Wolverton es de los pocos dibujantes estadounidenses de cómics que puede ser llamado un artista. No tenía demasiada imaginación porque no recibió mucha educación y era provinciano, pero su estilo, además de personal y original, es muy potente porque está lleno de tensión y atractivo. En su dibujo lo grotesco se pega con lo simétrico, lo fantástico con lo realista y lo feo con lo sereno. Por eso es lógico que haya dejado una impresión indeleble en la mente de decenas de niños que luego fueron dibujantes, algunos dellos a su tiempo también artistas. Sin embargo, como todo lo raro y exquisito, el mercado pop e industrial no tragó con ese estilo así que Wolverton dejó los cómics para ser ilustrador y sobre todo un mojigato. Cansado de luchar contra sus compatriotas provincianos como él por progresar laboralmente, decidió trabajar para la típica secta protestante estadounidense ignorante y paleta y hacer ilustraciones para publicaciones cómicas de todo tipo. Una pena. También que no sea fácil acceder a sus cómics pese a que no son muchos y además excepcionalmente lo de menos es el guión.
La historieta es algo lovecraftiana, no?
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