Seguramente esta sea la serie más revolucionaria que jamás se ha hecho. No es porque sea crítica con lo que tenemos, por ejemplo la sobresaliente Breaking bad lo era al principio y la notable Nip/tuck lo era, si bien ninguna lo es tanto sin caer en lo panfletario. No es porque sea adulta, que no es sacar tetas, violencia, personajes deformes, crimen, perversiones, suciedad y antihéroes, si bien me atrevo a decir que ninguna ha explorado tanto la emotividad. Es porque nunca se ha producido una serie en la que la mujer independiente sea el tema. Orange is the new black no es del estilo Mujeres desesperadas. Sus protagonistas no son mujeres que han aceptado el rol que les impone nuestra sociedad. No son mujeres adocenadas, borregas, que asumen el modelo masculino de mujer de forma acrítica por el que han de ser trabajadoras, esposas, madres, forever young y fashion victims preocupadas constantemente por cagar y no engordar. No son mujeres que siguen la actualización eufemística del modelo masculino de mujer (si bien las actrices cuando van a las fiestas van repeinadas, remaquilladas y con taconazos). Las mujeres Orange is the new black son, en general, las que tratan de seguir un camino autónomo (por ello la mayoría son solteras). Son mujeres que no se encuentran en ninguna otra serie pero que en cambio hay a patadas en la realidad. De ahí el gran éxito de la susodicha. Así pues, la serie trata sobre la mujer no convencional, que es marginal tanto en los medios de comunicación como de entretenimiento. Por ello no extraña que alrededor de 1/3 de los personajes sean lesbianas y el lesbianismo sea uno de los temas principales de la serie, aunque quizás lo sea la sexualidad no cristiana (uno de los secundarios es transexual). El resultado, por tanto, es una serie que trata sobre cosas que jamás han sido tratadas en la tele. Revolucionaria. Claramente marca un antes y un después. Por eso, aunque está hecha para la audiencia femenina, los hombres la podemos ver sin ningún problema. Además de que es buena, ni es feminista-panfletaria ni es melindrosa y bobalicona. Las únicas 2 formas de ser mujer permitidas por la sociedad.
La virtud de la serie es que pone de relieve temas marginales, no por minoritarios sino porque no interesan al capitalismo de consumo, de forma convencional, es decir, Orange is the new black es una serie de entretenimiento. No es una gafapastada o un producto frío. No lo es porque ha sabido armonizar e integrar perfectamente la crítica social con el entretenimiento y la feminidad con lo general. En ello es clave el ser una serie carcelaria, si bien la cárcel de la serie no es una de máxima seguridad. Allí no están la gente peligrosa y casi sin remedio. Como suele pasar la cárcel aquí es una metáfora de la sociedad. Es la forma de denunciar nuestra crueldad (queremos que los presos se integren pero les anulamos y humillamos y no les dejamos salir aunque sean viejos o estén muy enfermos) y el mal funcionamiento de nuestra sociedad (los delincuentes encarcelados son en su mayoría pobres, con problemas familiares y/o de barrios dominados por el crimen). Por la misma razón no es una serie de mujeres por explotar un nicho de mercado o por originalidad, sino para denunciar. Una de las cosas que anda mal en nuestra sociedad es que sigue siendo machista. Las cosas siguen estando diseñadas para hombres y por eso en lo básico las mujeres son iguales a los más desfavorecidos. Los uniformes carcelarios son los diseñados para los hombres, las medidas de seguridad de las cárceles son las diseñadas para los hombres (más fuertes y agresivos que las mujeres) y los baños carcelarios están diseñados para los hombres (más sucios y con un cuerpo menos delicado). Así, la serie puede hablar de cosas que nadie más habla en la tele sin alejar al gran público, nunca dispuesto a exponerse a algo adulto y mucho menos si es crítico, porque es un drama, con bastante comedia, convencional. Usa la rueda como los demás. Usa los mismos elementos que cualquier otra serie de ayer o de hoy. Por eso, aunque es, quizás, la serie más revolucionaria (en el fondo depende como se mire porque The young ones o Búscate la vida también podrían serlo) no tiene nada que espante a los bienpensantes, a los conservadores y a los hombres (aunque no haya erotismo, acción y competitividad; aunque los personajes hablen constantemente de sus sentimientos; aunque la mayoría de los personajes masculinos sean idiotas o pusilánimes).
El secreto de Orange is the new black es el más habitual detrás de una buena historia interpretada, el guión. Es cierto que la serie arranca mal, es en el 3º episodio cuando la cosa empieza a ser notable, y que los guionistas abusan de engañar al espectador y no consiguen disimular que la serie se hace sobre la marcha; pero los personajes, los argumentos y el desarrollo narrativo son sobresalientes. Los personajes son originales pero cotidianos y fantasiosos pero reales, los argumentos fuerzan la realidad pero sin pasarse y siempre son interesantes y francos (no funcionan mediante el misterio o la sorpresa) y las historias siempre se cuentan bien de forma clásica: principio, nudo y desenlace (a mi me gustaría un poco más de contundencia en los finales). Así, la serie no tiene que pervertir el entretenimiento para ser revolucionaria. La revolución es siempre implícita. Por ello la serie funciona por acumulación. Sólo cuando se la conoce el subtexto es evidente. El único pero que se le puede poner al guión es que las 2 temporadas son muy diferentes. La 1ª tiene un claro protagonista y es comedia indie, la 2ª es coral y es un thriller dramático. La 1ª es simpática, la 2ª dura. Es un fuerte cambio de registro pero sin consecuencias porque la serie en todo momento es buena, quizás más la 2ª, y los personajes son los mismos.
Como suele pasar cuando hay un buen guión el trabajo de los actores es bueno. Esto es el otro gran valor de la serie. En ella todos los actores lo bordan aunque no todos son buenos actores. Los personajes, las situaciones y los diálogos son tan verosímiles y el casting es tan bueno (por ello ver la serie doblada es una estupidez) que los actores lo tienen bastante fácil. Quizás por eso la serie es coral, tiene bastantes personajes carismáticos y tiene en su 2ª temporada a uno de los mayores villanos de ficción de la tele. Cuando los guiones y los actores son buenos es difícil que destaque un personaje y la maldad es terrorífica pues es muy real (nada de criaturas fantásticas o villanos de opereta).
Así pues, aunque Orange is the new black no es una serie de gran calidad, por ejemplo Breaking bad está mejor interpretada y mejor realizada, es una de las mejores series de la Historia. Es original, es revolucionaria, es entretenida, es notable, es interesante, es valiente, incluso audaz, y no tiene parangón. Es un producto televisivo que evidencia que la caja es tonta porque queremos que lo sea pues es una serie inteligente que hace pensar, si bien a los bienpensantes y a los conservadores no les gustarán las conclusiones.
Comentarios
¡Oye, muy buenas las entradas dedicadas a la teleserie del herculiano que pude leer la semana pasada! Si me toca una quiniela o me cae un futbolista encima compro Dolmen y sacamosun libro. En serio, muy atractivo el análisis.
He visto que han sacado por fin el Miracleman.
Espero noticias entonces de Dolmen...
Sí. Lo pillaré este mes imagino aunque el 1º tomo lleve mucha morralla (espero que sea la excepción). Siempre había esperado a leerlo en papel así que hay ganas porque nunca lo he leído. La edición parece que será lenta no obstante.