"Drugstore cowboy" es una peli muy interesante y bastante buena. Pertenece a una época en la que EE.UU. trataba de renovarse después de que el conservadurismo de Reagan, como todos los intentos involucionistas, se mostrase inviable. Esta renovación trató de conectar con los 70, lógico pues se trataba de puentear a Reagan, y partir de ahí seguir, pero pronto fue abortada, más a menos en el mismo momento en que Clinton y Lewinsky hacían bukake. En ese período pasaron grandes cosas, las más relevantes Nirvana y Tarantino. Otra fue que el cine estadounidense se refrescó con el cine indie, en parte como reacción al cine conservador, irreal e infantil de Hollywood que había reinado en los 80 (lo cual tampoco estuvo nada mal para los que tuvimos la fortuna de vivir ntra. niñez en aquella década). De este modo se pudieron ver otras propuestas a medio camino entre el cine de Arte y Ensayo y el cine comercial. Un cine más maduro, más crítico, más social, más sórdido y menos convencional, principalmente porque enfocaba a temas marginados durante la era Reagan. En este corriente uno de los que más destacó fue G. Van Sant. Sus comienzos son muy estimables como demuestran este título y "My private Idaho". Pero con el tiempo el talento, la inquietud y la audacia de este director se fueron perdiendo a medida que el cine mainstream recuperaba sus posiciones y se hacía con el cine indie. De modo que este cineasta no ha podido superar sus comienzos.
G. Van Sant es una especie de J. Waters. Un director homosexual que suele centrar sus películas en una pequeña y provinciana ciudad de EE.UU., en el caso de Van Sant Portland, en el pasado que vivió como joven y centradas en ambientes marginales y en la juventud. Si bien el 1º acabó rompiendo en un cine vitalista, entrañable y cómico, a Van Sant siempre le han ido más los melodramas, aunque siempre contenidos y sin moralinas. De este modo sus pelis son visiones nada enfáticas sobre un drama social donde priman la ternura y el respeto por los los que lo sufren y los marginados. Algo muy inteligente, por lo que sorprende que casi nadie lo haga, pues, ya que el tema habla por sí solo, hacer una reflexión sobre él siempre resulta redundante y doctrinario.
El drama social de "Drugstore cowboy" es el de las drogas y lo que persigue Van Sant es que comprendamos al delincuente drogadicto. Por ello no trata de vender ningún mensaje paternalista y acrítico y, por tanto, erróneo, vacuo e inútil. Si bien es cierto que le ayuda el que la peli se sitúa en 1971, un momento en que las opiniones y conductas alrededor de la droga no se habían fosilizado en unas tesis oficiales maniqueas y romas. Una sociedad y una coyuntura más ingenua pero más dura. Así, Drugstore busca complementar con tolerancia y justicia la visión que la sociedad tiene de ese mundo para purgarla de los prejuicios, de las ideas no contrastadas, de la incomprensión y de la criminalización. Esto para mi es el gran valor de la peli, ya que hay muy pocas que no traten este tema de forma beata, moralista, simplista y reaccionaria, que no traten de proporcionar un mensaje interesado mascado por el sistema para que sea tu opinión y que no acabe cayendo en el lenguaje distorsionado y simple de la propaganda, el panfleto y la publicidad. Así podemos ver de forma cruda, es decir, sin velos o filtros, que la droga es para muchas personas la huida de un mundo desagradable y sin alicientes. Que el problema de la droga no es indivudal, es social. Que no es más que otro síntoma de una sociedad que no es tan perfecta y luminosa como cree e intenta hacer creer. Que el tema de la droga no se soluciona en la selva colombiana, sino reformando una sociedad injusta, insolidaria y propensa a marginar cuando no tiene respuesta. Aunque, de todas formas, la peli no deja de ser una peli, es decir, no es una reflexión profunda y completa sobre el tema que trata, es un relato.
El relato (curiosamente basado en una novela aun sin publicar en aquellos momentos) es bastante interesante porque, aunque es muy clásico, es decir, lineal, sencillo y directo, esta muy bien desarrollado y contado y esta brillantemente aderezado con el tema de la superstición y la suerte. De este modo la historia acaba teniendo un aire mágico o fantasioso que, al impregnar todo de fatalismo, acerca la historia de Bob a la tragedia clásica. Lo que, sumado a que no es una peli cómoda, conservadora, convencional y complaciente, salva a Drugstore de ser un melodrama de sobremesa.
La dirección de Van Sant, como siempre, es funcional, sobria y sencilla. Tampoco puede ser de otra forma dado que es una peli con poco presupuesto. Pero el talento y la inquietud visual de Van Sant consigue sacar partido a los medios limitados jugando con la luz fría y azul, los colores desvaídos y pastel de los decorados, unos efectos especiales muy elementales y el super 8, de modo que la peli esta salpicada de planos con vocación artística y tiene una imagen cuidada. Así pues, sin ser nada especial e incluso rudimentaria a los ojos de hoy, la dirección visualiza muy bien el guión y lo hace más cercano y atrayente al lograr que el espectador conecte con la peli.
Estuvo ayudado en esta labor por los actores. Los cuales, aunque ninguno hace gran cosa exceptuando M. Dillon, estan verosímiles y competentes, ayudados por un físico muy en armonía con el carácter de los pjs, encarnando una juventud truncada no por las drogas, sino porque su rebeldía intrínseca y justificada les ha llevado por mal camino. Aunque he de decir que la copia que he videado esta mal doblada (curiosamente por el mismo equipo que dobló "Los Caballeros del Zodiaco"). Las voces suenan igual lejos que cerca, dentro que fuera y son bastante monótonas y monocordes, así que deprecian la actuación de los actores doblados. M. Dillon hace un buen trabajo fundamentado en la sobriedad y naturalidad. Una sólida actuación que contrasta con los habituales espectáculos histriónicos que nos ofrecen los actores cada vez que encarnan a un drogadicto y que, además, esta muy bien al sintonizar con el tono tranquilo, observador y sereno de la dirección. Así que uno se pregunta más de 20 años después (joder como pasa el tiempo, que lo paren que me quiero bajar), cómo es que este actor no ha llegado más lejos, ya que esta es una de las muestras de que es uno de los mejores de su generación. Es obligatorio que hable de H. Graham porque su belleza no se la salta nadie. Esta es su 1º incursión fílmica y, aunque se nota, no pasa nada porque su bisoñez encaja perfectamente con su papel, por lo que hace un trabajo estimable ya que no es nada cómodo y popular (los productos de Hollywood jamás tienen un papel así en sus currículums). En perspectiva sus cualidades de valiente e inquieta más su despampanante belleza rubia de peras grandes, su sonrisa matadora y sus rasgos juveniles simpatiquísimos y pizpiretos hacen que su carrera no este a la altura de sus capacidades ya que, aunque no pasa de ser una actriz correcta, estas cosas la hacen más versátil que la típica actriz rubia con peras grandes.
Por último, hay que destacar la fina reconstrucción de los 70 y la bs. La 1º no fue difícil ya que el guión no planteaba muchos retos en ese aspecto, la mugre y la pobreza es igual en los 70, que en los 80, que ahora. La 2º esta, para una producción humilde, bien nutrida y es completa y atinada de modo que refuerza las imágenes sin hacerse evidente. Destaca el gran tema "The israelites" de Desmond Dekker & Aces que sospecho es una metáfora de los protas de la peli.
Así pues "Drugstore cowboy" es una peli muy recomendable por su singularidad y calidad. Es sencilla, modesta, honesta, sólida y no es escabrosa, a pesar de ser un melodrama nada complaciente, conservador y maniqueo, por lo que llega tocar el alma (perdonen la cursilada). Por eso se ha conservado muy bien, si bien es cierto que lo tenía fácil al ser una peli localizada en un momento ya pasado incluso cuando se hizo la peli, y pone de relieve las virtudes del cine indie que justifican su existencia exigiendo que no desaparezca, porque sólo de soma no se puede vivir y complementa la visión irreal, simple y satisfecha de la cultura oficial al buscar algo más que entretener.
Así pues "Drugstore cowboy" es una peli muy recomendable por su singularidad y calidad. Es sencilla, modesta, honesta, sólida y no es escabrosa, a pesar de ser un melodrama nada complaciente, conservador y maniqueo, por lo que llega tocar el alma (perdonen la cursilada). Por eso se ha conservado muy bien, si bien es cierto que lo tenía fácil al ser una peli localizada en un momento ya pasado incluso cuando se hizo la peli, y pone de relieve las virtudes del cine indie que justifican su existencia exigiendo que no desaparezca, porque sólo de soma no se puede vivir y complementa la visión irreal, simple y satisfecha de la cultura oficial al buscar algo más que entretener.
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