Esta serie de tv es una de mis favoritas. Tampoco es que vea mucha tv. Aún así no la he visto completa jamás aunque al menos lo he intentado 2 veces. El infierno de la programación de antaño. Por ello mucho de lo que voy a tratar en este post no lo había visto jamás. Creo que yo me enganché a la serie en su 2ª temporada o quizás 3ª. Por eso nunca había visto los 5 telefilms previos a la serie y la mitad de los episodios de la 1ª temporada, así como el principio de algunos de los que sí había visto.
Admito que Hércules es difícil de abordar. Su evidente cutrerío, que la acerca a Troma más que al peplum, y su radical violación de la ambientación clásica, supongo que algo derivado de lo anterior, hacen que su aspecto provoque rechazo cuando no repulsión. Así que requiere un esfuerzo, que en mi opinión tiene recompensa pues es una serie de entretenimiento y evasión bastante competente con un elenco apropiado, dirigida sin imaginación pero con solvencia (aunando las escenas de caminatas y los malabarismos con armas de Conan, el cine oriental de artes marciales y el estilo de la tv estadounidense de toda la vida) y una fidelidad excéntrica a la mitología griega. Un producto sin pretensiones que siempre entretiene y nunca abusa del espectador, no genera expectativas, no es vanidosa y no engaña.
Con el tiempo uno acaba dándose cuenta de que el cutrerío es una ventaja. Lo cutre siempre es atemporal, nunca pasa de moda, por eso la serie se la podía ver ayer, se la puede ver ahora y se la podrá ver en el futuro. Siempre van a chocar los peinados y las pieles y dentaduras cuidadas de los 90 con un vestuario étnico sin criterio y la pretensión de evocar un pasado lejano y duro, pero jamás su aspecto va a envejecer. Lo cutre es eterno. De todos modos no es un valor. En la serie acaba siendo un rasgo entrañable al que jamás uno renunciaría porque está bien disimulado. Los directores siempre son solventes de modo que jamás dirigen de una forma que denuncia el poco presupuesto y el cartón piedra, los guiones son convencionales pero siempre inteligentes de modo que nunca ponen en aprietos a la producción y las dos cosas decisivas, se ríe de sí misma y los actores tienen las habilidades perfectas para desenvolverse en un escenario cutre, siempre están serios, sus interpretaciones son funcionales e interactúan bien con el exageradamente falso decorado. Esto es lo que se requiere para que el espectador se tome en serio el entorno cutre en el que una historia genérica se está desenvolviendo, y eso es lo que da K. Sorbo y el resto de los secundarios, algunos de ellos actores muy competentes. En las producciones cutres son los actores los que tienen que dar verismo al escenario para que la cosa no sea un despropósito y esto el elenco de Hércules lo consigue. Así, en esta serie la ligereza, la convencionalidad y la seriedad se conjugan para conjurar la mala impresión que siempre tiene lo cutre.
En cuanto a lo fidelidad a lo griego pues la verdad es que, a su modo, la serie lo es. Los griegos jamás hicieron versiones definitivas de su mitos por lo que reinterpretarlos no es ningún atentado. Ellos ya permitían a sus autores toquetear las tradiciones para producir una buena historia así que denunciar a Hércules por su poca fidelidad es absurdo. Me duele mucho que Hércules no lleve barba pero no cabe reproche. Por otro lado, los mitos siempre son portadores de la cultura a la que pertenecen de modo que siempre se están actualizando. Por ello me parece genial cosas como que la serie aproveche las especies fantásticas de la mitología griega, como los faunos y los centauros, para hablar de un tema tan estadounidense y actual, sobre todo en los 90, como es el racismo (aunque la tendencia de la serie de poner a actores no caucásicos en papeles no humanos y a poner a los morenos como malos huele mal). Un tema que los mitos griegos nunca trataron. En cambio sí trataron la esclavitud, cosa que Hércules no sin duda porque eso escuece en EE.UU. Por último, aunque este punto da para más (por ejemplo las personalidades antitéticas del Hércules antiguo, pagano y griego y el moderno, cristiano y estadounidense), en realidad nadie sabe, ni los propios griegos, que aspecto tenían los elementos reales que dieron lugar a sus mitos. Estos se ambientan en la Grecia Micénica, 1500-1100 a. C., una sociedad y una cultura de la que sabemos poco, si bien mucho más que los griegos clásicos. Así pues, pretender que la Grecia de Hércules tiene un aspecto al que se debe ser fiel es un tanto injusto. Es cierto que hoy podríamos ser algo certeros pero también que ese aspecto no sería fiel a lo imaginado por los griegos clásicos, que variaba en cada siglo, y olvidaría que los mitos son ficción. Intentar ser realista con ellos está de más. Si bien admito que mezclar nombres de múltiples procedencias lingüísticas o de inventarse la geografía es algo que se podía haber evitado. Pero bueno, una vez que se decide rodar en Nueva Zelanda, por qué intentar emular a Grecia? Eso solo lleva al fracaso como muy bien demuestra los pasajes orientales de Juego de Tronos. Esa luz falsa, esos decorados ridículos, ese cutrerío con pretensiones...
Viendo hoy las 5 pelis es inevitable sorprenderse de que alumbrasen a la serie. Son bastante malas. Van de más a menos. La 1ª, la de las amazonas, que reinventan el trabajo de la Hidra y los coqueteos de Hércules con las amazonas, es la única decente. Su apuesta por el ingenio y hablar de los roles sexuales salvan una historia bastante simple. La 2ª, que recrea el episodio en el cual Hércules fue esclavo de la reina lidia Ónfale, tiene una historia estúpida pero la mejor pareja protagonista de Hércules y spin offs, la de Sorbo y la actriz que en Xena acabó encarnado a Gabrielle. Su capacidad interpretativa, el mejor y más completo actor que pasó por la serie, y su aspecto tan normal como frágil son unas características que hubieran hecho de su personaje, u otro encarnado por ella, el mejor sidekick que podría haber tenido este Hércules. Los contrastes entre los actores y los personajes que encarnan habrían dado mucho juego y tensión a la serie. La 3ª, que se inspira muy vagamente en el tema de Prometeo y el fuego, convierte al centauro maestro de héroes Quirón en un fauno patriarca de una familia modesta convencional y da una grata versión de la pelea con el gigante Anteo, pero es muy mala; y la introducción de Deyanira, la 3ª esposa del Hércules mítico, como su 1º amor y esposa estropea el tono aventurero. La 4ª hace bajar a Hércules al Hades como ya hicieran los mitos, pero la mezcla de comedia y drama y celos no funciona. Sorprende la fidelidad con que se recrea el episodio del centauro Neso. La última es terrible sobre todo porque se hizo aprovechando las películas anteriores para hacer un producto rápido y barato. El argumento era interesante, enfrentar al hijo bueno de Zeus con el hijo malo, pero los flashbacks rompen el ritmo y el ambiente y el conflicto no se desarrolla. Lo del Minotauro, pura fantasía.
Después de esto no podíamos esperar una serie decente pero el caso es que la hubo, aunque no desde el principio. Si bien la 1ª temporada es mejor que los telefilms (40 minutos son lo máximo que aguanta una producción tan sencilla y los susodichos son de 90), aún la cosa no ha cuajado. Todavía los creadores no han decidido cuál va ser el sidekick de Hércules (se baraja al gran Salmoneus, a un viejo adivino que disfruta con las desgracias y a Iolaus) y el tono de la serie aún no está muy concretado. En unos episodios Hércules mata y en otros no, unos episodios presentan un tenue erotismo y otros son puritanos, unos episodios son cómicos y otros pretenden ser dramáticos, se duda en darle a Hércules un carácter errabundo o no... En fin la temporada avanza sin rumbo de modo que suficiente tiene con haber conseguido aguantar tras uno de los principios menos prometedores de la Historia. Su primer episodio es malísimo al resolver de forma expeditiva la necesidad de matar a la familia de Hércules siguiendo el mito pero poniendo a Deyanira en el lugar de Megara y haciendo que el asesino sea Hera en vez de un Hércules enloquecido por la esposa de Zeus como castigo a su desobediencia (otro tema de los telefilms que esta temporada resuelve más mal que bien es el matrimonio de Iolaus). En esta 1ª temporada, corta, sólo 13 episodios, sólo hay uno bueno: "El orgullo precederá a la pelea" (la frase a la que cita es griega). Un episodio que trata excelentemente, dentro de los parámetros y las potencialidades de la serie, uno de los temas fundamentales de los griegos, la hybris. Un concepto cósmico que no tiene traducción directa en castellano, por eso los veréis en los libros traducido de diferentes formas, aunque arrogancia se le acerca bastante. Para los griegos la arrogancia provocaba la tragedia porque empujaba al arrogante a intentar abarcar más de lo que podía de tal modo que siempre acababa peor de lo que estaba antes, generalmente muerto. La arrogancia hacía olvidar los límites de cada uno, conocimiento que la sabiduría griega consideraba básico para poder sobrevivir en un mundo tan duro e inestable como el Antiguo. Por tanto este episodio, que de paso introduce en la serie a Némesis, el ser divino, femenino y no olímpico que se dedicaba a castigar la arrogancia con la muerte, trata de forma muy pop y moderna un tema esencial del pensamiento griego antiguo, y de paso explica como un héroe como Iolaus soporta ser el sidekick de Hércules, más alto, más guapo, más fuerte, más famoso, más suertudo, más bondadoso, más divino y más reflexivo que él. Episodios decentes son el "El camino a Calidonia" (localidad donde unos héroes griegos predecesores de Hércules se las vieron con un enorme jabalí), "El festival de Dioniso" y "Los muertos desaparecidos". El 1º defiende bien su tono fantástico y recrea a los pájaros del lago de Estinfalía, el 2º mezcla bien las conspiraciones con los dioses y el 3º, aunque demasiado ambicioso para la serie, tiene un argumento original. El resto de los episodios, donde salen un cíclope que remite a los de la Odisea (es decir, a gigantes antropófagos y no a los gigantes artesanos del metal que forjaron los rayos), una versión de la famosa boda de Piritoo e Hipodamía que acabó en una pelea entre lapitas y centauros, inmortalizada por Fidias en las metopas del Partenón hoy en Londres, y Atalanta, la única heroína de acción griega aquí convertida en una herrera protectora de la chavalería de su aldea, son malos pero entretenidos.
Hay que mencionar que está temporada dio lugar a Xena. Como con los telefilms, extraña que los episodios en que sale diesen lugar a una serie pues son malillos, casi los más flojos de la temporada, y L. Lawless se pasó de intensa. Por otro lado, pretendía ser un personaje complejo y eso es increíble en series cutres y convencionales. Lo más extraño para mi es ver cómo, a medida que progresa la serie, la actriz se hacía más robusta. La 1ª vez que se la ve es en el telefilm de las amazonas. Ahí destaca por sus ojos azules y la energía que transmite a su personaje, luego vuelve aparecer interpretando a una pueblerina marginal amante de los centauros y podemos ver que ha ganado peso y, finalmente, la encontramos bastante jamona, aunque sus ojos azules siguen siendo igual de fulgurantes, interpretando a Xena. En más o menos un año la tía cambia mucho.
En fin, el comienzo de Hércules: sus viajes legendarios no ofrece mucho aunque muestra que hay mimbres para hacer algo estimable. Tampoco se puede decir que sea prometedor aunque la mitología griega, incluso cuando no se toma con seriedad, siempre tiene mucho potencial y el ambicioso final de la 1ª temporada, un doble capítulo, aunque fallido, comunica que los creadores de la serie están motivados. No obstante a lo dicho, este comienzo es mejor que muchas 1ª temporadas de series de aventuras familiares y convencionales de la época. Así, ni los telefilms ni la 1ª temporada indican lo divertida que va a llegar a ser la serie. Lo mejor está por venir: Afrodita, Autolicus, el Soberano, Calista...
Temporada 2
Temporada 2
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