Qué opináis?
Veis lo que yo veo? Un delincuente menor agrede a un vagabundo y Batman no interviene hasta que el 1º roba al 2º con éxito? Qué mala imagen, no? Batman es rico. Le gusta ver cómo los pobres se pegan y se depredan entre sí? Por qué no interviene antes? Al principio o a la mitad? Y encima le resbala que el vagabundo haya muerto por una agresión leve. Que si alguien se muere sólo con eso es porque está muy mal. Para proteger a Batman no os pongo la siguiente página, pero el tío pasa de todo. Una persona ha muerto porque él ha pasado de intervenir y ningún lamento por su muerte ni ningún remordimiento por haberla cagado (incluso una buena persona segura de que no tiene la culpa le entrarían dudas de si el muerto no habría muerto si ella hubiese intervenido). Una vez tiene la caja, Batman pasa tanto del cadáver como del delincuente. Quiere marcharse lo antes posible así que ata al agresor, luego le dice que llamará a la poli, y finalmente se pira con el botín!!! Así contado parece un chiste.
La cosa es lo que parece pero tiene una explicación. Esto es de Superman vol. II nº 44 (nº 100 Zinco) del 6 de 1990. J. Ordway es tanto el guionista como el dibujante desto, la 1ª parte de 3 de "Batman sobre Metrópolis". Que no es un crossover sino que Batman es invitado a las coles de Superman para coprotagonizar una historia tripartita. El objetivo de la misma es que el 2º le dé al 1º un anillo con una kriptonita engarzada para que, si sacaba desmadrando, se le pueda detener. Esto es muy interesante porque implica que Superman se teme. Habrá alguna buena historia que lo desarrolle? El asunto es que el anillo existe, es decir, no va a desaparecer, por lo que Superman es tan bueno que en vez de guardarlo él se lo entrega a Batman porque es tan bueno que jamás lo usará injustificadamente y tan fiable que nadie se lo robará (tiene ventaja en esto porque nadie sabe dóndesta el anillo). Todos sabemos que su superpoder le hace incorruptible :P Es una historia sobre la confianza. Así en ella el vagabundo no importa. Simplemente está para generar misterio y así que una simple historia pueda durar 3 grapas (menos mal que por entonces Superman no tenía 8 coles!:). Por eso Ordway no pensó mucho el guión. Él sabía que el vagabundo podía morir porque era un simple gancho para Batman. La escena que hemos visto ocurre en Gotham y el vagabundo acababa de regresar de Metrópolis. También porque sabía que para alargar una historia hay que hacer que cada respuesta que obtenga el lector venga con una nueva pregunta. En efecto, en la caja está el anillo mencionado. Batman no lo sabía y ahora que lo sabe, no sabe qué es el anillo así que tiene/decide ir a Metrópolis a husmear. O sea, el vagabundo es un cliché y por tanto no importa. Por eso a Ordway no se le ocurrió hacer a Batman más humano. Por ser un mal guionista fue víctima de conocer la historia. Ese fallo es lo questá detrás del fenómeno de que a todos los personajes de una historia les dé igual uno dellos. Cómo el autor sabe que simplemente es carnaza narrativa, se olvida de simular que importa. Por eso esta escena está tan mal planteada. Para empezar el vagabundo no tiene porqué morir para que Batman obtenga el anillo. Además no sabe nada él. Al final de la historia R. Stern lo dice. Así pues a Ordway lencargaron hacer que el anillo llegase a Gotham desde Metrópolis y que allí lo encontrase Batman. Y el tío hizo la historia de la forma más convencional y maquinal que pudo. No creo que el vagabundo-mensajero que va a llegar muerto a la puerta del héroe fuese idea suya, pero sí creo que él decidió cómo presentar el encuentro, y para lo que necesitaba la historia no era necesario cagarla poniendo a Batman viendo como un joven delincuente pega a un famélico vagabundo que le dobla en edad. Coño Ordway, no pasa nada, lo comento porque me he reído (de ti:), pero Batman podía haber llegado cuando el delincuente escapaba, es decir, tarde, o el vagabundo morirse del susto por oler la armadura de Batman estando muy estresado con un corazón débil. O mejor, poner que el vagabundo sencuentra a Batman en un comedero para pobres porque el superhéroe ha ido allí a repartir bocatas, o llenar platos de sopa con sopa, ya sabéis, lo típico de los buenos hiperriquísimos pero superempáticos porque conocen muy bien el sufrimiento y la indefensión, y aquel le da el anillo porque le da yuyu. Cualquier cosa que no fuese poner al héroe viendo como un fuerte apaliza a un débil sin querer evitarlo y luego importarle 3 pepinos el aciago destino de un vecino suyo con muchísima más mala suerte que él. El diablo está en los detalles Ordway.
Comentarios
Algo dejaron claro personajes más modernos como la Patrulla X, Spiderman, Capa y Puñal, o los Thunderbolts, la conciliación de clases, que tantas veces se aparece cuando el superhéroe media en conflictos revolucionarios, o ante rompecabezas sociales, no es más que um espejismo. Si Superman fuese quien de expresar una preocupación íntima y profunda por los humanos habría entregado ese anillo a Amanda Waller. O, por lo menos, a algún personaje desarraigado de los que resultan incapacitados para una efectiva ascensión al poder. Bien por pertencer a una minoría o bien por su absoluta candidez. Dejarlo en manos de un aristócrata solo remarca la lógica caracterización monarquista del personaje.
Amanda Waller es una solución mucho más expeditiva. La elección de Batman es la reacción de alguien incapaz de cuestionarse la identidad que ha construido para sí mismo, la honestidad del puritano.
Leo rápidamente dos reseñas de la última edición española (por lo que parece el tebeo todavía se encontraría disponible dentro del catálogo de ECC) sin encontrar nada apreciable, así que, en la esperanza de que la efectividad de la vacuna del tétanos no haya sido totalmente cuestionada por los sabios de Foro-coches, te lanzo un par de ganchos desde las paredes de mi celda en Lemanchard para ver si doy o no en blando con esta historia que atraviesa el trasfondo de perversidad que rodea al maníaco herido por el que hoy se sostiene tan precariamente la editorial DC:
Sucederá de forma desapasionada que una niña único testigo vivo de esos crímenes le descubrirá a Batman que los monstruos a veces tienen también intenciones benévolas. Para ello la niña, psique muda casi que guardián auxiliar del monstruo en ese instante, tendrá que recurrir a un simple y macabro dibujo que pueda ayudar no a desvelar la identidad del asesino, o es su salvador, sino a llevar a Batman a dar con el enloquecido justiciero a la vez que este se nos acabe por manifestar como pareo mismo del detective murciélago. Los dos animales heridos, murciélagos humanos que gritan para encontrar a otros en la noche y fijar los obstáculos sin tener que penetrarlos. Uno bajo influencia de un poder recién desarrollado que lo mantiene sujeto a ver y sentir el mundo impermeable al dolor de los adultos desde los ojos y la carne de los niños abusados, y, el otro, aun sin poderes parecidos también víctima de un pesar infantil igualmente irresoluble que lo une a su presa. Solo a uno de ellos le será permitido evadirse para alcanzar tal vez la más primitiva y antigua paz lejos de los lamentos de los niños. El cazador seguirá repitiendo cada noche su mismo rito atrapado en un tiempo endurecido de similitudes y repeticiones. Tal es su condena. Si bien la historia reserve una porción de felicidad para uno de sus protagonistas, Gordon, cuando este se decida a reducir su condena al permitirle a un niño, su hijo, que parta lejos de él rompiendo con condenas y délitos familiares.