Nuevo número de Conan que desde hace meses ha dejado de cumplir el calendario anunciado de la web de Planeta para esta serie.
Después del original pero tristemente intrascendente fill-in del número anterior, retomamos la historia que se estaba contando en el 7, pero desgracidamente sigue siendo el prólogo como el anterior. A cambio de entrar en faena Busiek, nos vuelve a ofrecer un número en que intenta contarnos como es Conan, olvidando que ya todo el mundo sabe quien es Conan y por eso no necesita presentaciones. En esta historia le vemos al pj en su rara faceta de pícaro y timador, recordándonos que es inteligente (no como sus pelis) además de ser el ser vivo más letal de toda la Era Hibórea. Un número consagrado a poner en evidencia las diferencias entre la barabarie y la civilización y como esta, por decadente y débil es presa fácil de la primera por su fuerza y valor, que es el discurso principal de Conan desde que fue creado. En fin, un número autoconclusivo, aunque se nos anuncia que pasará en los siguientes, en el que vemos a Conan en su faceta de ladrón, putero y juerguista.
Busiek hace un guión correcto, ha bajado el nivel exhibido en los 6 primeros números, espero que sea pasajero, pero sigue demostrando que el género de Espada y Brujería se le da también (o quizás mejor) que el superheroico. Vamos, que nos ofrece una historia entretenida, sin pretensiones y donde sigue sembrando intriga.
Nord regresa y esta vez con unas páginas más curradas que las de sus últimos trabajos. Pero desgraciadamente, sigue abocetando sus dibujos, apostando por la sugerencia y la simplicidad y cargando todo el peso de la parte gráfica en el colorista. Una pena, porque este hombre tiene en sus manos el lograr ser el mejor dibujante de Conan de todos los tiempos, algo que no es moco de pavo, pues sería superar a J. Buscema y a B.W. Smith, dos gigantes del medio que dieron lo mejor de si mismos en Conan. Los puede superar porque su estilo, mezcla de Frazzeta y Buscema, encaja perfectamente con la Era Hibórea y porque es capaz de dar más verosimilitud y más atmósfera que los dos anteriores. Con él la Era Hiboria puede tomar cuerpo de una vez y abandonar los convencionalismos de Buscema para la ambientación o el poco adecuado prerrafaelismo de Smith, ya que North nos deja intuir que tiene un arte con muchos recursos y una amplia imaginería (peinados, arquitecturas, armas, vestidos, etc.) que le permitiría definir perfectamente, dar verismo y carta de realidad a la Era Hibórea, esto es, que tenga de una vez por todas su propio, característico e ideosincrático aspecto visual.
Por tanto, como viene siendo la norma, el principal responsable del genial aspecto visual que tiene Conan es su colorista, que a falta de entintador define y termina los dibujos de Nord, da entidad a los fondos y verosimilitud a las escenas por medio de cosas como el magnífico dominio de la luz o su capacidad tizziana para las telas. En fin, un deslumbrante y magnífico trabajo de Stewart, que para mi es comparable por su importancia para la colección al que hizo Oliff para Akira de K. Otomo.
Así que en resumen tenemos un correcto y estimable nuevo número que anuncia interesantes historias para un futuro cercano, donde sigue brillando por encima de los guiones de Busiek y los dibujos de Nord, el precioso y pictórico color de Stewart. Por cierto tiene la mejor portada de las 9 que han salido, una como las de los viejos tiempos, los buenos tiempos, violenta y dinámica. Todo esto hace un cómic muy recomendable para los que les guste la Fantasía.
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