercar el Cómic al público y eso ha acabado en discusiones sobre formatos y, sobre todo, precios. Pero creo que lo importante no es eso. Por muy barato que sea un cómic, este nunca va a poder superar el desprecio y el prejuicio del público hacía el Cómic (e incluso por eso mismo, porque las mentes sencillas relacionan el valor material con la bondad). Esa es la gran barrera que impide que el Cómic vuelva a ser algo de masas. Hoy en día, se esta mejor que hace 20 o, incluso, 10 años, porque este es algo menos oscuro y menos denostado. Pero el público le sigue sin ver con buenos ojos, sobre todo al género superheroico que es, aún, el más importante y visible en España. Hace poco un artículo en El País (levemente interesante) se hablaba sobre el superhéroe y como este conecta con el arquetipo ancestral del héroe. En sus comentarios podemos ver perlas que nos recuerdan que los prejuicios a los superhéroes parecen casi atemporales y suponen una sólida barrera para que la gente los vea como lo que son, productos de entretenimiento pop, que aunque inevitablemente son portadores de unos valores concretos, eso no es lo importante en ellos, ni definitorio, ni siquiera lo más evidente. Aunque sí se observa más conocimiento de causa que antaño, estoy seguro de que a los más veteranos del lugar estos comentarios os sonarán mucho.
Lo peor de los superhéroes es la falsa percepción de su público, que cree que luchan por la Justicia. Pregunto ¿la de quién? Sólo sirven para reivindicar al status quo. Si se fijan en la película "Batman Beging", la anterior a la del Guasón, se darán cuenta de que Bruno Díaz sólo defiende lo suyo, es el verdadero dueño de la ciudad Gótica, emula perfectamente a un Carlos Slim, controla todos los mercados y la tecnología de la muerte. Es el auténtico representante de una multinacional. Igual Superman, defiende por el mundo los desgastados valores norte americanos, los cuales no son comunes a todos los países. Solo les falta defender a los banqueros creadores del hambre y la miseria que hoy nos gobierna.
Los comics de superhéroes son tonterías para un público infantil, independientemente de la edad que tenga. Son tan trascendentales y aportan tanto a nuestra cultura como el fútbol o la fórmula uno, Sólo que éstos últimos, al menos, están bien circunscritos en su sección de deportes y fuera del espacio de cultura. No había ningún otro artículo en el que enfocarse en la sección de cultura? Qué tipo de periódico es éste?
CalderonAdemás el artículo tiene otra carencia: la de ignorar el lado fascistoide de todo superhéroe. Como muy bien apunta Leon en el comentario 20, los enmascarados son maniqueos, conservadores y protofascistas, algo que vio muy bien Alan Moore en "Watchmen", y de eso no se dice nada en el artículo. El superhéroe es hijo de esos EE.UU. seguros de su fuerza bruta (son la gran superpotencia) y confiados en arreglarlo todo con la violencia. La esencia del superhéroe no se sostiene por ningún lado (aunque pueda servir de marco para muy buenas historias).
Ricardo Bastillo
Ricardo Bastillo
EduP y Daniel R, he escrito un comentario diciendo lo mismo, aunque con palabras más duras. Los superhéroes legitiman este status quo, son maniqueos, conservadores, protofascistas... son un brazo más de la sociedad de consumo y un arma de docilización masiva... Pero no lo han publicado. Qué esperar de un periódico ex-progre en el que este artículo sale en su página de entrada y hay que rebuscar para encontrar algo sobre la muerte de Volpi... A mucha gente le interesa que consideremos a esta bazofia cultura y la consumamos, consumamos, consumamos. Qué vergüenza.
Se olvida de que estos personajes ultramusculosos y de trajes ajustados tienen tanto éxito también porque apelan a la homosexualidad latente de gran parte de sus lectores, a los que encanta verlos en posturas exhibicionistas y haciendo alardes de macho duro.
Calderon
Intenté hacer un esfuerzo pero, la verdad, los superhéroes son un fenómeno anglosajón nacido de su payasa visión del mundo dividido en buenos y malos. Y a partir de ahí claro, el mal se destruye con violencia, siempre. Aburre y no, no los necesitamos. Son la vision del siglo XX, de la confrontación, los superhéroes son la antítesis de la globalización pq, aunque ahora sean multiraciales, siempre dibujan una línea muy clara entre nosotros y "ellos".
Daniel R
Comentarios
Impacientes Saludos.