Termina con este tomo la colección de los Thunderbolts. Una serie que, a trancas y barrancas, ha oteado los 200 episodios, todo un logro para una cole creada después de los 80. Una hazaña que tiene mucho mérito teniendo en cuenta que ha estado protagonizada por personajes poco conocidos o nuevos y que jamás ha superado el bien, aunque durante un breve momento estuvo en la cresta de la ola. Una pena para mi pues la llevo siguiendo desde comenzó su edición, allá por 1998. Poco más de 15 años.
El final se veía venir. Ya lo presagiaba yo por aquí puesto que la serie era demasiada mediocre para un mercado tan pequeño y competitivo como el actual. Yo reclamaba un cambio en el equipo autoral, un guionista más chisposo y que no se fuera por peteneras y un dibujante más atractivo, sin embargo Marvel prefirió cambiarle el título, quizás más acorde con lo que siempre han sido, supervillanos haciendo de superhéroes, y meter gente nueva, personajes nuevos y totalmente desconocidos. El resultado ha sido el esperado. Fin. Aunque según cuenta el guionista en el tomo el cambio de título permitió estirar la cosa casi un año más. La gente que tonta es, le cambias el envoltorio y se cree que va a encontrar otra cosa.
Dónde he visto yo esto antes?
Lo único bueno de este final es que J. Parker, el guionista, hace su mejor trabajo de su demasiado larga, y por ello letal, etapa en los Thunderbolts-Vengadores Oscuros. Por fin una historia que supera la mediocridad y donde por fin la querencia de Parker por ambientar las aventuras del supergurpo fuera del presente del Universo Marvel ha dado resultado. Así, este tomo es un digno final a una de las coles históricas de Marvel, todas las que superen los 150 nº lo son. La historia es un poco larga, cosa normal, pero es dinámica, entretenida, sorprendente y vibrante. Genial su Tierra Marvel alternativa, atractiva y coherente, y los chistes sobre las ocurrencias Marvel de los últimos tiempos. Al menos los comics de Hickman han servido para algo bueno. Gracias Parker pero demasiado tarde. Yo sigo con mi interpretación de que los guiones están inspirados en la situación del guionista en Marvel. Recordemos que tras finalizar esta cole se ha marchado a DC. Parker nunca ha estado cómodo en Marvel, siempre que ha podido ha contextualizado sus historias fuera del presente, como ejemplifica su estancia en esta cole. Pero por lo que se trasluce -si no se me ha ido la olla- en sus comics ha sufrido editorialmente. Si bien sus coles nunca han ido bien en ventas. Probablemente por ello aquí los malos son los superhéroes y al final vuelve a liberar a los protagonistas. En el anterior tomo Parker liberó a los protas de la sumisión al Estado y en este final vuelve a hacer lo mismo. Los Vengadores Oscuros, de los que sólo queda de los originales Piedra Lunar (aquí recupera un poco de su protagonismo), quedan libres y algunos mejorados. Parece que Parker compensa su sometimiento editorial liberando a los personajes de las ocurrencias Marvel. Por muy villano que se sea es una injusticia ser privado de la libertad y ser usado como herramienta por intereses espurios.
Ayuda el nuevo dibujante, N. Edwards. Un tipo que sigue la estela de B. Hitch aunque con menos talento, con una narrativa más convencional y casi sin fondos, como asalariado que es no puede trabajarlos porque no tiene carta blanca. A mi la propuesta realista no me parece la mejor para dibujar superhéroes ya que vulgariza y acartona las figuras y eso es contraproducente para un género de fantasía y acción como es el superheroico, pero Edwards se lo curra, es un todoterreno y es expresivo. Ha sido uno de los mejores dibujantes que ha tenido la colección. Más vale tarde que nunca, aunque cuando es al final pues ya como que da igual. También se pasa por aquí un tal M. Pierfederici.
En fin, un final que es todo lo definitivo que puede ser un fin en una industria cíclica como el mainstream. Parker ha dejado las cosas bien interesantes: una alineación atractiva con puntos con mucho potencial como el control del bueno por la mala, la búsqueda de originalidad de las malas copias y la presencia de 2 rubias manipuladoras y brillantes en el grupo, una redundancia que en manos hábiles puede dar mucho juego, ya apostando por lo fácil, pelea de gatas, ya apostando por una análisis de los clichés femeninos en la industria del entretenimiento masculino. Lamentablemente parece que Marvel no tiene mucho interés por esta nueva alineación, no pega con su enésima reinvención.
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