Había mucho interés en la serie regular de Superman de Morrison al juntarse la ausencia de continuidad con el enorme interés ideológico que tiene para ese guionista el primer superhéroe. Así, la etapa de Morrison aparecía en el horizonte como la suculenta última pieza de su trilogía sobre Superman. Por ello pensaba que iría más allá de lo dicho en esas 2 obras. No ha sido así pero es culpa mía. Soy un iluso. Cómo iba DC dejar a Morrison hacer lo que quisiera con Superman? Cómo iba a hacer algo rompedor Morrison precisamente cuando con Superman es cuando se pone conservador? Así pues, aunque Morrison ha escrito una breve pero notable historia de Superman (no es mucho más extensa que ASS), esta ni es rompedora ni inventa nada ni va más allá de lo dicho anteriormente por el guionista.
Para valorar este Superman hay que tener en cuenta que la maniobra de DC no ha sido para eliminar la continuidad sino para establecer una base legal que la haga más maleable. La editorial estadounidense no ha puesto las cosas a 0. No ha dado la libertad de recrear a sus personajes. No hemos pasado de un Linterna Verde mago terrestre a un Linterna Verde policía galáctico sino a una especie de rejuvenecimiento para atraer a los adolescentes. Si embargo, DC no ha caído en que tal vez el contexto del pasado no les diga a nada. Cuántos han crecido en una granja humilde? Así, en general los nuevos personajes son tal y como eran, sólo se les ha podado sus vivencias y experiencias las cuales no se han destruido. Se han dejado ahí como fuente de ventas y de inspiración, como los comics para el Cine y las series de tv de animación. Por tanto, el Superman de los NU52 es el mismo de antes: "último" kriptoniano criado por granjeros del Midwest con vocación periodística y doble personalidad. Incluso sus conocidos son los mismos de siempre. Si a Morrison le hubieran dado libertad absoluta, tanto la editorial como el público, habría hecho algo parecido a eso?
Imagino que el interés de Morrison por escribir una cole en la que iba a estar bastante mediatizado residió en que es consciente, no como los autores de la Edad de Oro y de Plata, de la tremenda importancia que tiene el principio en medios conservadores tales como el mainstream. El principio determina y también es canon, por eso siempre que se reinicia se vuelve a él, back to the bases. Así pues, creo que Morrison no quería dejar escapar esta ocasión al saber de la alergia que ha desarrollado el género superheroico a lo surrealista y a lo fantástico. Si le daban el comienzo podría asegurarse de meter todo lo que a él interesa pero que no es bien visto hoy como la Quinta Dimesión o el perro de Superman. Esta ambición se corresponde con una estructura narrativa transtemporal. Presente, pasado y futuro se mezclan en esta historia de modo que este no sólo establece el pasado de Superman sino también su futuro. Así, podemos decir que Morrison ha cometido el atraco perfecto con Superman pues por fin ha podido meter sus gustos en continuidad, lo que le falta a las otras partes de su trilogía sobre el kriptoniano.
Imagino que el interés de Morrison por escribir una cole en la que iba a estar bastante mediatizado residió en que es consciente, no como los autores de la Edad de Oro y de Plata, de la tremenda importancia que tiene el principio en medios conservadores tales como el mainstream. El principio determina y también es canon, por eso siempre que se reinicia se vuelve a él, back to the bases. Así pues, creo que Morrison no quería dejar escapar esta ocasión al saber de la alergia que ha desarrollado el género superheroico a lo surrealista y a lo fantástico. Si le daban el comienzo podría asegurarse de meter todo lo que a él interesa pero que no es bien visto hoy como la Quinta Dimesión o el perro de Superman. Esta ambición se corresponde con una estructura narrativa transtemporal. Presente, pasado y futuro se mezclan en esta historia de modo que este no sólo establece el pasado de Superman sino también su futuro. Así, podemos decir que Morrison ha cometido el atraco perfecto con Superman pues por fin ha podido meter sus gustos en continuidad, lo que le falta a las otras partes de su trilogía sobre el kriptoniano.
Este delito lo ha perpetrado Morrison de forma sencilla pues se ha limitado a reciclar sus habituales ideas haciéndolas más legibles mediante su simplificación. No tenía espacio de maniobra salvo para buscar en la petrérita continuidad lo que le interesaba y contar la historia de la forma que le viniese en gana, total, el dibujante iba a ser incapaz de seguirle. Así, Morrison eligió como villano al genio de la 5D, que no es más que el diablo de los cuentos medievales, un personaje que estaba desterrado ya que sus raíces folklóricas hoy en día tienen muy difícil encaje en el cínico, "realista" y "oscuro" mainstream del siglo XXI, para poder hacer una historia en la que explicar que ve él el Tiempo de forma trafalmadoriana, es decir, simultánea. La linealidad es sólo una cuestión sensorial y religiosa (el cristianismo con su concepción providencialista impuso en Occidente la idea de que el Tiempo tuvo Principio y tendrá Final). De este modo la historia que cuenta Morrison es multitemporal, lo que exige una lectura atenta, cosa que no sabe hacer el lector medio de superhéroes, a cambio de dar una lectura interesante, aunque el relato se deshincha al final. Lo más destacado de este guión es el ingenio desplegado por Morrison para no perderse en su propia madeja temporal y para dar nuevos sentidos a las cosas, lo típico de los cuentos y los juicios donde se retuerce o alarga el significado de las cosas para poder obtener un final satisfactorio. El resultado es una historia convencional interesante y entretenida contada de forma sofisticada salpicada de crítica al negocio editorial, de reflexión sobre la creación y el poder de historias y de ideas de la Física más avanzada. Un producto típico morrisoniano mejor contado de lo habitual y más accesible.
El dibujante regular ha sido R. Morales. Un tipo bienintencionado, trabajador y optimista con un dibujo al que no le sientan nada bien las tintas muy limitado. Sólo hay que ver su intento de cubismo, vean la portada como muestra de su intento por dibujar todas las dimensiones en un papel, para ver que el pobre de Morales es casi manco, si bien hay que decir que el cubismo no es nada fácil. Cualquiera que lo haya intentado lo sabe. En fin, Morales no era el dibujante para este serie, demasiado malo para un lanzamiento publicitado, demasiado limitado para dibujar las ideas de Morrison y demasiado torpe y vulgar para Superman. En su andadura como dibujante regular le han ayudado muchos dibujantes, en general del mismo nivel, así que la etapa de Morrison en Superman es una ensalada gráfica a pesar de su brevedad. Sin embargo, todos tienen en común, salvo G. Ha, que han sido incapaces de plasmar los guiones morrisonianos. Un botón: esa viñeta donde el guionista escribe con un raído abrigo de colores y el dibujante, no sé si Morales, dibuja una levita impecable que el colorista colorea de naranja. Incluso un Morrison simple acaba aguado por unos dibujantes demasiado industriales.
Lo peor de esta etapa ha sido la edición de ECC. Publicar a DC es muy chungo pero no justifica el publicar una historia así de compleja a saltos y el de enmendar la plana al mismísimo guionista reordenándole los nº. ECC no nos lo ha puesto fácil pero al menos nos lo ha dado en grapa.
Así pues, la etapa de Morrison en una cole de Superman es convencional y tiene un dibujo mediocre, pero gracias a su audacia es una lectura agradable e interesante que se parece un poco a su Batman en el sentido de comprimir toda las historias de Superman en una sola. Poco hay en ella de esas ideas sobre el poder inspirador de los superhéroes y sobre el aspecto mítico del Primer Superhéroe pero es entretenida.
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