En Madrid se está celebrando no sé qué cosa que ha invitado a J. Waters. Aprovechando este acontecimiento la Filmoteca madrileña ha programado algunas de sus pelis. Como resultado he podido videar "Pink flamingos" (la versión de su 25 aniversario), peli mítica más que de culto que ensanchó las fronteras del cine y anunció la revolución de los contenidos basura de los 90. Un sueño cumplido de forma inesperada pues desde mi tardoadolescencia he querido videar esta peli por su fama de transgresora y desagradable.
El valor cinematográfico de PF es nulo. Esta hecha con 2 duros por aficionados de modo que es una sucesión de planos generales fijos donde más que actores, colegas del director han tenido la amabilidad no solo de aprenderse el guión sino de recitarlo delante de una cámara para ser inmortalizados diciendo disparates. No obstante J. Waters muestra que ya tenía algo de estética y sentido visual pues cuida la composición, elige acertadamente el punto de vista para rodar las escenas, no transgrede las reglas narrativas cinematográficas clásicas (algo habitual en lo primerizos) y consigue que el pulso narrativo no decaiga. En mi opinión no muestra tanta pericia como guionista ya que su escrito es muy literario. También es que lo veo con ojos posmodernos. Es decir, acostumbrado a un cine más visual y menos oral que aquel con el que creció J. Waters y el que se hacía allá por los 70. El argumento es genial y es un gran acierto convertirlo en una fábula con aires de comedia disparatada, pues eso ayuda mucho a PF a superar todas sus enormes carencias, pero muchas veces el parlamento excesivo y redundante alarga las escenas. En ese sentido con la pluma J. Waters no muestra tanto sentido visual como con la cámara. No obstante el guión es perfecto pues cuenta con acierto lo que quiere contar sin errores, incongruencias o enormes agujeros argumentales, eso no se puede decir de la mayoría de los guiones de los blockbusters. También decir que la musicalidad de la que hace gala el ya consagrado J. Waters ya está en PF. La BS es muy buena y encaja perfectamente tanto con el tono como con el movimiento de las escenas en las que participa.
PF es ya un clásico y una peli histórica más que por revolucionaria, su senda apenas se ha seguido y su transgresión ha sido superada por los tiempos, porque tiene un enorme valor sociológico. No sé las intenciones que tenía J. Waters cuando la hizo. No sé si además de querer divertir y de revindicar a los marginados por la sociedad estadounidense, sus líneas autorales que están ya, visto lo visto, desde el principio de su obra, quiso anunciar el advenimiento de una sociedad que rinde culto a la basura. Criticar no porque J. Waters nunca lo hace, es muy educado y gay (se cuida mucho de hacer lo que la sociedad hace con él), se limita a hacer que sus pelis sean un espejo de aquello que la sociedad estadounidense tiene en su interior que guarda de mostrarlo al exterior. En fin, no sé si anunciar el culto a la basura por la sociedad occidental era la intención del de Baltimore o es una lectura mía realizada desde la posmodernidad, mi heroica acompañante no la vio pero no le pareció disparatada. Sospecho que es así puesto que el título, PF, no se refiere a ningún pj de la peli sino a un elemento decorativo industrial y, por tanto, signo y símbolo de un modo de vida-sociedad. El caso es que PF hoy parece que lleva al paroxismo aquella profética frase de Warhol: "En el futuro todos seremos mundialmente famosos durante 15 minutos". El futuro de Warhol y Waters es nuestro presente. Mucha gente ha trabajado por ello, desde científicos hasta paletos. Eso hace que hoy PF haya mutado de peli escandalosa y burlesca a fábula sobre el hecho de que la vulgaridad, la ordinariez y el mal gusto son también vías hacia la fama y el dinero. Algo que en los 70 no era la certeza que es hoy. Los protas de PF son caricaturas de white trash, basura blanca, pobres blancos estadounidenses que averguenzan a los demás blancos estadounidenses por ser tan pobres como los negros estadounidenses, que consiguen la fama-reconocimiento social siendo los más desagradables, pervertidos y villanescos de modo que descubren a sus semejantes, entre los que está B. Esteban, que hay vías alternativas para obtener aquella. Que no sólo hay vías burguesas y virtuosas. Que la virtud no vende (por mucho que se empeñen los de la JMJ). Que ser chabacano y desvergonzado mola mazo. Que si la falta de talento, de oportunidades, de cultura o de ganas de esforzarse les impiden lograr la fama la pueden conseguir siendo ellos mismos, "basura", de forma radical. Lo cual hace que PF me recuerde al Dadá pues también entroniza un báter. Esto en el fondo es transgresión y rebeldía contra el orden burgués pero en la superficie no lo es porque aquel se prostituye por dinero y paz social y la "basura" sólo busca ser aceptada y acceder al modo de vida burgués. La última escena de la peli sintetiza todo eso de forma elocuentísima. Divine, la musa travesti de J. Waters (llamado equivocadamente el Almodóvar de EE.UU. por los paletos de España pues el español es posterior e inferior aunque ha sabido evolucionar), se mete en la boca una mierda de perro (real no digital) para demostrar que está dispuesto a todo para alcanzar la fama. No es eso lo mismo que pretender a carcamales monstruosos como M. Díaz o R. Jurado o convertir la propia privacidad en algo público? Qué es más sucio, lo que hizo una vez Divine o lo que hace diariamente la Esteban, la mal llamada princesa del pueblo? Creo que lo segundo. Aunque quizás simplemente sea evolución.
Así pues, PF, ya que es una historia caricaturesca y pueril de humor grueso, es una fábula sobre una sociedad que celebra, por diferentes motivos, la vulgaridad, la ordinariez y lo chabacano. Creo que no es decadencia sino falta de autocontrol y de sentido provocado por la preponderancia del espectáculo, la igualdad mal entendida y el dinero. No creo que sea un síntoma posmoderno sino que el capitalismo de masas y los artilugios audiovisuales han dado notoriedad a algo que existe desde hace siglos: la zafiedad y la endogamia de la "basura" así como la búsqueda de morbo de los apocados y soberbios burgueses. Lo que hace J. Waters con PF es ponerlo de relieve y por eso su peli ahora, que la sociedad es más libertina que cuando se estrenó, es aceptada y aplaudida por sus sectores más modernos.
Así pues, PF, ya que es una historia caricaturesca y pueril de humor grueso, es una fábula sobre una sociedad que celebra, por diferentes motivos, la vulgaridad, la ordinariez y lo chabacano. Creo que no es decadencia sino falta de autocontrol y de sentido provocado por la preponderancia del espectáculo, la igualdad mal entendida y el dinero. No creo que sea un síntoma posmoderno sino que el capitalismo de masas y los artilugios audiovisuales han dado notoriedad a algo que existe desde hace siglos: la zafiedad y la endogamia de la "basura" así como la búsqueda de morbo de los apocados y soberbios burgueses. Lo que hace J. Waters con PF es ponerlo de relieve y por eso su peli ahora, que la sociedad es más libertina que cuando se estrenó, es aceptada y aplaudida por sus sectores más modernos.
Pero bueno, que PF es una peli exagerada y excesiva a la que las ganas de divertir de J. Waters domestican hasta convertirla en una parada de monstruos moderna donde, como antaño, la sociedad disfruta de los freaks que alberga sin pararse a pensar. Así pues, no es una peli transgresora (para empezar Divine es tan familiar y clasista como lo puede ser cualquier estadounidense blanco de bien) sino desprejuiciada y desvergonzada con pjs de cuento que no subvierte sino que celebra el mal gusto que la humanidad siempre ha tenido, solo que antes no lo exhibía por vergüenza social y por ser más ordenada. Por eso, a pesar de que a Buñuel le hubiera encantado (la vio?) es menos inofensiva y audaz que "Un perro andaluz". PF no es más que la encarnación moderna del espectáculo bufo. Por el pueblo para el pueblo. Por tanto, sus imágenes son inofensivas a pesar de que son bastas y sórdidas. Hay por ahí material mucho más desagradable todos los días en la tele de modo que eso no les eche para atrás. PF lo que hace hoy es hacer reír mediante la caricatura y el disparate, la celebración infantil de la grosería-carnalidad y freaks (no hay que olvidar que en 1972 para muchos un gay era uno de tales) que buscan ser aceptados por su sociedad mediante dementes métodos, los cuales son filmados con la ternura que posteriormete emuló Sardá sólo que en J. Waters estos no son reales sino ficticios. Así, "Pink flamingos" simplemente es una peli para todos los públicos adelantada a su tiempo.
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