Adelantando por la derecha: The Squadron Supreme: Death of a Universe, M. Gruenwald y P. Ryan, Marvel 1989
Viendo que Panini no está por la labor de editar por aquí este cómic, de lo poco que hay inédito en España del Escuadrón Supremo, al final me he decidido a comprarlo. Sorprendentemente baratísimo a pesar de estar a punto de cumplir los 25, pero lamentablemente caro de importar. Curiosamente hice algo así hace unos pocos años y Panini se ha decidido a editarlo a finales de este año. Por tanto, vayan con cuidado porque igual estamos ante el aleteo de una mariposa...
Death of a Universe continua la maxiserie del Escuadrón Supremo, de lo mejor que Marvel ha publicado jamás, casi donde está acabó. Una semana después de los sobrecogedores acontecimientos que se contaron allí, Gruenwald retomó las riendas de los destinos de la versión Marvel de los principales superhéroes de DC, su competencia. Lo hizo en forma de Novela Gráfica en un momento en que esa línea de publicación estaba en total decadencia. Marvel pronto olvidó que se trataba de ofrecer grandes historias, que no tenían porque ser de superhéroes, con un gran dibujo así que pasó a publicar historias especiales pero rutinarias de sus personajes de toda la vida. Así pues, no sorprende que esta "novela gráfica" sea una gran mediocridad.
Gruenwald no fue un gran guionista. Sabía armar bien la narración, conocía muy bien el Multiverso Marvel, era ambicioso y era editor (o sea, podía ir más lejos en sus historias que un guionista asalariado) pero era acartonado y rancio. Esto le convirtió en un guionista one hit wonder. Creó una de las mejores obras de Marvel pero el resto de su producción es absolutamente mediocre. Así pues, Death of a Universe no tenía escapatoria. El argumento es típico del género superheroico: una amenaza ominosa cósmica amenaza con cargarse todo. Quizás por eso Gruenwald decidió que todo se resolviese en 12 horas. La particularidad de este cómic es que de nuevo el guionista-editor forzó al Escuadrón Supremo. Le volvió a poner ante una situación límite en la que vuelven a fracasar porque están condenados de antemano. Con Gruenwald el Escuadrón Supremo no puede jamás superarse a sí mismo. Así pues, estamos ante otra derrota trágica que hace tan especial a este supergrupo. Lo malo es que la historia tarda mucho en arrancar, la mitad del cómic es un tedioso prólogo porque Gruenwald en vez de meterse en harina cuenta como están las cosas tras la tragedia ocurrida en la maxiserie, la resolución es un Deus ex machina y carece de la hondura psicológica que precisaba.
Una entidad que proviene de un oscuro Marvel Two-in-One de 1979 se va a cargar el Universo del Escuadrón Supremo en 12 horas. Sus miembros, para impedirlo tras ser advertidos por el profesor Imam, el Hechicero Supremo de su Tierra (en esta historia Hiperión remite más al Capitán Marvel que a Superman), recurren a Amenaza Suprema, el único supervillano que tienen, pues son todo músculo y nada cerebro tras los sucesos de la maxiserie. Este, con el tiempo que le brinda el Centurión Escarlata que pinta poco pero ayuda a rellenar, idea un método para resolver el problema y parte del Escuadrón Supremo sale al Espacio a conjurar la amenaza. Tras de sí dejan una Tierra que acaba de enterarse de que la tiranía superheroica ha dimitido. El viaje es un fracaso mortal pero la situación se salva porque Arcana, que había viajado disfrazada de Resplandor Lunar porque no le dejaban ir por ser madre pero la otra no quería ir, en vez de dejar su bebé en el planeta se lo ha traído y este, al resultar ser el nuevo Hechicero Supremo tras la muerte del profesor Imam momentos antes intentando hacer algo para salvar al Universo, terminando así sus 2 milenos de vida, le ofrece a la entidad, surgida de un intento fallido de un fugaz superhéroe de la Tierra Marvel principal (creado por Mantlo) por recuperar sus poderes, un intercambio de lugares. Este naturalmente acepta y la entidad, ahora un bebé humano cósmico, se retira al lugar de donde vino a devolver todo lo que ha destruido, así pues no se entiende bien porque deja las cosas como están, y el otro se convierte en Hechidero Supremo de la Tierra del Escuadrón Supremo. Rechazada la amenaza, regresan. Descubrirán en Quasar 13 EE.UU. que han pasado al Universo Marvel principal (aunque no se sabe como el Hechicero Supremo no está entre ellos). No supimos de la Tierra del Escuadrón Supremo hasta mucho después y no sé si se sabe algo más desde entonces.
Por tanto, una historia bastante chorra que oscurece la furia asesina de Gruenwald, el tono adulto del cómic (hay gore y los personajes son sexuales, incluso tiene la seguramente única viñeta a color editada por Marvel de un desnudo femenino) y ciertos momentos introspectivos que transmiten la desolación ante el fracaso y la propia inutilidad. El dibujo de P. Ryan no ayuda en nada y perjudica en mucho. Su dibujo realista tosco y pobre y su narrativa sosa y convencional le dan a esta historia un aire de torpe funcionalidad bastante repelente. Así pues, decepción total.
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