Sí. Sí. Esto lo publicó Panini. Listillos. PERO NO completo. Es una maxiserie, o sea, una miniserie de 12 nº (jerga del siglo pasado), que se recopiló en 3 tomos. En castellano falta el último. Por ventas o por temas de dchos., sólo lo sabe Panini ya que España es un estado donde los responsables jamás tienen que dar explicaciones. Así que la cosa se quedó colgada en el cada vez más lejano 2013, como todo el que pilló los tomos en castellano sabe. Debido a que las cosas en mi palacio van despacio no fue hasta las Navidades pasadas que me hice con el tomo que (me) faltaba...
El guionista de la maxiserie es C. Roberson, un escritor que parece que ahora fundamentalmente lo es de cómics, faceta por la que le conocemos por aquí (pero yo de lo suyo sólo he leído esto), que además es fan de Moorcock. Su trabajo en esta maxiserie es mediocre a pesar de empezar bastante bien. Quizás le perjudicó el conocer y venerar la obra del escritor inglés, prácticamente desconocida en España en particular y en el mundo castellano hablante en general a pesar de la importancia que tiene en la Fantasía y la CF anglosajona, pero la mediocre calidad literaria y el vanguardismo se pagan. Su guión se inspira en la novela de Elric Marinero de los Mares del Destino y en la trilogía The Second Ether y está protagonizada por el Campeón Eterno de forma que el protagonismo del melniboneano (hace años que no escribía esta palabra...), aunque es el que más sale, no es muy superior al de Hawkmoon, al de Corum y al de Eric Beck (la personalidad del Campeón inventada por Roberson). Tampoco es más decisivo que estos. La historia comienza siendo 4 tramas paralelas (creo que la de Elric se situaría después de La Torre Evanescente y antes de "El rescate de Tanelorn", la de Hawkmoon después del ciclo del Runestaff y la de Corum al final de sus novelas), después se reduce a 2 y luego a 1. Al principio es interesante porque es dinámica y misteriosa, pero cuando casi todo está aclarado y los protas se han reunido se atasca. C. Roberson no la planificó bien así que el último tomo es bastante rollo, casi no es grave el que no se haya publicado en castellano a pesar de que deja el relato inconcluso, porque no tiene mucho que contar así que la acción se ralentiza y el desarrollo se densifica con explicaciones innecesarias y escenas paja. Además la escala cósmica acabó superando al guionista. Por tanto la cosa queda torpe y deslabazada. Seguramente el entusiasmo le jugó una mala pasada a C. Roberson. Una pena porque es de los escasos cómics de Elric que no es una adaptación literaria, aunque nada nuevo aporta al melniboneano o al Multiverso de Moorcock.
F. Biagini es el dibujante. Hace un buen trabajo con un dibujo sintético y limpio pero al final acaba aplastado por el desbordamiento del guión y porque se ocupa de lápiz y tinta. Biagini es limitado en la narrativa (aunque puede que C. Roberson no le dejase muchas opciones), así que sus páginas son monótonas y convencionales, y sólo se ocupa de los fondos cuando es estrictamente necesario, pero es un dibujante competente, como es europeo aporta unas referencias culturales que enriquecen la Fantasía que normalmente es pobre en el cómic estadounidense (salvo la dibujada por P. C. Russell), sólo hay que comparar a J. Buscema con BWS, y tiene un talento natural para dibujar monstruos. Seguro que esto fue lo que le dio el puesto pues la historia está plagada de seres caóticos. Así pues se defiende bien y hace vistoso el guión, hasta que este empieza flojear y a irse de madre y él a cansarse, tanto bicho caótico se paga, por lo que el final resulta deslucido. La escala cósmica superó a guionista y a dibujante aunque Biagini tiene excusa: el escenario final es una planicie desierta y el tamaño comic book es pequeño para lo cósmico.
Por tanto The Balanze lost es ambicioso por su escala, original porque ni ocurre en los Reinos Jóvenes (ni aparecen), ni Elric es el prota, ni adapta un texto de Moorcock, lo más habitual, y es respetuoso con y conocedor del material literario en que se basa que, a pesar de empezar bien, termina mal porque intentó abarcar más de lo que podía. No cayó en que hay cosas que la literatura puede pero el Cómic no (y viceversa). Su principal fallo es culpa de C. Roberson pues es evidente que no pensó en la plasmabilidad de su historia. No obstante queda un relato diferente con unos seres caóticos bien repulsivos que en calidad no es diferente a los restantes cómics de Elric de Melniboné.
Para finalizar unas palabras sobre los mencionados (información de las ediciones españolas aquí). El melniboneano tiene una buena relación con los cómics. Desde los 60 del siglo XX sale en ellos, si bien su época dorada fueron los ya lejanos 80 de aquella centuria. Fundamentalmente son adaptaciones de las novelas. Aunque los anglosajones lo ignoran, el 1º cómic lo publicó en Francia Druillet en 1968. Elric le nécromacien (Elric: The return to Melnibone) es más un relato ilustrado chulamente en B&N que un cómic y adapta el comienzo de "La Ciudad que Sueña", fue reeditado en 1971 con una página más. El siguiente cómic es material original y es una incursión de Elric en el mundo hibóreo de Marvel en la serie a color Conan el Bárbaro, aquí se ha editado varias veces. Después viene un fanzine más que un cómic que una tienda de cómics de EE.UU. editó en 1973, un año después que lo anterior, que adapta con permiso y en B&N el relato "La Ciudad que Sueña" con el título de The fall of The Dreaming City. Lo siguiente vino en 1976. La revista de cómics Star reach en su nº 6 publicó una historieta corta original en B&N titulada The prisoner of Pan Tang. Es obra de unos tales E. Kimball y B. Gould, que lo dibuja muy influido por BWS. A eso le sigue una adaptación en color de Elric de Melniboné, más relato ilustrado que cómic, a cargo del mismo Moorcock y F. Brunner que se editó en 1979 en los nº 5 y 7 de la legendaria revista de cómics Heavy Metal y nunca más (Moorcock con un Chaykin muy europeo también en ese año publicó un cómic: The swords of Heaven, the flowers of Hell ambientada en algún lugar del Multiverso en la editorial de la revista, aquí lo publicó Toutain en los nº del 4 al 7 de su revista Ilustración + Comix Internacional). A esto le siguió en 1980 otra adaptación en color de "La Ciudad que Sueña" a cargo de R. Thomas y P. C. Russell que fue serializada en la revista de cómics Epic Illustrated de Marvel pero debido a su éxito se terminó como novela gráfica (término que en aquella época quería decir versión estadounidense de álbum europeo) en 1982, La ciudad de los sueños. Su éxito llevó a que se continuase pasando así esos autores al siguiente relato en While the gods laugh, proyecto que se abortó por algún motivo pero continuó en editoriales independientes (en 1983 en Pacific Comics y luego, tras su quiebra, en Eclipse Comics a partir de 1985). Así se adaptaron todas las novelas, supongo que aprovechando lo hecho por Thomas y Russell en Marvel, de las que aquí se publicaron las 2 1ª adaptaciones y ahora se acaba de empezar a hacerlo de nuevo de forma mu cara, menos la última porque Eclipse se fue al garete, así que hubo que esperar hasta 1996 para que fuese adaptada por P. C. Russell. Esta adaptación se publicó aquí 1º en grapa y luego en tomo. En el siguiente año DC pilló a Elric y acto seguido publicó una maxiserie (no sé si había intención de más pero el caso es que son 12 nº), Michael Moorcock´s Multiverse, que son relatos de las diferentes encarnaciones del Campeón Eterno, lógicamente entrellas la de Elric, que estuvo a punto de ser editada aquí, y ya en el siglo XXI una miniserie que es una historia original de Elric que se sitúa antes de Elric de Melniboné escrita por Moorcock y dibujada por W. Simonson, aquí se publicó en un tomo pequeño. Después viene esta maxiserie y finalmente una adaptación francesa en curso, también se está publicando aquí, de las 1ªs novelas que es mediocre aunque moderniza el aspecto visual del asunto. Así está el tema. Ojalá se recuperase lo de Druillet y lo que no son adaptaciones, ya tenemos las novelas, y el cómic a la europea de Moorcock y Chaykin pues tiene buena pinta.
Comentarios
Sólo escribo para darte las gracias. Mignola está sublime. El guión es un tanto atropellado en la resolución