Por fin he podido leerlo. Justo cuando había desesperado, ha aparecido. Pero ha sido una pena. Lo que para mi era el mejor cómic yanki de la década ha terminado de forma demasiado floja para salir incólume de la suerte final. Se queda sin el título.
La historia que estaba contando Graham era sencilla y convencional (¿alguien sabe si basada en La torre de cristal de Silverberg?) PERO la estaba contando con audacia, imaginación y ambición. Deste modo era lo que para mi un buen cómic debe ser: desafiante, sorprendente y fascinante. Cada vez esto está más ausente del entretenimiento yanki y por eso esta obra era especial aun cuando no es magistral. Graham recuperaba y enseñaba que lo bueno no crece en lo trillado y que a estas alturas nadie puede ser original pero sí puede combinar las cosas archiconocidas a estas alturas de una forma distinta y eficaz, y entonces va y cae en la desgana.
Lo que me ha transmitido este tomo es que sus autores, tanto Graham como S. Roy que lo coguioniza y el resto de los dibujantes, es pereza y compromiso en el mal sentido, lo hacemos sólo porque no hacerlo quedaría mal. Lo que cuenta el tomo se podía haber contado en la mitad e incluso en menos, depende de todo lo denso que uno quiera ser, y todo se podría haber dibujado mejor. En lo guionístico no se aprecia que esto haya sido por táctica o interés comercial sino desgana, si bien está claro que cada episodio debe componerse de 6 grapas 6, ni más ni menos. Seguramente que haya durado tanto la publicación ha hecho que sus autores, gente bastante inquieta e inconformista, se hayan desinteresado por su obra. Mas eso no excusa, y da pena que algo que estaba siendo fabuloso acabe enfangándose por culpa de sus propios artífices. Así, da igual que al final Graham se ponga metafísico y nos cuente que el tiempo es plano y circular (invitación a releer?) y que no importa lo que nos esforcemos porque todo se repite dalguna forma. El episodio final es una historia ramplona con relleno e inflada y con una falta de coherencia gráfica que, aunque ha intentado maquillarse, perjudica el resultado final porque es el habitual mejunje de estilos y calidades (hay que ver lo que ha mejorado Milonogiannis, pero aún así sigue siendo incapaz de hacer un plano general), sólo que esta vez más radical. Las diferencias entre dibujantes son bastante grandes y encima la ausencia de fondos, casi lo único que tienen en común todos ellos, cosa que un S. Roy loable no ha podido neutralizar porque aparece muy poco, para las splash pages y poco más, deja la cosa sin unidad y desangelada. Si no había ganas o dibujantes capaces no se debería haber optado por la space opera porque esta siempre exige masas y escenarios grandiosos y espectaculares. Otra cosa que desactiva este tomo es que por 1ª vez la historia se repite. Aquí aparece todo lo visto anteriormente, luego no hay sorpresa, y su acumulación no tiene ningún efecto, la mera cantidad es más ineficiente que la calidad y lo sorprendente, porque no se plasma adecuadamente debido a esa desgana final.
Así pues, es una pena que esta alucinada y alucinante versión de Prophet termine desta forma. La terrible mediocridad de su final no quita lo bailao ni perjudica en lo más mínimo a los tomos anteriores, pero hace que una historia fascinante no deje poso. A Graham el tema le ha venido grande. Es bueno en los detalles pero no en el conjunto. Se salió por la tangente y nos dejó a todos con el culo torcido, pero resulta que no era por ser un guionista personal y capaz tal y como revela este final. Graham guioniza como muchos ahora juntando clichés y estereotipos. Esto se debe a su escasa competencia narrativa. Sabe impresionar pero no emocionar. Sabe ser distinto pero no ver su historia como un todo ni entender en qué se diferencia de las otras. En este caso lo que más nos ha perjudicado es que no sabe qué es la épica. De todos modos no hay que olvidar que Graham es un novato. No le salió bien a la 1ª pero no lo ha hecho mal. Lo que es imperdonable es que se divorcie de su historia al final. Aún sin saber qué es la épica, con interés, este final lo habría hecho mejor.
Comentarios
Una pena, sí. Un final así provoca que los aciertos de la serie pasen a segundo plano y los defectos (farragosidad narrativa, cierta confusión para salvar al limitado argumento,...),destaquen en el conjunto, añadiendo además alguno de propina (desde luego no esperaba un final tan plano).
En cualquier caso, solo tal vez una relectura de todos los números desde el principio sirva para intentar valorarla.
Un saludo
La edición de Aleta q.e.p.d me ha parecido muy buena (quizás porque estamos acostumbrados al mal)