Este cómic se me pasó en su momento porque no sabía que tenía que ver con Clandestine, la creación de A. Davis. Ese título es absolutamente despistante. El tomo en cuestión incluye 3 anuales del 2012, un especial de 1990 y una historia corta de 1989. Los 3 1º están interrelacionados pues forman un relato que continúa las peripecias de los Destine y permanecían inéditos, mientras que el especial, protagonizado por Lobezno, y la historia corta, protagonizada por Hulka y guionizada por Claremont, ya fueron publicados en su momento (de la última estoy absolutamente seguro porque la tengo en una grapa de la cole de la prima de Hulk) y no tienen nada que ver con Clandestine. Por qué la mezcla? Había que engordar el tomo porque por COJONES tenía que editarse en 100% Marvel? La verdad es que es una decisión editorial incomprensible por sí misma. A santo de qué engordar un tomo con material añejo que no tiene nada que ver con la parte del león? En fin.
Leyendo Clandestine es inevitable preguntarse cómo es que Davis no se ha ido con sus juguetes a otra parte ya que en Marvel no cuajan. Quizás sea tema de contratos, aunque a mi me parece que se debe más bien a que el inglés quiere que sus criaturicas formen parte del "inmortal" cosmos de Marvel. Sea como sea, es una pena que Davis no tenga el complejo autoral de Moore o Miller o la ambición y la cara dura de Morrison que le permite ser a la vez hombre de empresa y autor independiente. Está claro que cualquier editorial hubiera recibido los juguetes de Davis encantado, tanto DC como las pálidas imitadoras de las editoriales mainstream. La creación del inglés es interesante y carismática y él es uno de los mejores dibujantes del medio desde hace casi 30 años, pocos se han mantenido en la cumbre durante tiempo y han sabido administrarse tan bien, por lo que ambos son un activo muy goloso en un negocio que tiene muy pocos. Así que es una pena que Davis no tenga ínfulas de autor porque su creación, a pesar de ser interesante y tener mucho potencial, no triunfa en Marvel y por ello la hemos leído a trancas y barrancas, una serie regular truncada en 1994, una miniserie con la Patru en 1998 y otra miniserie en el 2008.
Creo que los Destine no han triunfado en Marvel a pesar de Davis porque lo que tienen de personal no encaja con los gustos de la mayoría de los seguidores de esa editorial. Son ingleses y no son superhéroes, tanto porque se ocultan y no usan sus poderes altruísticamente como porque son seres de Fantasía, el género favorito del inglés, y no de Ciencia Ficción, así que salen un poco de lo que triunfa de Marvel, que son cosas de superhéroes. Que aproximaciones parecidas a ClanDestine como los inhumanos o los eternos, todos alienígenas y no canónicamente superheroicos, tampoco hayan triunfado sugiere que los tiros van por ahí.
Quizás también ha jugado su papel el que Davis sea tan buen autor como convencional y superficial es. Lo que él ofrece siempre es entretenimiento puro y duro. Juega con los argumentos y estereotipos del pop moderno pero sin ofrecer nada nuevo o profundizar. Por tanto, aunque es un gran narrador y tiene algo de humor, sus relatos siempre quedan algo sosos al ser demasiado correctos y convencionales. Así, pudiera ser que los Destine no cuajan en Marvel porque Davis no quiere ir más allá de entretener un rato como los cómics de cuando era niño, cuando la situación no es la de su infancia. Hoy hay demasiada competencia, mucha experiencia y los lectores no son niños, ni siquiera adolescentes. Así, aunque Davis se monta aquí, como siempre, una buena historia que se adapta bien a sus invitados, el rollo temporal para los 4F, la acción para DD y la lucha final para Lobezno, de modo que tiene diferente tonos, por ejemplo el anual de DD tiene menos diálogos que las otros, que juega muy bien con los clichés poperos y que mantiene el misterio recurriendo a los siempre confusos viajes temporales y a una ambigüedad tan calculada que ni los lectores ni los personajes saben a ciencia cierta qué ha ocurrido, la cosa no termina de cuajar por excesivamente correcta. Poca emoción y poca singularidad. No importa saber contar a la perfección si uno cuenta cuentos trillados. No obstante la peor pega de los anuales es que prostituye un poco a los personajes Marvel. El clan Destine es el invitado pero sus anfitriones, La Cosa y la Antorcha Humana, DD y, menos pero sigue contando, Lobezno, son sus comparsas. Incluso Extraño, que ejerce aquí de Virgilio para los lectores y por ello sale en los 3 anuales, es un mero secundario. Un testigo casual de una movida familiar.
Quizás también ha jugado su papel el que Davis sea tan buen autor como convencional y superficial es. Lo que él ofrece siempre es entretenimiento puro y duro. Juega con los argumentos y estereotipos del pop moderno pero sin ofrecer nada nuevo o profundizar. Por tanto, aunque es un gran narrador y tiene algo de humor, sus relatos siempre quedan algo sosos al ser demasiado correctos y convencionales. Así, pudiera ser que los Destine no cuajan en Marvel porque Davis no quiere ir más allá de entretener un rato como los cómics de cuando era niño, cuando la situación no es la de su infancia. Hoy hay demasiada competencia, mucha experiencia y los lectores no son niños, ni siquiera adolescentes. Así, aunque Davis se monta aquí, como siempre, una buena historia que se adapta bien a sus invitados, el rollo temporal para los 4F, la acción para DD y la lucha final para Lobezno, de modo que tiene diferente tonos, por ejemplo el anual de DD tiene menos diálogos que las otros, que juega muy bien con los clichés poperos y que mantiene el misterio recurriendo a los siempre confusos viajes temporales y a una ambigüedad tan calculada que ni los lectores ni los personajes saben a ciencia cierta qué ha ocurrido, la cosa no termina de cuajar por excesivamente correcta. Poca emoción y poca singularidad. No importa saber contar a la perfección si uno cuenta cuentos trillados. No obstante la peor pega de los anuales es que prostituye un poco a los personajes Marvel. El clan Destine es el invitado pero sus anfitriones, La Cosa y la Antorcha Humana, DD y, menos pero sigue contando, Lobezno, son sus comparsas. Incluso Extraño, que ejerce aquí de Virgilio para los lectores y por ello sale en los 3 anuales, es un mero secundario. Un testigo casual de una movida familiar.
Para mi lo importante de esta historia es que parece ser un renovación de Clandestine. La historia cierra un tema que flotaba desde el principio, Vincent, y abre otro tema. Dije arriba que los Destine no son superhéroes y ese es el tema de este relato en 3 partes. Davis enfrenta a seres con poderes que pasan de todo con seres con poderes con complejo de héroes y termina con que Clandestine acaba cambiándose de acera. Aparentemente ya que el final es bastante sutil: no queda claro pero parece que todo es una movida planeada por Vincent para empujar a sus hermanos al superheroísmo para que contribuyan a arreglar el mundo. Algo sorprendente para quien no concibe el Tiempo, por qué mejorar el presente de sus hermanos y no el pasado cuando la esclavitud, la tiranía del cristianismo y la parca tecnología hacían la vida más dura, violenta e injusta de lo que es ahora? Es el problema de combinar clichés sin pensar demasiado. Así pues aquí Davis aclara el tema de Vincent y para compensarlo crea uno nuevo, que en cierta forma es una evolución, que probablemente significa que los Destine perderán una de sus singularidades, al menos el pasar del mundo pues seguramente sigan queriendo permanecer ocultos. Esto sugiere que Davis tiene más planes para su poco afortunada creación, pero estamos en el 2015 y no se sabe nada. Las aguas están muy revueltas ahora, pero también el inglés no tiene todo el tiempo del mundo y la cosa no parece que se vaya a estabilizar a corto plazo.
Con estos anuales me hubiera bastado y sobrado pero el tomo incluye, como saben, un especial de Lobezno y una historia-chiste de Claremont y Davis. La gracia de la última surge de enfrentar al superhéroe con el civil y lo superheroico con lo real. Hoy no es gran cosa a pesar de que Davis se luce, pero en su momento era original y es testimonio de una frustrada evolución del género hacia la comedia ligera pues después de Watchmen nadie era capaz de tomarse en serio a los superhéroes. Moore había revelado que ya no había niños leyéndolos y que el orden tradicional había desaparecido. Respecto a la historia de Lobezno decir que se parece a su anual. En ambas Lobezno se enfrenta a una criatura mística de inmenso poder que quiere poseerlo. Parece que Davis ve en Lobezno al hombre olímpico al combinar, no sin tensión, al buen salvaje con el héroe y el mutante, esto último a la postre lo importante: debido a que su capacidad de autocuración lo hace virtualmente inmortal, es el contenedor perfecto para una criatura inmaterial para quien la vejez y la muerte son conceptos incomprensibles y por ello intolerables. 20 años y algo después y Davis sigue siendo el mismo tal y como delata su inalterable maestría narradora y su estilo. Ni un ápice ha cambiado la forma de dibujar del inglés, sólo se ha refinado y aprendido a administrarse. Esta historia especial de Lobezno inspirada en los wendigos y en el Yeti (la raza mística resultante creo que Davis la usó luego en Excalibur) tiene ligeros ecos de Akira y es entretenida y convencional, por ello llena de clichés (lo natural-carne es siempre guay, la comunidad es mejor que el individuo, el canibalismo es malo y al final todo es violencia y asesinato, no importa lo "evolucionado" que se esté), donde como siempre el hábil autor inglés no saca todo el partido posible a la historia por quedarse en lo correcto. Tampoco el rollo místico encaja con Lobezno.
Naturalmente todo el tomo está magníficamente dibujado por Davis con el plus añadido por Panini de poder contrastar el antes con el después. De joven Davis era más realista, se atrevía con todo y su narración era muy clásica, siempre viñetas con forma de polígono regular de 4 lados, y de mayor es apolíneo a pesar de que es uno de los pocos dibujantes del mainstream capaces de dibujar la gordura, la vejez y la mediocridad física, ha reducido su repertorio de poses y gestos a los imprescindibles, que dibuja perfectamente y de memoria, con lo que se pierde espontaneidad y audacia, y su narración se ha enriquecido, sigue siendo clásica pero ahora también usa polígonos irregulares de 4 lados y triángulos además de que recurre mucho más a la diagonal. Así pues tenemos que en lo fundamental Davis se ha mantenido congelado. Siempre la misma excelente calidad, cosa que tiene su reverso tenebroso en que siempre dibuja los mismos rostros y las mismas poses.
Pues eso. Un tomo entretenido, cuyo traductor y rotulista insisten en escribir armonía con h, y muy bien dibujado que por desgracia no explota. Un autor sobresaliente y un concepto original y con potencial se apoltronan ofreciendo lo mismo de siempre. Ojalá a Davis le diese por salir de su zona de confort. Qué pena que teniendo suficiente talento para superar lo burgués no haya querido hacerlo.
Naturalmente todo el tomo está magníficamente dibujado por Davis con el plus añadido por Panini de poder contrastar el antes con el después. De joven Davis era más realista, se atrevía con todo y su narración era muy clásica, siempre viñetas con forma de polígono regular de 4 lados, y de mayor es apolíneo a pesar de que es uno de los pocos dibujantes del mainstream capaces de dibujar la gordura, la vejez y la mediocridad física, ha reducido su repertorio de poses y gestos a los imprescindibles, que dibuja perfectamente y de memoria, con lo que se pierde espontaneidad y audacia, y su narración se ha enriquecido, sigue siendo clásica pero ahora también usa polígonos irregulares de 4 lados y triángulos además de que recurre mucho más a la diagonal. Así pues tenemos que en lo fundamental Davis se ha mantenido congelado. Siempre la misma excelente calidad, cosa que tiene su reverso tenebroso en que siempre dibuja los mismos rostros y las mismas poses.
Pues eso. Un tomo entretenido, cuyo traductor y rotulista insisten en escribir armonía con h, y muy bien dibujado que por desgracia no explota. Un autor sobresaliente y un concepto original y con potencial se apoltronan ofreciendo lo mismo de siempre. Ojalá a Davis le diese por salir de su zona de confort. Qué pena que teniendo suficiente talento para superar lo burgués no haya querido hacerlo.
Comentarios
Y lo de las faltas de ortografia en los comics deberían cuidarlo más, que es muy molesto (y demasiado frecuente) encontrarlas.
Bueno, el 100% no me disgusta aunque pillo poco. Lo que no me gusta, después de empequeñecer, es la manía actual de que todo tiene que ser gordo. Por qué no editar solo lo de Clandestine? Donde ha quedado lo barato y sólo incluir lo pertinente? Anda que no hubiera molado pillar sólo lo de Clandestine por unos 11€.