Antes pensaba: Blade runner va sobre la esencia de la humanidad. Un mundo que vislumbra la posibilidad de crear androides inteligentes es normal que se plantee dónde está esta pues necesita encontrarla para poder explotarlos y seguir sintiéndose especial (cosa muy importante para los religiosos). Pero leyendo esto me reafirmo en que el principal tema de los muchos que toca el film (aquí toco algunos) es el de la longevidad. Lo que es hablar de la Muerte, que es hablar del miedo que le tiene la humanidad, el único ser terrestre consciente de su mortalidad. Además, mucho tiempo antes de que esta se produzca. Lo que dispara el argumento es que los replicantes liderados por R. Batty, fabulosamente interpretado por R. Hauer, buscan aumentar su longevidad. Entorno a esto gira todo lo demás. Los replicantes buscan vivir más y los humanos matarlos. Blade runner va, pues, de la Muerte, y ese es un tema religioso.
"El Infierno", parte superior, El Jardín de las Delicias, Bosco, 1505.
La ciudad de L. A. del film recuerda vagamente al infierno cristiano. El fuego y la oscuridad, la superpoblación y lo multicultural, la alienación y la deshumanización, la infinitud, sin horizontes, la insalubridad y la artificialidad. Así de terrible es como aparece ante ntros. y ante Batty (de él es el ojo del principio) esa urbe-orbe pues somos extraños a la misma. Por otro lado ese L. A. recuerda también a Babel por su superpoblación, multiculturalidad, artificialidad y, sobre todo, por esas pirámides truncadas que parecen precolombinas pero bien pudieran ser los zigurats que inspiraron el célebre mito bíblico; torres, escaleras, montañas artificiales para que los habitantes de un país llano pudieran acercarse al Cielo. Aunque aquí parece más bien que es para escapar de la Tierra. Allí es a donde llega el grupo de Batty. Es importante esto del grupo porque es lo que les distingue de los demás personajes. Estos, desde Deckard hasta Rachel, están solos y cada uno tiene su propio problema. En cambio los de Batty se mueven en grupo con un problema común siguiendo un líder que promete ser su mesías, su salvador-liberador, creo que incluso cita la Biblia. Batty tiene un "padre" poderoso, recuerden que al final se clava un clavo en su mano y es un visionario. Los ojos y ver son motivos del film muy importantes: el 3º plano de la peli es un primerísimo 1º plano de un ojo, lo que diferencia a replicantes y humanos son los ojos... Además, Batty, no sólo es el más listo de ellos, sino también el que más sabe de la humanidad, por ello es evidente que él es el que ha convencido a los demás para ir a la Tierra, en lo que es un descenso (al infierno; otro paralelo cristológico) pues vienen del Cielo. Seguramente él es el que ha inculcado en sus conciencias la idea de la diferencia injusta. Su esperanza de vida es de 4 años a pesar de que son como los humanos. De ahí la idea, además de ser construcciones, de que eso puede cambiar sin muchos problemas. Los replicantes, como los humanos, se preguntan por qué son creaciones finitas si su creador es omnipotente. No aceptan que eso sea así. Necesitan una razón. Por ello van a la ciudad sagrada, Babel/Babilonia, a ver a (su) dios. Pero esta urbe-orbe no tiene dios. Por eso es infernal y babélica, una ramera. Sus habitantes lo han matado con su ciencia. Con ella han conseguido librarse de un ser superior, pero no responder a las preguntas que les atormentan de modo que se han quedado solos en su fragilidad. Lo más parecido a un dios es Tyrell y este es viejo y miope, o sea, no es un visionario, su cortedad de miras sin duda es lo que le impidió prever la revolución replicante, y es limitado, puede crear vida pero no puede perfeccionarla. Por tanto, no es un dios. La ciencia ha matado a dios pero no ha traído nada mejor. Sólo un sucedáneo. De ahí que el humano siga siendo mortal. Por eso el encuentro entre Tyrell y Batty es el mismo que entre Frankenstein y su criatura. El humano está por debajo de sus posibilidades por lo que, aunque es capaz de crear vida, no puede ser ni un superior ni un guía. Sigue siendo parte de la Naturaleza, no su superior. Por tanto criatura y creador son iguales. Por ello Batty mata la ciencia cegándola, lo que al invocar la vieja conexión entre ver y conocer también equivale a una emasculación, y así el mundo se queda solo al perder a su falso y sustituto dios.
A esas alturas del film ya nos hemos dado cuenta de que los replicantes son humanos. Se nos ha dicho que no lo son porque no tienen emociones, pero les hemos visto enfadarse, desesperarse, acobardarse y amarse. Además, sus ansias de vivir, que a algunos les da un aire juvenil, en cierta forma son adolescentes rebeldes, contrastan enormemente con los tristones humanos del film. Así, con la muerte de Tyrell deja de haber buenos y malos. A partir de ahí sólo hay patéticos mortales. Por eso los replicantes dejan de ser tratados como amenazas. El asesinato de Tyrell es su último acto de crueldad. Ello hace terribles sus muertes. Los autores del film magnifican eso haciendo que les maten por la espalda.
En este desolador panorama se nos aparece Batty como un Lucifer y como un Olímpico (quizás que Hauer sea un ario no es casual). Como un rebelde contra dios que ha triunfado. El sueño de Nietzsche. Las antiguas y enfermizas reglas han desaparecido y ahora él es libre de inventarse de una forma más natural. Pero la realidad es que Batty está desorientado. Su plan se ha venido abajo y ha perdido a casi todos sus feligreses. Su dios no le ha resuelto nada y el sigue acosado por la Muerte. Por ello no ceja en su comportamiento violento. Es una fiera acorralada, no un corderito. Así es como se enfrenta al patético Deckard. Y mientras pelea con él tiene una iluminación (observen que la dirección de la pelea es ascendente, acaban en la azotea y al final por fin se ve el cielo).
Fotograma del film; Pirámide del Sol, México; reconstrucción ideal, no se ha conservado ninguno en pie, del zigurat de Ur, Irak; Torre de Babel, Brueghel el viejo.
Batty jugando con su oponente, como un gato porque se sabe superior, se da cuenta de que, aunque triunfe, va a morir de todas formas. Su victoria va a ser inútil. Él ha empezado todo porque quiere vivir más pero la violencia no le va a dar lo que anhela. Por tanto, no tiene sentido seguir con ella. Así, viendo a Deckard agarrado precariamente tratando de no caer al abismo se da cuenta de que son iguales, mortales, desapareciendo entonces en él la distinción entre humano y replicante. En el otro se ha reconocido a sí mismo. Por ello rescata a su opresor de la muerte. Al ser capaz de ver la igualdad de los humanos, que no es ser tal, tampoco ser longevo y emocional pues todo ello también es propio de los animales, es tener miedo a morir, querer vivir más y no poder, Batty no puede evitar intentar salvar a un semejante. Ha descubierto el Amor. Con lo que transciende y pasa a ser un mesías, un salvador-liberador (perdónales...). Por eso lleva al extremo el ofrecer la otra mejilla. Amar es descubrir algo precioso en el prójimo, también simplificación pues supone el pasar de la multiplicidad a la unidad. Así el tema de los dobles siniestros que introduce la replicación en el relato se resuelve. Ya no hay dobles. Humanos y replicantes son lo mismo, mortales conscientes de su mortalidad. Esta comunidad entrambos ya se insinúa en que tanto los humanos como los replicantes son crueles, aunque quizás los 2º estén más justificados para serlo. Esta distinción había desaparecido antes en Deckard. Este, justo después de matar por la espalda a Zhora, se acuesta con Rachel. Es un pervertido? No. Simplemente que viendo morir a su víctima se ha dado cuenta de que no hay diferencia entre el humano y su réplica. Ante la Muerte descubrió la humanidad en los replicantes al ver en ellos su propio miedo a morir, que tenía muy presente pues poco antes Leo casi le mata. Así, cuando poco después se acuesta con Rachel ya no lo hace por lujuria (recordemos que el nexus 6 interpretado por D. Hannah es un modelo de placer), sino por amor ya que ha reconocido en la replicante algo precioso. Así, ella, como respuesta a ser apreciada por el blade runner, es capaz de rehumanizarle demostrándole que él también es apreciable. El amar es aceptar a un otro tal y como es, ser amado es ser aceptado tras presentarse uno tal y como es. El amor es reconocimiento mutuo y el sexo es su momento culminante porque, con la mentalidad apropiada, es el mayor grado de intimidad, de sinceridad, que 2 humanos pueden llegar a tener. Mas pese a ello, pese a que reconoce a los replicantes como humanos y ama a uno dellos, Deckard sigue adelante con su asesina misión porque, a diferencia de Batty, él no es Olímpico, es decir, no está por encima de las reglas. El replicante lo está porque ha matado a su padre, a la autoridad y al legislador. Sin un dios normativo y una ciencia que clasifica ya no hay reglas que alienan y separan, Batty puede amar universalmente. Deckard no porque sigue estando sometido a la autoridad y a las normas. Por ello es capaz de matar a sus semejantes. Está sometido a una regla que permite esa incongruencia. Así, aunque simpatiza con los replicantes, se dispone a matarlos. Por eso en este tramo de la peli Deckard siempre se defiende, mata a Pris en defensa propia. Las cosas son muy diferentes a como lo eran cuando ejecutó a Zhora porque ya no es el mismo. Por tanto, Batty convierte el rescate en un momento crítico al darse cuenta de que los replicantes sólo podrán vivir más de 4 años si demuestran ser humanos, y que eso no se prueba siendo asesinos o amenazas, sino mostrando la última emoción que un humano espera ver en una máquina: el amor. Así, salvando a Deckard, haciendo lo ilógico, Batty salva a Rachel y a los demás replicantes porque ha acabado con el mejor de los blade runners. Se puede ganar con la muerte o con el amor. La diferencia es que el 2º tipo de victoria es más duradera porque no engendra resentimiento pues el amor borra las divisiones y traumas. Así, al igual que Deckard y Rachel besándose dejan de ser máquina y humano, Batty salvando a Deckard anula las diferencias que hay entrambos (ambos luchan contra la Muerte, aunque la del nexus 6 es interior, su obsolescencia, y la de Deckard es exterior, la violencia letal de su oponente).
No obstante, es su trágica muerte el auténtico acto redentor, que es universal y definitivo pues libera a la humanidad: ver morir a su salvador es lo que capacita a Deckard para transcender las injustas normas separadoras. Es obvio, L. A. es la prueba, questa se había autocondenado ya que era capaz de explotar a sus semejantes (esto tiene una lectura muy contemporánea pero también antigua: la palabra robot se hace internacional con R.U.R. (Çapek, 1921), una obra teatral en la que unos androides biónicos e inteligentes se rebelan contra los humanos porque les explotan). Por tanto, al conmover a los humanos, Batty impide que estos sigan creyendo que los replicantes son máquinas. Así, muere en paz pues sabe que ha cambiado el mundo y que la humanidad no es vivir más de 4 años sino amar, y que por ello jamás morirá, aunque como mortal que es le da pena morir. De ahí que su sonrisa sea triste. Se perderá su gloriosa experiencia. Esa que ha sido crucial para su transcendencia al ser esos momentos que la componen, esas visiones, sus 1º recuerdos no artificiales, lo que le hicieron humano ya que temiendo perderlos, o queriendo conservarlos, llegó a la autoconciencia: el saberse mortal y tener miedo, originándose en consecuencia el conflicto que inicia el relato. De este modo Batty ocupa el lugar de Tyrell como dios dando lugar a un mundo mejor al ser más humano queste. Esto ya estaba anunciado en el mencionado 3º plano de la peli... el ojo de dios.
Por tanto, Blade runner establece que la obsesión por la mortalidad es un impedimento para vivir. El miedo a morir nos hace esclavos. Lo único que elimina la esclavitud de esa terrible doble certeza (la mortalidad y su imposibilidad de corrección) es amar, lo único humano capaz de saltar barreras, de cambiar las cosas a mejor y de multiplicar la vida (no porque la produce, lo que hace eso es el sexo, sino porque la intensifica). La obsesión por la Muerte es enrocarse en la diferencia por ello hay que liberarse de ella. Lo importante es buscar la semejanza, todos morimos. Así, no hay diferencia entre creador y criatura, entre original y réplica, entre yo y el otro, mi semejante, mi prójimo. Y la semejanza lleva al Amor, que siempre es desencadenante. Por ello reaparece el Paraíso. Aunque no en la versión última. En alguna de las anteriores Rachel y Deckard huían a la Naturaleza. Por fin veíamos algo vegetal-salvaje en la peli. Así parecía que ambos eran Adán y Eva reingresando en el Edén, suponiendo eso huir desa alienante L. A: la tecnología, la superpoblación, la oscuridad, la soledad, la crueldad... y volver a empezar. Toda pareja es un principio. Eso en la última versión no es necesario porque el nuevo bravo mundo inaugurado por Batty es bueno. El unicornio, en cambio, se mantiene porque simboliza la fantasía y lo irreal, la capacidad de soñar-anhelar. Batty perseguía un sueño-anhelo y Deckard, gracias a él, es el que lo cumple. Por eso ya no es necesario ver el Edén. Realizar un sueño es crear el Paraíso. Por tanto, amar es lo contrario de miedo a morir en un mundo, el de Blade runner pero también el nuestro, todos somos Deckard: alienados, viviendo al filo y explotando a los otros, en el que ni un dios ni la ciencia otorgan la inmortalidad. Es decir, solucionan las auténticas preocupaciones de la humanidad, que es el morir. Así, descubrimos que el film además es crítico pues responsabiliza de todo los males de las vidas humanas y replicantes, de la creación de Babel (es posible que la presencia oriental en ella obedezca más a explotar el temor ochentero de EE.UU. a la pujanza japonesa, es decir, a hacer un futuro distópico, que a evocar una sociedad multicultural o un mundo globalizado), de convertir la Tierra, el primigenio Edén, en un infierno, a una sociedad dominada por el capitalismo y la ciencia salvaje que se presenta como la evolución lógica de la de los autores, que es la nuestra, ya que, aunque cuando se creaba la peli Reagan acaba de iniciar su presidencia, la política económica neoliberal ya se conocía.
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