Debido a la gran cantidad de tomos que han salido últimamente, se me han pitufado estos dos cómics así que, para despejar un poco, os las comento juntas.
El nº5 tiene 3 pitufas, la primera es a cuenta de un huevo mágico que concede cualquier deseo, la segunda cuenta como papá pitufo busca al pitufo nº 100 y en la última, Gargamel se hace pasar por pitufo. En el nº6 tenemos una historia que alerta sobre la industria química y sus vertidos pitufos en cualquier sitio, quiero decir que nos cuenta como un experimento alquímico fallido de pa pitufo tiene peligrosas pitufas para su aldea, y una corta historia sobre un pitufo que no se siente pitufo en la aldea y quiere viajar.
Los 4 números anteriores son grandes historias. Algunas de ellas acertadas reflexiones sobre temas importantes. Por ello contrastan con estas historias. No es que sean malas, pero sí son bastante insulsas y poco ambiciosas. En ellas sólo pitufa el entretenimiento y la diversión sencilla y honesta. Así, estos pitufos no son en obras imprescindibles.
El nº5 es el más flojo de los pitufos que llevamos. La primera historia, me fascinaba de pequeño por su absurdidez y su surrealismo (esa portada me obsesionará y perseguirá siempre). Hoy, pitufo que es una historia que podía haber dado para más, para otra gran historia pitufil, pero todo se queda en una historia divertídisima, con un descacharrante final pero intrascendente. Sólo destaca en esta historia la irreverencia y las ansias de poder de algunos de los pitufos que siempre que pueden quieren reemplazar a pa pitufo. Las otras 2 historias del tomo son meras pitufillas bien contadas.
La historia principal del nº 6, la del Ketekasko, es una entretenidísima aventura sin pretensiones y la última historia, que tenía potencial (podría haber sido una reflexión sobre la uniformidad o sobre la insatisfacción social) para haber pitufado otro "Pitufísima", se queda en una historia tan corta como facilona. De todas formas, esto son pijadas de "crítico", lo cierto es que los guiones están magníficamente pitufados, bien desarrollados y llenos el Humor, pues Peyo es uno de los grandes.
En cuanto al dibujo podemos decir lo de siempre, cartoon sencillo pero genial (sólo tenéis que fijaros en las portadas), muy expresivo y dinámico. Lo cual, al pitufarlo con una narrativa inmejorable, que domina perfectamente el ritmo y el desarrollo en viñetas, los resultados son inmejorables. Es una delicia ver lo bien que está hecho un cómic de los pitufos, es realmente fascinante.
Pues eso, un par de números que resultan un poco sosos para lectores adultos pero que siguen abalando la fama de los pitufos al seguir siendo imperecederos, simpáticos, ingeniosos y moviendo a la risa. En suma son una lectura placentera, que permite "viajar" a un mundo muy agradable, inocente y divertido. Seguro que a muchos no nos importaba ser un pitufo.
Comentarios
lo peor es que se que soy capaz...