Estos números corresponden a la saga Estación de Tinieblas, la saga más larga y ambiciosa de toda la cole. Seguramente los mejores números de Sandman y la mejor grapa de los 90, y esta vez no da vértigo ni me subo a la parra por decirlo, una saga tremenda que ya en su momento la gente supo que era un clásico.
En estos números Sandman decide ir al infierno a rescatar una antigua amante, pero es un viaje peligroso pues Lucifer no le va a dar un buen recibimiento. Al final, el viaje no resultará como esperaba Sandman, pues se lleva una gran sorpresa y un envenenado regalo.
Gaiman construye en estos números su historia más ambiciosa hasta la fecha por los conceptos y lo pjs que maneja y sale airoso al consiguir una gran y profunda historia, sobre todo gracias a un derroche de originalidad y creatividad que le permite dar una versión diferente de pjs muy conocidos, pero sin traicionar el estereotipo de estos. Gaiman sigue con su prosa literaria, su tono humanista, su toque filosófico, desplegando magistralmente su erudicción, su toque británico y su leve toque gótico. Con ellos hace una historia impresionante por sus diálogos, por lo bien que maneja a los personajes (muchos muy difíciles) y por lo perfecta que es la trama. Un argumento original, magnífico y ambicioso, muy bien planteado, desarrollado y finalizado, lo que demuestra que Gaiman en aquellos momentos estaba en estado de gracia, porque tal nivel de perfección y esa capacidad para no ser víctima de una idea genial (que es lo más fácil) no puede explicarse de otro modo. En fin, un brillante trabajo de Gaiman, pues consigue domar una idea más grande que la vida. Una historia en la que aparte de reflexionar sobre la vida y la condición humana, Gaiman sigue tejiendo el universo de Sandman haciéndolo cada vez más profundo e interesante. De este modo, poco a poco Gaiman construye un clásico posiblemente imperecedero.
Varios son los dibujantes que se ocupan de esta obra. Dringenberg se encarga de abrirla y cerrarla. Sigue con su estilo tosco, sucio, minimal pero expresivo y narrativo. No obstante, en el primer número consigue superarse a sí mismo haciendo un gran trabajo, minucioso y elegante, donde nos muestra a los mejores eternos hasta la fecha de la cole y junto con el colorista consigue, el mejor número en el apartado gráfico hasta el momento, pues logra plasmar a la perfección el complejo y ambicioso guión de Gaiman. La mayoría de los números los hace K. Jones. Un dibujante diferente en el mainstream americano de ahora y de entonces por su estilo de autor. Un estilo estilizado con importantes influencias del cómic americano de los 50 y de Mignola. Aunque no es un gran dibujante, hace un gran trabajo pues consigue crear un Infierno diferente a cualquier cliché además, de perturbador, igual que sus demonios. Nunca he visto demonios en un cómic que me den tanto asco y miedo como los de Jones. Aunque es un dibujante que hace viñetas muy sencillas, consigue salir airoso de prueba tan difícil. M. Wagner, el creador de Grendel, (para cuando la reedición de ese magnífica obra que se titulaba algo así como 4 ángeles y un infierno o algo así? Uno de los mejores cómics que he leído en mi vida y que era ya incontrable a finales del siglo pasado) hace un número que es un especial. Es uno de los números más inquietantes, terroríficos e incluso desagradables de la serie. Como siempre Gaiman aún partiendo de elementos manidos consigue una historia original, brillante y humanista, una de las mejores de toda la serie.
Con estos números Zinco dejaba de publicar en grapa esta colección, pues se vendía muy bien en las tiendas pero fatal en los kioskos. Así que decidió pasar a una edición mejor y más cara que es el antecedente del concepto actual de Norma para publicar cómic americano. Ahora que esta de moda los fallos de traducción y sintácticos de las editoriales, os cuento que en el número 15 hay uno de los errores más graves de toda la historia: escablos en vez de esclavos, alucinante. Pero todo lo demás como hasta ahora, desconociendo el original, es correcto.
Pues eso, una gran historia, potente, cautivadora, alucinante que gustará a cualquier que le guste leer y las cosas profundas. Unos cómics imprescindibles para todo coleccionista. Parafraseando a uno de los comentadores de este blog, "de lujo". Sólo un pero, el tremendo y estupendo guión de Gaiman mereció haber caído en manos de dibujantes mucho más competentes, quizás B. W. Smith hubiese hecho un trabajo digno del nivel de Gaiman, con lo que seguramente el mundo no sería ahora el mismo.
Comentarios
PD: Lo dejé porque me pusieron a Neil Gaiman por las nubes y en ningún momento conecté con él.
PD: Le daré otra oportunidad, aunque haya hecho el 1602...
Lo que admiro es lo bien que lleva a los ángeles o a Lucifer, pjs tremendos que es muy difícil llevarlos sin caer en su humanización o en la convención. Me alegro de que os haya picado la curiosidad, ya me diréis.