"Los Seis Secretos" es la respuesta de DC al grim&gritty que ha estado desplegando Marvel últimamente. Sólo que esta, en vez de adoptar el punto de vista cínico y conspiparanoico del pop yanki posNixon como hace Bendis, se atiene al género, de modo que "Los Seis Secretos" resulta una serie regular superheroica donde se mezclan con armonía lo clásico y lo posmoderno.
Todo el mérito de la calidad de esta serie es de G. Simone. Esta guionista de estilo clásico, con cierta singularidad por su talento literario y cómico y por su visión crítica del género nacida de su cualidad femenina, hace aquí un gran trabajo porque se mueve con soltura y habilidad en una cole fresca y novedosa al no estar rígidamente sometida al maniqueísmo del género ni tener detrás una dilatada continuidad. Se nota que estas características le gustan y que los pjs que escribe le atraen a pesar de que los retrata como joputas. También el trabajo de Simone es bueno porque concilia perfectamente el género con el grim&gritty que el fiasco Bush jr. a vuelto a poner de moda en EE.UU. Por eso, sus pjs son tan joputas como los Thunderbolts de Ellis o los vengatas de Osborn y sus comics son igual de macabros y violentos que los de aquellos pero, los de "Los Seis Secretos" son mejores porque esta mejor integrados en el género, son más originales e ingeniosos y en ellos existe tanto la dinámica de grupo como la caracterización de pjs. Además, Simone aprovecha para hacer en ellos una ligera reflexión sobre el Mal y el supervillano de modo que eleva a esta serie por encima del nivel de mero vehículo de entretenimiento de usar y tirar. Así pues, los seis secretos, aunque son seres de ficción, son creíbles y viven emocionantes y originales aventuras amorales, macabras y violentas que tienen una profundidad que los redimen de la comercialidad. Por eso es la mejor serie de superhéroes que se esta publicando actualmente.
El dibujante regular es N. Scott que aquí, a diferencia del anterior tomo, es ayudado por C. Rodríguez. Un dibujante influenciado por Pacheco, mediocre por pericia y anodino porque, al practicar el estilo del género, no se distingue de todos los demás dibujantes mediocres del mainstream, aunque es competente en la expresividad y en la narración. N. Scott es un dibujante que concilia toscamente el academicismo con el estilo Image al ser torpe. Su mediocridad deprecia los guiones de Simone pero al menos plantea su trabajo de forma más seria y profesional que la mayoría de los dibujantes mainstream al siempre intentar hacer las cosas bien: hacer a los pjs expresivos, dar dinamismo a los dibujos, narrar con emoción, trabajar los fondos y ser espectacular cuando toca. Pero tiene un gran enemigo, que no es su falta de garra (un estilo demasiado industrial) y un talento insuficiente para llegar a donde quiere ir, sino el color. El color es el típico de ordenador. Uno que, al buscar el realismo, acartona las figuras y resta dramatismo a la historia de modo que pega continuamente patadas en la espinilla al tosco trabajo de N. Scott al acentuar su sosería e hieratismo.
El formato tomo caro (1€ más de lo que costarían si fuesen grapas mensuales Panini) con que se publica esta estupenda serie es un signo más de que vivimos en un mundo injusto. Pues, aunque "Los Seis Secretos" no es la leche sí es una serie superheorica diferente, divertida, sorprendente, interesante, emocionante (una pena lo del tomo, pues el continuará lo maneja muy bien Simone) y que requiere tiempo para ser leída, de modo que da mil vueltas a cualquier serie superheroica que se este publicando hoy a pesar de que esta lejos de ser la mejor dibujada. Por ello, en un mundo justo o ideal en nuestro país esta serie saldría en grapa.
Así pues, este 2º tomo de la serie regular de "Los Seis Secretos" es una interesante y original lectura que confirma que esta es la mejor serie de superhéroes que se esta publicando en este país a pesar de que este nuevo tomo no es tan bueno como el anterior. Algo previsible ya que aquel es buenísimo. Aunque esta cole de las reglas del género sólo cumple la del maniqueísmo, es una buena lectura superheroica al complementar un género tradicionalmente blanco y ejemplarizante con su ácido y descreído pero constructivo, inteligente y respetuoso posmodernismo. Además, molan los pjs, molan las relaciones disfuncionales que tienen entre ellos y en este tomo sale WW.
Comentarios
Impacientes Saludos.