Vida y muerte del Capitán Marvel es un tomo fundamental para el desarrollo del Universo Marvel ya que incluye la primera historia de Thanos en los cómics (y en cualquier otro lugar) conocida como La Guerra de Thanos y la historia La muerte del Capitán Marvel. Ambos relatos son mediocres pero 40 años después siguen siendo lecturas frescas y singulares porque las preocupaciones autorales de Starlin los dotaron de originalidad y vigencia.
Starlin es un gran autor. No es de los grandes pero su hondura y pericia narrativa han hecho que, a pesar de que se repita mucho, sea un valor seguro, siempre ofrece un producto bien hecho, interesante y original (respecto a los demás autores, no respecto a sí mismo). La Guerra de Thanos procede de los comienzos de su carrera, por ello no es de sus mejores obras. El dibujo, mediocre siempre, tiene ya su estilo característico, figuras alargadas, realismo, rayismo, rigidez y posturas retorcidas, pero todavía está crudo (los rostros son muy flojos) y la historia está bien desarrollada pero es irregular, simple, forzada, demasiado larga y avanza a trompicones. Así, las cosas que hacen interesante una historia mediocre son su buena narrativa y dos últimos elementos que han hecho que este tomo sea origen y fuente inagotable (de momento) de cómics, los conceptos que subyacen a la historia y los personajes creados por Starlin, entre los que destaca Thanos.
En este (ultra)supervillano reside gran parte del interés del tomo porque es sumamente singular, complejo y atractivo. La peculiaridad fundamental de Thanos en mi opinión es que es un supervillano atípico. Es una alegoría de los dictadores megalómanos y crueles del siglo XX como muchos de los supervillanos (como su principal inspiración, el gran Darkseid), pero tiene una serie de elementos que los distinguen de cualquier otro mucho más que su enorme poder y condición cuasidivina (es nieto del Cronos marvelita y sobrino del Zeus marvelita). Aunque Thanos en un principio es un ser unidimensional en tanto que representa el Mal (thanos es muerte en griego y psiconalíticamente hablando es el impulso destructor del humano), un ser exento de sentimientos positivos, es un personaje muy humano, es decir verosímil, por sus múltiples contradicciones y debilidades vulgares. En un principio Thanos es el opuesto de Eros (amor en griego y su hermano) pero ama, como sólo un romántico puede hacer, a la Muerte (que en el Universo Marvel es un personaje). Es frío, calculador y despiadado pero también es pasional hasta el punto de perder los estribos con facilidad y tan ambicioso que con frecuencia se le nubla el juicio. Es el primer supervillano posmoderno porque sabe que el conocimiento es el verdadero poder pero también es un ser de acción, su naturaleza competitiva hace que le agrade el combate físico. Por último, es un villano discreto, misterioso y oscuro, le encanta las bambalinas y ser el Amo de las Marionetas, pero también es teatrero, exhibicionista, soberbio y vanidoso. Quizás lo que mejor refleja la contradicción interior de Thanos, su Talón de Aquiles, que le salva de ser un supervillano de opereta más, es que quiere ser el soberano del Universo a la vez que el sirviente de la Muerte. Por todo esto no funcionan sus Némesis. Siguiendo la lógica dialéctica su hermano Eros debería ser su opuesto, pero este personaje es poco importante en la historia precisamente por no contrastar lo suficiente con su hermano. Por ello Starlin creó a Drax El Destructor, pero este sigue sin ser una Némesis apropiada por su simpleza. Un personaje tridimensional no puede tener una Némesis porque no representa una posición o concepto bien definido. El Capitán Marvel no cumple bien ese papel, por ello acabó surgiendo Warlock, pero sí puede ser un buen antagonista para Thanos ya que gracias a Starlin pasó a ser contradictorio (un guerrero que lucha por la paz, un soldado que no mata, un mortal omnisciente) y a tener un interés opuesto al de Thanos, cosa que no tienen Eros y Drax.
Por otro lado, en el plano metaficcional Thanos es un personaje gafapasta, torturado, profundo, intelectual, en un contexto pop. Es así porque Starlin es un gafapasta. Sus historias son filosóficas y psicológicas y bastante autobiográficas. También teológicas, siempre hablan de la divinidad y de la religión y del papel del humano en un Universo religioso. Así, sus historias tienen un indudable tono místico (por ello sus figuras son tan alargadas como las de El Greco). Esto evidentemente está fuera de lugar en un medio industrial, comercial y pop como es el género superheroico, pero como en el fondo habla Starlin de la angustia (de modo que conecta con las preocupaciones éticas de origen cristiano de Lee) y nunca pierde de vista el entretenimiento esto, en vez de ser un handicap, es lo que ha hecho que su obra sea singular y la mejor parte de ella forme parte de los clásicos estadounideneses. El conocimiento de Starlin del psicoanálisis, de la mitología, de la filosofía oriental y de la Historia hacen que sus historias al hablar de temas eternos sean diferentes y sus protagonistas más tridimensionales de lo habitual en el mainstream. Esto se ve claramente en que su Capitán Marvel es el único personaje relevante del ciclo superheroico que no ha sido resucitado y que Thanos realmente sólo funciona con Starlin. En manos de otros, salvo un poco en las de Marz, es un supervillano de opereta más porque su personalidad contradictoria y torturada, reflejo de su creador (al igual que las posturas forzadas, un poco a lo Laocoonte, que este dibuja), excede las habilidades autorales del guionista medio mainstream. Por ello generalmente las historias de Starlin tienen algo en común con las tragedias griegas. En ambas la condición sobrehumana de los protagonistas no impiden que el humano, griego o no, corriente se identifique con ellos. Esto es así porque Starlin destaca sobre la lucha entre el Bien y el Mal típica del género superheroico, la lucha interior por mejorar para poder alcanzar nuestros deseos. Así, con Starlin lo que siempre derrota a Thanos no son los superhéroes sino su incapacidad para progresar y superar su Talón de Aquiles (por eso Starlin cada vez lo dibuja más ancho y masivo). Por eso siempre vuelve mientras que su brillante 1º oponente, el Capitán Marvel, no. Starlin, con la primera novela gráfica Marvel, La muerte del Capitán Marvel, al hacerle transcender, culminó la ascensión de este personaje. Gracias a ello es el único superhéroe que ha conseguido escapar de la naturaleza cíclica del mainstream (y seguirá así mientras el Cine lo deje en paz).
Editorialmente hablando este tomo es una buena idea que ha terminado en fracaso por 3 fallos (obviando al insufrible y estúpido Fonseca). Si entendemos que es una edición para coleccionistas, material Marvel de los 70 de un autor olvidado no es carne para las masas, el tomo es claramente fallido. Faltan el nº 125 EE.UU. de Los Vengadores y el nº 108 de Daredevil. Podría asumirse la falta de un nº colateral si no estuviese incluido en el tomo el Marvel Feature nº 12, que es más colateral que los recién mentados. Es de esperar que la edición española adapte la edición yanki a la peculiaridad hispana, la corrija o la mejore. Limitarse a traducir cada vez justifica menos la existencia de una editorial. Otro fallo de la edición se debe a la naturaleza comercial del género superheroico. A principios de los 80 estaba de moda la novela gráfica europea en EE.UU. así que Marvel editó algunos cómics con color artesanal y tamaño grande. Por ello hoy es un atentado editorial, el verlo así es lo que diferencia a un coleccionista de quien no lo es, publicar La muerte del Capitán Marvel sin respetar las condiciones originales de la edición. Se adquiere porque se asume que la industria ni respeta lo artístico ni el pasado (la publicación en solitario de esta novela gráfica respetando la edición original hoy es inviable). El último fallo es una traducción con más fallos de los tolerables.
Por tanto Vida y muerte del Capitán Marvel es una lectura interesante a pesar del lastre de la época y de la bisoñez de Starlin porque tiene cosas nuevas y cosas diferentes. Agrada leer una historia con un villano complejo y maquiavélico que es ambiciosa en fondo y forma y presta atención al componente psicológico que tiene toda confrontación y tiene material esotérico. El conjunto no es muy allá pero es refrescante. Por no mencionar que es material imprescindible del Universo Marvel (y un precedente de Dreadstar, la gran obra independiente de Starlin).
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