No pensaba releerme esta miniserie de nuevo, pero como hace poco puse una reseña sobre la cole de Nam, pues pensé que la critiquita de estos 6 números del sello epic lo completaría. No me apetecía releérmela, principalmente porque ya me la he leído varias veces, pero todo sea por el blog!
Esta miniserie es del sello epic (una especie de antecedente de Vertigo que se dio en Marvel en los 80, daba más libertad creativa, buscaba historias más maduras y reconocía los derechos de los autores sobre sus creaciones) y tiene como protagonistas a unos soldados de Vietnam, la tripulación de un helicóptero (un punto de vista novedoso del tema, pues casi siempre los protagonistas son de infantería). La obra fue publicada en un momento en que se reflexionaba sobre la guerra de Vietnam (había pasado poco más de una década del final) en EE.UU. El principal resultado fue que había que rehabilitar a los que combatieron allí, pues la opinión que se tenía de aquella guerra había acabado por contaminar también a la opinión sobre los que combatieron allí. Así que Veitch, inspirado por ese momento, decide montar una historia épica donde los soldados americanos sean mostrados como buenas personas y no como opresores del capitalismo, sostenedores de un regimen corrupto y criminales de guerra. Veitch quería con esta historia purificar a los veteranos haciendo suya la opinión tan extendida hoy, de que los que combatieron allí, salvo excepciones, lo hicieron movidos por buenos motivos personales y se atuvieron a las leyes de la guerra, dejando la responsabilidad de todo lo malo que rodeó a esa guerra a los políticos y oficiales de todos los bandos enfrentados en aquel conflicto. Pero en la miniserie, que curiosamente fue editada en España al mes siguiente de cerrar la cole de Nam, ese tono de alabanza pronto queda sepultado por la historia, resultando anecdótico que los protas sean soldados que estuvieron en Vietnam.
Veitch se monta la historia de una guerra eterna a donde van a parar todos los soldados orgullosos de serlo que mueren en la Tierra. Esta guerra enfrenta a los dos bandos de siempre, el Bien (Luz) y el Mal (Oscuridad) y naturalmente los soldados vocacionales, es decir, los guerreros, luchan a favor de la Luz, con esto Veitch pretende rehabilitar a los soldados estadounidenses, pues como eran buenos combaten tras su muerte por el Bien. El mundo que se inventa es una especie de mundo starswarsiano, un universo lleno de sistemas galácticos divididos en 2 bandos enfrentados que se apoyan en los polos opuestos de un poder místico como ya estabais sospechando, incluso los buenos tienen un gobierno democrático y los malos tiránico. Pero Veitch, supongo que por vergüenza, mete diferencias, prácticamente todo los habitantes son humanos, la tecnología es la que había en Europa en torno al 1500, no hay el equivalente de los caballeros Jedi (aunque si poderes, algunos para poder viajar por el espacio) y otros elementos diferenciadores. De hecho, Veitch se monta un basto universo que supera lo que puede meter en los guiones y así escribe artículos donde explica más de su mundo y se nota que había más ideas y que el resultado podía haber sido mejor de haber querido contar sólo una buena historia en vez de hacer una alabanza a los combatientes americanos en Vietnam.
El prota es Lázaro (el nombre dice mucho del papel que tiene en la trama), un tullido de la guerra que sueña con la guerra de la Luz y la Oscuridad donde combaten sus compañeros muertos, a la que no puede acudir porque no esta muerto, pero ocurre un accidente a resultas del cual, acaba en los dos mundos a la vez. A partir de aquí Veitch se monta una historia confusa pero entretenida, de reencarnaciones y elegidos que salvan el universo de la Oscuridad. Lo malo es, el malo de opereta (tiene el mismo aspecto que Lázaro, lo digo porque el dibujante no lo hace muy evidente), que el tono místico no esta conseguido quedando forzado y que utiliza un estilo grandilocuente que resulta artificioso y rídiculo.
En cuanto al dibujo tenemos a Kennedy, un buen dibujante de estilo europeo (con influencias hispánicas por lo visto) pero en la composición de página es estadounidense, que destaca con el color. Lo mejor del cómic es la parte que le toca a él, aunque sus figuras resultan un poco rígidas y un tanto inexpresivas, no utiliza onomatopeyas (en un cómic con batallas son necesarias) y en general sus fondos son minimalistas, coloreando se redime. Hace un gran trabajo que casi justifica por si solo la existencia de la miniserie, destacaría sobre todo el primer número (sublime) y algunas portadas. El color es el principal vehículo utilizado por Kennedy para contarnos la historia, el color dota a la historia de una atmósfera única e intransferible (no te la imaginas en manos de otro artista) y verosímil. Sobre todo porque esta aplicado como se hacía en los viejos tiempos, en los buenos tiempos, no es el color realista de hoy en día, sino como antes, cuando toda una viñeta podía estar coloreada con gradaciones de un solo color. Este recurso no debería haberse olvidado, porque transmite muy bien el mensaje de una viñeta y además, contribuye a resaltarla del resto y hacer las páginas menos monótonas. En fin, algo con lo que el ordenador no debería haber acabado. De esta forma Kennedy consigue momentos bellos y espectaculares. En fin, que el dibujo de esta miniserie es uno de esos de los que nunca te cansas de ver y que a veces lo coges de la estantería sólo para ojearlo. Hay que destacar que la edición contribuye a que el arte de Kennedy se vea bien.
En conclusión, el resultado aunque no extraordinario es bastante digno, por eso, sin duda, esta pareja de autores siguió colaborando. Supongo que muchos ya les habréis identificado, son los que comenzaron en los cómics con el pésimo universo expandido, en las miniseries del "Imperio Oscuro". Yo, que tengo la primera, me doy cuenta de que es un trabajo heredero de esta miniserie y que utiliza algunos conceptos presentes en la misma.
En fin, como hoy en día esta tan lejano aquel momento de reflexión sobre Vietnam, la historia ha quedado como una más, facilona y entretenida, pero con una estética original (no sólo por el estilo de Kennedy, sino porque no suele haber muchos cómics con arcabuces), del subgénero de Space Opera, que seguramente por si misma no merece una reedición, pero sí, si tenemos en cuenta que el género no esta muy bien surtido en este país.
Comentarios
me compre los cuatro primeros numeros de segunda mano y recuerdo que me gustaron bastante...y nunca consegui los dos ultimos...que desgraciado soy.
espero que alguien decida reeditarla algun aNo de estos.