El problema de Tintín en el Congo es que se ríe con el imperialismo en vez de reírse de él o criticarlo, pero al meterse con ese cómic no hay que olvidar que es surrealista y brutal, la sutileza, el realismo y la bondad no están presentes en él. Como todo producto de su tiempo, no es consciente de lo que hace. Hergé no era-fue imperialista, tampoco racista (véase Las joyas de la Castafiore y si bien está claro que ni África ni los negros le interesaban, nunca dejó de dibujarles de forma más caricaturesca que a los otros, denunció en Stock de coque el tráfico de esclavos que aún practicaban los árabes con los africanos negros con la permisividad de los occidentales pues aquellos eran súbditos de franceses e ingleses y el Mar Rojo lo controlaba EE.UU.). Por eso esas escenas de la siguiente aventura, Tintín en América. Y eso no es todo, también las hay en las siguientes, El Loto Azul y La oreja rota. En estas de nuevo Hergé denuncia al imperialismo inspirándose en hechos contemporáneos. Tintín en América es de 1931 pero aquí vemos la versión definitiva/arreglada de 1946. Como en el anterior los arreglos no son esenciales por lo que el sentido del humor y lo que ocurre en el cómic tienen que ver más con el Cine Mudo que con la posguerra mundial. Tintín va a Chicago a combatir a los gangsters; en 1931 eran una violenta y sorprendente novedad. Así, además de pintar a EE.UU. (Tintín no va América sino allí) como un lugar carcomido por el crimen organizado, lo dibuja como un estado donde los blancos por un lado atropellan los derechos de los no blancos, y por el otro linchan antes que enjuician. Y esto no es una cosa extraída del Cine. Que en 1931 el EE.UU. blanco todavía linchaba, sobre todo en el Sur, a todo el que pillaba, sobre todo si no era anglosajón. O sea, hace ni 100 años, los estadounidenses de origen germano todavía linchaban a verdaderos americanos, a negros, a mediterráneos y a judíos (y así hasta 1970). Así pues Hergé era capaz de ver y criticar, lo que pasa es que entonces (en los 30) era un joven provinciano que trabajaba para una revista nacionalcatólica y por lo tanto la conclusión de sus obras siempre tenía que ser: cómo Bélgica ningún sitio. Por eso el sufrimiento de los verdaderos norteamericanos provocado por el imperialismo era capaz de verlo pero no el inhumano imperialismo belga (más comedido que el regio). En el fondo se informaba de EE.UU. pero no del Congo. Finalmente, para redondear esto, cuando Tintín se publicó en EE.UU. por 1ª vez en 1959 (o sea, no hace ni 60 años) el editor estadounidense obligó a Hergé a quitar a todos los negros que compartiesen viñeta con blancos (lo cual acabó con todos; comparen El cangrejo de las pinzas de oro en B&N y en color), y a eliminar las viñetas donde se bebía alcohol, pero no publicó ni Tintín en el Congo ni Tintín en América porque al público estadounidense en plena histeria estadounidense antiCómic y mentalmente incapaz de pagar el precio de una buena edición de cómic (unas 6 veces más que una grapa de la época) le dio rápidamente la espalda a la creación de Hergé. Por eso, aunque se podía leer a Tintín en inglés gracias a los ingleses, tuvieron que pasar 12 años para que otra editorial yanki (en 1962 se había terminado la aventura) lo publicase de nuevo en álbumes. Desde 1966 se serializaba, esta vez con algo más déxito, pero con las mismas condiciones. Así, en 1973 (hace menos de 50 años), para la publicación por 1ª vez en "América" de Tintín en América, Hergé se negó a moderar su retrato del estadounidense blanco (era el momento en que las protestas de los indígenas norteamericanos estaban en su cénit), pero no tuvo inconveniente en quitar a los negros que compartiesen viñeta con blancos (bien es cierto que por ejemplo por aquel entonces ya en Marvel había negros y blancos juntos y revueltos). No sé qué pasó con Tintín en el Congo pues con esa medida es ilegible. Me imagino que se dejó para el final.
Una cosa personal. No he podido resistirme. Así también veo yo a los que van demasiado lejos con este tema.
Comentarios
Por el otro Tintín no es un cómic confesional. Si no hubiera sido imposible su éxito internacional. La visión de Hergé de EE.UU. no toca la religión. Tras leer "Tintín en América" te enteras que es un estado sin ley lleno de empresarios sin escrúpulos pero no sabes nada sobre el aspecto religioso del mismo. No sé ve el ateísmo por ninguna parte y tampoco el vicio. Lo que pensaba el cura que dirigía a Hergé es que EE.UU. era un lugar vulgar y deshumanizado por haberse vendido al capital. La idea que dices me parece a mi que es de los 30 ya que es al final de esa época cuando se impone el célebre Código Hays para frenar la "amoralidad" de las películas que hacían pensar que el país estaba pervertido, y cuando el Crack de 1929 había hecho los suficientes estragos como para que hubiese muchos anticapitalistas. En fin, la Europa de Entreguerras era un lugar todavía bastante tradicional, Antiguo Régimen, y por eso los conservadores pensaban que era mejor que los modernos URSS y EE.UU.
De todos modos, ya en los años 1930, en Estados Unidos sus medios de comunicación eran capaces de ejercer crítica sobre su propia sociedad. Película Furia del director Fritz Lang con el actor Spencer Tracy, del año 1936.
En cambio, ¿qué pasa en Europa? ¿qué pasa en Bélgica? ¿Todo era una bañera de agua de rosas? Pues ahí cogea Tintín, que es capaz de ver errores graves en la URSS o en los Estados Unidos o en América Latina... pero no los ve en Bélgica.
Si en “Tintín en el País de los Soviets” se había intentado realizar una crítica al sistema comunista posrevolucionario, la intención de Hergé para "Tintin en América" fue atacar la obsesión norteamericana por el dinero y la tecnología, el consumismo, la eficiencia, la automatización, el taylorismo y la trivialización de la condición humana dentro del sistema económico. Hergé caricaturiza parte del American Way of Life en escenas como la de Sliftsont, una parodia de las auténticas plantas de procesamiento de Swift & Co, empresa cárnica sobresaliente en el campo de la automatización industrial.
Pero además de presentar una sociedad consumista dominada por gangsters despiadados e industriales sin escrúpulos, “Tintín en América” deja espacio para una visión generosa del mundo, por ejemplo dando una interpretación de los indios mucho más benigna que de los abusivos blancos. El tema nativo especialmente, era algo que Hergé había querido tratar desde hacía mucho tiempo. Los boy scouts, movimiento juvenil al que había pertenecido Hergé de 1918 a 1930 y por el que siempre sintió un profundo afecto, habían recibido una gran influencia en su filosofía de parte de los indios americanos en lo que se refiere a su capacidad para vivir al aire libre y su respeto por la Naturaleza.
Naturalmente, dio igual que Hergé pusiera a Tintín de parte de los indios y en contra de los especuladores –blancos- petrolíferos. Dispuestos a ignorar el contexto histórico, social y cultural, han existido colectivos –algunas asociaciones indias incluidas-que han venido acusando a Hergé de racista olvidando que, de hecho, su visión del pueblo nativo resultaba mucho más progresista que la presentada por innumerables novelas, comics y películas contemporáneos.
Enhorabuena por el artículo, que tiene datos muy interesantes sobre los impedimentos a la edición y la censura en el "país de la libertad".