No recuerdo como llegué aquí. Desde luego fue por el anime. Pero no sé cómo llegué a él. Me suena que fue una oferta o algo así. El caso es quel anime me impresionó tanto que cuando PdA decidió sacar el manga me lance a por él a pesar de quentonces era carísimo. Pero era bimestral, y era El Puño de la Estrella del Norte.
El anime adapta bastante fielmente como los 1º 9 tomos de la historia, o sea, más o menos la mitad. Por tanto el manga ofrece su conclusión, que es satisfactoria, a pesar de ser previsible y tópica, pero, por concluyente, decepcionante. El final abierto del anime es chulísimo y deja espacio para soñar, el final cerrado del manga es convencional y humaniza demasiado. Naturalmente al estar la historia completa se entiende el lío de las estrellas. Pero no gracias a la traducción, que flojea bastante en la 2ª mitad. Quizás prisas, quizás recortes. La dificultad de encajar el castellano en globos pensados para el japonés, que no tiene letras y se escribe darriba a abajo, y el trasfondo bastante nipón aunque de origen chino y astrológico hicieron quel traducir en automático, de seguido y sin releer, no fuese suficiente para hacerlo decentemente. Afortunadamente la cosa está en inglés, así que uno puede cotejar aquellos pasajes que suenan raro porque no están bien escritos o no encajan con el personaje, con el contexto o con la historia y entender mejor el guión. Así, por fin me he enterao de la mitología que rodea esta historia simple y tópica pero con numerosos momentos sublimes y emocionantes, gore verdaderamente enajenante y melodrama oriental de calidad.
La historia es la respuesta de Buronson a Mad Max 2. Se ve que la cosa le impresionó mucho así que montó su propia versión de la peli. Lo hizo muy bien porque consiguió un pelotazo. La orientalización de la peli gustó mucho a los nipones pero me imagino que lo decisivo fueron sus altas dosis de ultraviolencia y locura. El mejor ejemplo desta seguramente sea el diseño de uno de sus villanos: cabeza de Boy George en cuerpo de Schwazenegger... Así pues tenemos posapocalipsis, desierto, rascacielos ruinosos, moteros punkarras hiperviolentos y gigantescos y artes marciales. Las armas de fuego pasaron a la Historia. Como es una relato de artes marciales oriental el tema no es violencia pura y dura sino que tiene su trasfondo místico. Resulta que el apocalipsis fue cósmico. La guerra nuclear no sólo acabó con casi toda la humanidad (el manga comienza en el calentamiento de la Guerra Fría provocado por Reagan que a la postre fue el último), sino también con el firmamento. Por tanto lo primero que hay que hacer es crear uno nuevo. De ahí lo de la Estrella del Norte. El título, Hokuto no Ken, significa el puño [del asterismo] del Carro que lo componen las estrellas más brillantes de la Osa Mayor, la constelación más brillante del hemisferio norte de ntro. planeta. Además Ken, el nombre del prota, significa rey y eso es crucial para aprehender la trama. Por eso no debía perderse en la traducción, la solución era difícil pero era posible y además están las notas. Por ejemplo el apodo de Rao, el antagonista de la historia, uno de los mejores personajes del Cómic de todos los tiempos, es kenshiro, o sea, rey de la lucha. Así, el asunto es la lucha de 2 monarcas sagrados, ambos son 1 de las 7 estrellas del Carro, por ser la nueva Estrella del Norte. Es decir, la nueva estrella guía. La estrella Polar de la nueva era, que no puede dar comienzo hasta que haya un firmamento. El tema es que esta estrella, la más cercana al Norte, va cambiando con los milenios por las peculiaridades de la rotación de la Tierra. Así hoy es Polaris, ayer fue Kochab y anteayer Thuban. Con este chulo trasfondo Buronson consigue que este manga no sea plano y simple.
Este peliculón que se montó el nipón no está al principio. Una de las mejores cosas del trabajo de Buronson en El Puño de la Estrella Norte es que supo improvisar sobre la marcha sin resultar incongruente o tramposo. Claramente tenía pensado una historia simple y breve pero el exitazo le obligó a ir más allá, lo que consiguió con ingenio y de forma coherente. Ver que en los superhéroes o en la tele esto rara vez se consigue nos da una idea de la habilidad de Buronson. Otras característica del trabajo del nipón que hace deste manga no una obra sobresaliente pero sí espectacular y única, es su sadismo. Prácticamente todos los personajes que salen en el manga son despiadados y ninguno repite crueldad pese a que las víctimas son las mismas de siempre, niños, mujeres y ancianos. También nadie muere de la misma forma pese a que todos los humanos morimos por las mismas causas, y estamos hablando de cientos de personajes. En cierta forma el manga es una liga de Mark Lenders demencial. Cada uno tiene su técnica alucinante y es vencido de la forma más delirante posible. Esto es otra de la característica que hace queste manga sea impresionante. Es tan ultraviolento y gore que enajena, tanta violencia acaba teniendo efectos psicoactivos de modo que la lectura deste manga es un trip. Pocos cómics hay que sean capaces de lo mismo. La última cosa que hace grande a El Puño de la Estrella del Norte son sus personajes. No hay ninguno malo a pesar de que muchos son versiones de un mismo tipo. Todos los personajes principales son atractivos y están inteligentemente introducidos de modo que ni se opacan ni se molestan entre sí. El mejor de todos ellos es Rao. Es totalmente sublime. El tipo busca ser dios con tenacidad nipona, o sea, que ni hace ni piensa otra cosa. Desta forma es uno de los oponentes más brutales y terroríficos sobre los que se puede leer. Este Rao no sólo nos habla de la gran habilidad de Buronson para crear personajes tan extremos que son arquetipos, sino también para desarrollarlos. Los radicales son difíciles de llevar porque son inflexibles y una historia por definición es fluida, pero Buronson se las ingenia incluso para darle dignidad a su mediocrización final. No obstante Rao merecía algo mejor. Starlin cuando se enfrentó al mismo problema con Thanos, que es un Rao descafeinado, lo hizo mejor. Pero también es cierto que la historia del titán es dotro tipo.
El ingenio y la enajenación mental de Buronson no habría llegado a ningún sitio sino fuese por el dibujo de Hara. Un potente grafismo a medio camino de la caricatura manga y la apolínea. Hara y sus ayudantes lo dibujan todo bien, coreografían excelentemente las luchas a hostiazo limpio y atronador y son buenos narradores. La gran calidad del trabajo de Hara y su equipo lo demuestra el que sea siempre espectacular a pesar de estar en B&N y ser pequeño y que no aburra o sature a pesar de repetirse hasta la saciedad. Por tanto, la potencia quel dibujante es capaz de dar a sus dibujos y a su narración es lo que da espectacularidad a las ideas tan retorcidas como tópicas de Buronson, y así las salva de su mezquindad. Sin la habilidad de Hara para convertir en sublime las ideas del guión la cosa hubiera resultado en una tonta, tópica y simplona historia gore de buenos y malos.
Así pues El Puño de la Estrella del Norte es una lectura fascinante y espectacular que desgraciadamente va de más a menos. El planteamiento maniqueo, sólo puede quedar el bueno, como siempre empobrece y convencionaliza las cosas, así que Rao obtiene menos de lo que se merece, pero esta es una historia en la que el viaje es lo más importante. El final insatisfactorio se perdona porque se ha gozado el camino como un gorrino y porque el transcurrir ha dejado momentos sublimes y memorables. En mi opinión el anime es mejor porque evita la tristeza que aporta todo final, pero el manga ofrece un trasfondo místico que convierte un relato maniqueo típico en uno de recreación cósmica de carácter mítico, cualidad que es lo que hace perdurar a los relatos. Desde luego El Puño de la Estrella del Norte, bien anime, bien manga, es inolvidable.
La historia es la respuesta de Buronson a Mad Max 2. Se ve que la cosa le impresionó mucho así que montó su propia versión de la peli. Lo hizo muy bien porque consiguió un pelotazo. La orientalización de la peli gustó mucho a los nipones pero me imagino que lo decisivo fueron sus altas dosis de ultraviolencia y locura. El mejor ejemplo desta seguramente sea el diseño de uno de sus villanos: cabeza de Boy George en cuerpo de Schwazenegger... Así pues tenemos posapocalipsis, desierto, rascacielos ruinosos, moteros punkarras hiperviolentos y gigantescos y artes marciales. Las armas de fuego pasaron a la Historia. Como es una relato de artes marciales oriental el tema no es violencia pura y dura sino que tiene su trasfondo místico. Resulta que el apocalipsis fue cósmico. La guerra nuclear no sólo acabó con casi toda la humanidad (el manga comienza en el calentamiento de la Guerra Fría provocado por Reagan que a la postre fue el último), sino también con el firmamento. Por tanto lo primero que hay que hacer es crear uno nuevo. De ahí lo de la Estrella del Norte. El título, Hokuto no Ken, significa el puño [del asterismo] del Carro que lo componen las estrellas más brillantes de la Osa Mayor, la constelación más brillante del hemisferio norte de ntro. planeta. Además Ken, el nombre del prota, significa rey y eso es crucial para aprehender la trama. Por eso no debía perderse en la traducción, la solución era difícil pero era posible y además están las notas. Por ejemplo el apodo de Rao, el antagonista de la historia, uno de los mejores personajes del Cómic de todos los tiempos, es kenshiro, o sea, rey de la lucha. Así, el asunto es la lucha de 2 monarcas sagrados, ambos son 1 de las 7 estrellas del Carro, por ser la nueva Estrella del Norte. Es decir, la nueva estrella guía. La estrella Polar de la nueva era, que no puede dar comienzo hasta que haya un firmamento. El tema es que esta estrella, la más cercana al Norte, va cambiando con los milenios por las peculiaridades de la rotación de la Tierra. Así hoy es Polaris, ayer fue Kochab y anteayer Thuban. Con este chulo trasfondo Buronson consigue que este manga no sea plano y simple.
Rao.
Este peliculón que se montó el nipón no está al principio. Una de las mejores cosas del trabajo de Buronson en El Puño de la Estrella Norte es que supo improvisar sobre la marcha sin resultar incongruente o tramposo. Claramente tenía pensado una historia simple y breve pero el exitazo le obligó a ir más allá, lo que consiguió con ingenio y de forma coherente. Ver que en los superhéroes o en la tele esto rara vez se consigue nos da una idea de la habilidad de Buronson. Otras característica del trabajo del nipón que hace deste manga no una obra sobresaliente pero sí espectacular y única, es su sadismo. Prácticamente todos los personajes que salen en el manga son despiadados y ninguno repite crueldad pese a que las víctimas son las mismas de siempre, niños, mujeres y ancianos. También nadie muere de la misma forma pese a que todos los humanos morimos por las mismas causas, y estamos hablando de cientos de personajes. En cierta forma el manga es una liga de Mark Lenders demencial. Cada uno tiene su técnica alucinante y es vencido de la forma más delirante posible. Esto es otra de la característica que hace queste manga sea impresionante. Es tan ultraviolento y gore que enajena, tanta violencia acaba teniendo efectos psicoactivos de modo que la lectura deste manga es un trip. Pocos cómics hay que sean capaces de lo mismo. La última cosa que hace grande a El Puño de la Estrella del Norte son sus personajes. No hay ninguno malo a pesar de que muchos son versiones de un mismo tipo. Todos los personajes principales son atractivos y están inteligentemente introducidos de modo que ni se opacan ni se molestan entre sí. El mejor de todos ellos es Rao. Es totalmente sublime. El tipo busca ser dios con tenacidad nipona, o sea, que ni hace ni piensa otra cosa. Desta forma es uno de los oponentes más brutales y terroríficos sobre los que se puede leer. Este Rao no sólo nos habla de la gran habilidad de Buronson para crear personajes tan extremos que son arquetipos, sino también para desarrollarlos. Los radicales son difíciles de llevar porque son inflexibles y una historia por definición es fluida, pero Buronson se las ingenia incluso para darle dignidad a su mediocrización final. No obstante Rao merecía algo mejor. Starlin cuando se enfrentó al mismo problema con Thanos, que es un Rao descafeinado, lo hizo mejor. Pero también es cierto que la historia del titán es dotro tipo.
Otra cosa de El Puño de la Estrella del Norte que enloquece más que ver a Cthulhu cagar es que sale un Jesús culturista dando hostias como panes.
El ingenio y la enajenación mental de Buronson no habría llegado a ningún sitio sino fuese por el dibujo de Hara. Un potente grafismo a medio camino de la caricatura manga y la apolínea. Hara y sus ayudantes lo dibujan todo bien, coreografían excelentemente las luchas a hostiazo limpio y atronador y son buenos narradores. La gran calidad del trabajo de Hara y su equipo lo demuestra el que sea siempre espectacular a pesar de estar en B&N y ser pequeño y que no aburra o sature a pesar de repetirse hasta la saciedad. Por tanto, la potencia quel dibujante es capaz de dar a sus dibujos y a su narración es lo que da espectacularidad a las ideas tan retorcidas como tópicas de Buronson, y así las salva de su mezquindad. Sin la habilidad de Hara para convertir en sublime las ideas del guión la cosa hubiera resultado en una tonta, tópica y simplona historia gore de buenos y malos.
Así pues El Puño de la Estrella del Norte es una lectura fascinante y espectacular que desgraciadamente va de más a menos. El planteamiento maniqueo, sólo puede quedar el bueno, como siempre empobrece y convencionaliza las cosas, así que Rao obtiene menos de lo que se merece, pero esta es una historia en la que el viaje es lo más importante. El final insatisfactorio se perdona porque se ha gozado el camino como un gorrino y porque el transcurrir ha dejado momentos sublimes y memorables. En mi opinión el anime es mejor porque evita la tristeza que aporta todo final, pero el manga ofrece un trasfondo místico que convierte un relato maniqueo típico en uno de recreación cósmica de carácter mítico, cualidad que es lo que hace perdurar a los relatos. Desde luego El Puño de la Estrella del Norte, bien anime, bien manga, es inolvidable.
Comentarios
Cuando hagas testamento acuérdate de dejarme esta cole. Cada vez pinta mejor.
Ismamelón Sobrino.