Buscando una cosa mencontré con esto:
Si estabais por aquí a principios del siglo XXI os acordaréis de la polémica que hubo a cuenta de qué designaba la etiqueta Novela Gráfica. Al final la cosa se desinfló sola como pasa con todos los debates que no importan a la mayoría. Pero el asunto es que una Novela Gráfica es un formato de Cómic, Tebeo o Historieta, como lo quieras llamar. El que lee una novela gráfica está leyendo un tebeo o historieta y por eso la polémica. No se puede vender que una novela gráfica es otra cosa, más adulta, más elevada, más realista, más sofisticada, que un cómic cualquiera porque es evidente que es un formato que apela a no aficionados, a los que necesitan una etiqueta para distinguir las churras de las merinas. O sea, es algo para el lector ocasional, el no entendido. Al que necesita ayuda empresarial para distinguir ya que todo le parece igual. Evoco esto porque en esa polémica sestableció que Novela Gráfica era un término importado, acuñado en EEUU en 1978. Por eso me ha sorprendido ver las portadas darriba.
Entonces me puse a investigar y mencontré que la historia de la Novela Gráfica es sencilla y fácil de seguir, y que no era exactamente como se nos había contado.
Si miramos en EEUU nos damos cuenta de que en la década de los 50 del siglo XX la industria del Cómic dallí estaba buscando una denominación para sus publicaciones diferentes al del típico comic book destinado al público infantil. Es decir, para distinguir el producto adulto o minoritario del infantil o mayoritario. Entonces vino Wertham y se cargó esa evolución. Así tenemos que ir a la década siguiente (los 60) para encontrarnos con el término Novela Gráfica. Mas este sólo se usó en publicaciones teóricas para designar al cómic extranjero (o sea, no estadounidense) que no es infantil. Así, no extraña que en 1972 una empresa tomase esa etiqueta para plantarla en la portada de unas de sus publicaciones. En los 70 eclosionaba el cómic underground y adulto y había que distinguirlo de los Archies y de los superhéroes (cómo si la portada y el precio no fuesen suficientes). Así en 1978 la dichosa etiqueta acabó cuajando, si bien más bien por influencia francesa que por Eisner.
Si miramos a España la historia es distinta. El término aparece por 1ª vez en 1904! (antes de Franco). En mi opinión porque en aquella época no había una manera reconocida de denominar al Cómic. Tebeo e historieta son palabras que surgen posteriormente (y el préstamo de cómic tardó algo más). De hecho el primer editor español de novelas gráficas se refería con tal designación a gags en viñetas que se leen darriba a abajo. La prueba definitiva de que entonces la novela gráfica significaba simplemente tebeo es que la etiqueta estuvo desaparecida hasta 1948 (ya mandaba Franco). Entonces es cuando reaparece para referirse a un cómic que adapta una novela. Así, parece que ese nombre se debe a eso. No obstante no hay que olvidar que en México poco antes ya lo usaba una revista de cómics para autodesignarse, y quentonces había mucha más conexión que la que hay ahora entre ese estado y España. El término era pues marginal hasta los 60. Ahí es cuando caló de tal modo que hubo por doquier cómics que llevaban en su portada eso de "novela gráfica (para adultos)". Claramente de nuevo el término lo empleó la industria para ayudar a su clientela a no coger un cómic infantil. Como todos consumen pues hay que distinguir. Así la cosa llega hasta la muerte de Franco. En ese momento la etiqueta Novela Gráfica desapareció (no con exactitud cronológica), no sé los porqués aunque es evidente que por los cambios socioeconómicos que trajeron el fin de aquella dictadura autoritaria, que la presumida generación de la Transición no se atrevió a derrocar. Así el término cayó en el olvido hasta finales de los 90, que es cuando se importa al ser ya España una auténtica provincia cultural estadounidense. Y nadie dijo nada porque las novelas gráficas franquistas son productos populares y por ello efímeros de tal modo que nadie sacordaba dellas, mucho menos los que nacimos después del tal Franco, quéramos la mayoría de los compradores de cómics en los 90 del siglo XX (igual que ahora:).
Finalmente los franceses, que al ser pioneros de los cómics para adultos habían impulsado en EEUU el rollo de la Novela Gráfica, adoptaron el término en los 80 del siglo XX para ayudar a diferenciar el cómic adulto de la masa de cómic infantil, juvenil e industrial de sus tiendas.
Si miramos a España la historia es distinta. El término aparece por 1ª vez en 1904! (antes de Franco). En mi opinión porque en aquella época no había una manera reconocida de denominar al Cómic. Tebeo e historieta son palabras que surgen posteriormente (y el préstamo de cómic tardó algo más). De hecho el primer editor español de novelas gráficas se refería con tal designación a gags en viñetas que se leen darriba a abajo. La prueba definitiva de que entonces la novela gráfica significaba simplemente tebeo es que la etiqueta estuvo desaparecida hasta 1948 (ya mandaba Franco). Entonces es cuando reaparece para referirse a un cómic que adapta una novela. Así, parece que ese nombre se debe a eso. No obstante no hay que olvidar que en México poco antes ya lo usaba una revista de cómics para autodesignarse, y quentonces había mucha más conexión que la que hay ahora entre ese estado y España. El término era pues marginal hasta los 60. Ahí es cuando caló de tal modo que hubo por doquier cómics que llevaban en su portada eso de "novela gráfica (para adultos)". Claramente de nuevo el término lo empleó la industria para ayudar a su clientela a no coger un cómic infantil. Como todos consumen pues hay que distinguir. Así la cosa llega hasta la muerte de Franco. En ese momento la etiqueta Novela Gráfica desapareció (no con exactitud cronológica), no sé los porqués aunque es evidente que por los cambios socioeconómicos que trajeron el fin de aquella dictadura autoritaria, que la presumida generación de la Transición no se atrevió a derrocar. Así el término cayó en el olvido hasta finales de los 90, que es cuando se importa al ser ya España una auténtica provincia cultural estadounidense. Y nadie dijo nada porque las novelas gráficas franquistas son productos populares y por ello efímeros de tal modo que nadie sacordaba dellas, mucho menos los que nacimos después del tal Franco, quéramos la mayoría de los compradores de cómics en los 90 del siglo XX (igual que ahora:).
Finalmente los franceses, que al ser pioneros de los cómics para adultos habían impulsado en EEUU el rollo de la Novela Gráfica, adoptaron el término en los 80 del siglo XX para ayudar a diferenciar el cómic adulto de la masa de cómic infantil, juvenil e industrial de sus tiendas.
Así pues la conclusión está clara, el que hoy lee novelas gráficas es un franquista facha cavernícola voxero, y los que leemos cómics somos progres y del pueblo. Lo sospechaba viendo que los defensores de la novela gráfica como algo diferente del Cómic eran o pedantes o/y mammonistas.
Comentarios
Los editores pueden jactarse de haber sabido aprovecharse de ello. Y bien que hacen. En cambio, ni los divulgadores más indolentes y cínicos han sido capaces de obtener un beneficio económico de este castillo que se han montao entre varios. El caso de Santiago García (prócer máximo del culturalismo novelgráfico) es ejemplar de ese hacer pasar meras creencias por estudio y análisis, el cotejo histórico que ofrece su biblia no pudo arreglarlo ni cuando se vio obligado a pasar a la estrategia de la sensibleria retórica hablando de afectividades, ternuras y destinos universales, con los que arreglar tanta patraña. Si no fuese por su desempeño como guionista de historieta lo más probable es que hubiese acabado alejándose por completo del medio cual doblete mítico del simpar Javier Coma; que a todos utilizó y por todos fue utilizado durante sus años de gloria.
Supongo que has leído La novela gráfica. Perversión genérica de una etiqueta editorial, de Manuel Barrero, que aunque no sirva como vacuna contra las actitudes elitistas y su falta de convicción es para leerlo varias veces seguidas, pero existe un libro muy anterior titulado Comicsarias gracias al que se puede echar un vistazo a la guerra de bandas que montaron alrededor del cOmic adulto editores y críticos durante los ochenteros años. Si lo lees verás un tinglado no muy distinto al que trataron de armar alrededor de esos tres días que nos duró el movimiento de la novelgraficosa. Que ya apenas sobreviviría reciclándose en forma de textos revisionistas, tésis aburrídisimas, y algún libro collage en ámbitos universitarios. Dejando de lado la eficacia del mammonismo de editores, libreros y periodistas, creo que la novelgraficosa solo nos habría dejado como herencia algunos bichos mutantes bien vestidos dispuestos a asomarse a cualquier balcón para darse importancia. En Galicia tenemos varios: a Octavio Pesares, al que todo aprovecha, un tipo que ni sabe hablar ni escribir el gallego de la EGB (y que tuvo el cuajo de preguntar en su tapia de Facebook si alguien conocía revistas culturales gallegas (para arrimar su pluma) que no fuesen Luzes ("demasiado política" para él; Luzes es una institución, pero en esa hora el solo conocía El Faro de Vigo, la TVG y La Voz de Galicia)), pero que va a ser capaz de aprovechar el momento para castigarnos con un libro sobre la historia del cOmic gallego, o bibliotecarias que no aciertan a distinguir literatura y cOmic pero son invitadas a recomendar novelas gráficas y amenizar presentaciones y coloquios.
Parece ocurrir igual en todo el mundo. No sé si en Japón estarán a salvo con tanto subgénero como tienen. Pero no creo que podamos echarle la culpa al coronavirus o a VOX. Tengo bastantes tebeos brasileños de los años noventa (década de eclosión del "quadrinho independiente" (de supers, de humor, satíricos, costumbristas...)) en los que a través de prólogos y artículos se pitorreaban de los lectores acomplejados y el mercado estadounidense por haber necesitado de un nuevo término como Graphic Novel. Y no les sirvió de nada. Allí los tebeos también tienen que venderse como ghrapic novels para que sus autores y editores subsistan. Incluso los tebeos de Spacca, que describión el Batman deshauciado de Frank Miller como ejemplo de Graphic Novel pitorreable en el prólogo a Bichos do mato.
[También podías haber utilizado alguna de las muchas novelitas gráficas de horror españolas de los años setenta. Tengo una de Frankenstein con Drácula (un bodrio lamentable, pero con portada de Maroto).]
Si nunca hubiéramos sabido quiénes eran los autores de Marvel, nunca habríamos querido cotillear sobre ellos.Y nadie habría tenido la tentación de ser su chulo y vivir de ellos
Muy gracioso anónimo. En Vox pensarán que cuando en España los niños leían Hazañas Bélicas y las niñas Esther todo iba de puta de madre y encima la gente iba a misa.
Tú comentario da mucho que pensar Tom. Una buena y diferente perspectiva con la que contemplar cierta parte del negocio del Cómic en España.
Siempre ha sido un modelo que me ha dado una sana envidia y mi opinión era que se podría haber seguido en España para que los tebeos se hubieran quedado en los quioscos. Formato popular, muchas páginas, b/n. Para el lector ocasional, más que suficiente. Los lectores ajenos a este mundillo piensan que ya no se editan tebeos. Que desaparecieron hace décadas
En cualquier caso, el modelo italiano muestra que se puede ralentizar el proceso y, sobre todo, no perder el hábito de la lectura, como bien señala Milord.
Sólo he leído algo de "Zagor" y todo el mundo me recomienda "Dylan Dog". ¿Podéis darme alguna luz al respecto?
Gracias y manteneos firmes en la Fe durante el cautiverio
En el sitio web de Bonelli seguramente hayan dispuesto en lectura en línea más de una historia completa en estos momentos. Pero tratar de "descifrar" italiano requiere de una enorme paciencia, y, además, el tipo de historieta que plantean hace imposible el seguimiento del relato de cualquiera de sus historias cuando uno es incapaz de acompañar los textos; yo ni lo intento. Lo último que hojeé fue el capítulo de estreno de un nuevo personaje: Morgan Lost, ciencia ficción teñida de terror y (supongo) suspense. Se trata de un cazador de asesinos en serie y me pareció mucho más potente gráficamente que las series traducidas por Aleta debido a su ambientación y la arquitectura de que se acompañaba.
En cuanto a la compra de material Aleta, podrías escoger entre Dylan dog o Dampyr: ambos personajes ofrecen aventuras cerradas de interés para quienes gustan del subgénero de horror. Los argumentos de base y el muestrario de monstruos y horrores de ambas series resultan ejemplares, las referencias que utilizan los guionistas sobre mitos, leyendas y folclore son elevadas en cualquier sentido. Hacen de ellas un uso inteligente y moderado. E incluso evitan exposiciones agotadoras acerca de estas que puedan entorpecer el desarrollo del relato. En Dylan dog, detective de lo insospechado, predomina el suspense sobre la acción y dispone de un artificio referencial (sobre todo literario y cinematográfico) mayor que, por ejemplo, cualquiera de las series y personajes derivados del universo Hellboy; por decirlo de manera directa, su lectura supera las expectativas de cualquier fan de Jiménez del Oso. Como la mayoría de las series de Bonelli tiene la ventaja de presentar aventuras conclusivas, totalmente autónomas, dentro una continuidad que permite su consumo en cualquier punto de la colección pese al uso abundante de citaciones. Citas que definen la personalidad de los personajes casi siempre. Muy recomendable el especial titulado Mater morbi que tradujo Spaceman, tebeo en color con cartoné y 29 cm. Que creo debió de servir de incentivo para que el editor de Aleta se lanzase a publicar ese tipo de proyectos especiales en forma de álbum. Existe uno que traslada las aventuras de Dampyr a Barcelona y que no se distingue especialmente de la colección ordinaria.
Lo de Aleta es de locos...
La ciencia ficción bonelliana es clásica y aventurera, no existen vuelos metafísicos ni los derroteros de la ventura dejan demasiado margen a la especulación social. Por lo menos en lo que nos publicó Aleta. Yo pasaría de esos personajes. Sí que me gustó muchísimo el libro que publicó Aleta del personaje Vento mágico, un weird western con grandes dibujantes, que inexplicablemente no tuvo continuidad después de esa desmesurada edición; no sé si se trataría de un especial así editado en su país de origen (tengo tres tebeos en portugués (Mágico vento) en una edición mucho más modesta y barata pero igualmente divertidos). También he podido leer las cuatro entregas iniciales de la cole especial que Panini ha tenido a bien publicar en España de Dragonero y asombrarme de la concepción tan ramplona de la fantasía heroica que tienen algunos lectores. Y la cantidad de dinero que parecen dispuestos a desperdiciar con ello. Se trata de aventuras imitativas de escenarios por mil veces conocidos sobre los que jamás llega a establecerse modificación alguna, como tampoco sobre sus personajes. Martin Mystery es una cosa como de otro siglo y su publicación constituye una invasión bárbara. Tengo los primeros porque fueron saldados hace varios años.
Serie ignorada pero de mayor interés que el común de los westerns, y totalmente a descubrir en España, con la que ECC además ha acertado sumando lo que parecía impensable: una salida regular y una edición completamente asimilable a los párametros con los que hoy se asume que los mangas son más baratos a la vez que constituyen una lectura inmediatamente amortizable respecto del álbum europeo o las ediciones recopilatorias habituales. El número trece contiene la ejemplar y emotiva aventura titulada: Lily y el cazador. (Si tienes perro deberías leerla.)
Y desde ahora mi subsección en este sitio web permanecerá cerrada hasta que sean abonados los seis meses que me adeuda CRITIKRATOR y su sociedad anónima asociada (con sede en Holanda, seguramente). Todos mis artículos anteriores se mantendrán accesibles y a la disposición de cualquier lector pulsando en la etiqueta #QuédatEnBragras.
Yo no puedo aportar nada a este tema salvo certificar que leer en italiano es un infierno porque tiene muchísimos falsos amigos. Es más fácil leer francés y portugués (sólo sabiendo castellano). Y decir que me da pena Bonelli. Hace como hace 3 años estuve en Nápoles, última vez que he estado en Italia, y allí veía cómics en los kioskos e incluso tropecé con una tienda donde vi que Panini edita muchas cosas que aquí, así que me da pena que la utopía ya no exista.
El tema es que a mi no me van ni el Terror ni el Western así que deso no cato. Leí algo de Nathan Never hace años pero no me gustó, me pareció flojo, aunque algo que tiene el fumetti es que siempre está bien dibujado, y coincido en lo de Dragonero. Deje el 1º a medias por lo convencional que era. Es una pena pero es que por desgracia la mayoría de los aficionados a la Fantasía Heroica pide eso, al menos es lo que domina en el mundo rolero y no creo que haya fanes más acérrimos a la Fantasía Medieval que esos.
Ah, me leí el Diabolik original, al menos todo el que seditó en España, y me pareció bastante bueno. Algo viejuno ya pero muy subversivo.
Creo Isma que te voy a hacer un ERTE...
No sé como lo habéis hecho para mezclar los planteamientos más intelectuales sobre la novela gráfica con un comic tan de genero y artesanal como los Bonelli, pero me encanta; es la gracia de leer este blog.
Por mi parte, hace ya tiempo que dejé atrás la fase de leer el blog de Santiago García; entiendo que se aspiraba a elevar la categoría critica del medio, pero me resultaba algo impostado. Supongo que en un mercado razonable, habría sitio para (y hasta tendrían sentido) tratamientos así, pero el nuestro es tan escuálido, que a veces pienso que podríamos ir todos a la misma libreria y sobraría espacio. Aparte, qué narices, tengo buen recuerdo de Trajano Bermúdez.
Respecto a lo de Aleta/Bonelli, solo puedo decir que fue una pena. Sé que no son tebeos para todo el mundo, pero me parecían un tebeo de genero respetable, lo que cada vez valoro más. Pregunté en par de ocasiones a Joseba Basalo en algún salón de comic, hasta que entendí que simplemente no habría remedio.
Un saludo