Relecturas LII: Ironwolf: las llamas de la revolución, H. Chaykin, J. F. Moore y M. Mignola, Zinco 1993
Bueno, antes que nada, qué nadie se asuste. La edición de la que parte este post es una edición de hace 15 años, pero ejemplares de esta aún son encontrables. Y si eso no fuera suficiente, Norma hizo una edición en el 2005 fácilmente encontrable, y no sé si por estar saldada u ofertada, con un precio muy muy tentador.
Ironwolf ocurre en un rincón oscuro del UDC, creo que de su futuro, viene de los 70 y ha sido poco desarrollado. No obstante, aquí se ha publicado algo de él, "Twilight", cómic anterior a este, publicado el año pasado por PDA.
Chaykin y F. J. Moore usan en Ironwolf la space opera porque tal subgénero les permite incluir elementos del género de terror (vampiros), del de aventuras (capa y espada) y del histórico-político (el período de las revoluciones liberales). El resultado es la historia de una revolución democrática contra un imperio decadente que, como siempre, se ha convertido en un conflicto personal, y como guerra civil que es, enfrenta a miembros de la misma familia. Un conflicto que, como trasunto de los de la actualidad, acaba implicando a estados vecinos más desarrollados interesados en buscar una solución antes de que se haga internacional.
Tal y como parece, Chaykin y F. J. Moore tenían muchas ideas para este cómic, pero eso no les hizo fracasar construyendo un guión farragoso ya que escribieron un relato sencillo y fácil de seguir donde todas las ideas y conceptos tienen su explicación (algunos, quizás demasiados, no con la necesaria profundidad). Así, consiguieron contar una historia de aventuras convencional en un mundo original, detallado y complejo. Esta ambientación rica, imaginativa, original, sólida y verosímil (ya comenzada en "Twilight") es, junto a la ambición por hacer una historia más compleja y profunda y menos evasiva de lo habitual en un cómic popular, lo mejor y más destacable del trabajo de ambos guionistas. Lo único malo que se puede decir del entretenido e interesante guión escrito de forma audaz y burlesca es que la prosa difícil de Chaykin hace que el lector se atasque en algunos momentos.
Este cómic es uno de los mejores trabajos (la primera mitad de los 90 es su mejor época) del dibujante Mignola. Sin duda porque la temática se ajusta muy bien a su estilo y contó con el entintamiento de Rusell. De esta forma, su estilo sencillo, sintético, casi minimalista, lleno de belleza, imaginación, creatividad, armonía, elegancia, serenidad y brillantez compositiva y no tan tenebrista como el actual, crea viñetas cautivadoras, algunas, bastantes, brillantes (como los primeros planos de los vampiros), llenas de fuerza transmisora y visualidad que hacen a este cómic algo hermoso de ver. Pero para mi lo más sobresaliente es la pericia de Mignola para hacer visible el guión de Chaykin y J. F. Moore añadiéndole solidez y verosimilitud y dándole idiosincrasia y belleza. Esto es quizás lo más destacable de este gran dibujante, lo bien que dibuja mundos. Es así porque tiene un bagaje referencial muchísimo más amplio que la gran mayoría de los dibujantes estadounidenses. Así, en este trabajo los siglos XIX y XVI son fuente de inspiración para el diseño del vestuario, tecnología y arquitectura, lo que resulta en un aspecto primordialmente steam punk, y hay citas al mundo islámico, a Klimt, al futuro aséptico de la Bauhaus, a "Starstruck", al mundo romano y al veneciano entre otros, lo que en conjunto resulta en un entorno evocador, fantasioso y atractivo a la par que sólido y verosímil, que encarna a la perfección las ideas de los guionistas. En su faceta narrativa Mignola está igual de brillante que en la faceta puramente dibujística. Quizás en este aspecto, este sea su mejor trabajo. Una narración ágil, clásica y fluida con espectacularidad y con momentos tanto cinematográficos como brillantes (el principio y el final por ejemplo) que interpreta a la perfección el guión de modo que da tranquilidad o emoción cuando toca. Así que las páginas de Mignola para Ironwolf son un magnífico trabajo. Tanto, queste por sí solo justifica la obtención de este cómic. Una labor casi genial que está empañada por 2 factores: la ramplona rotulación de las onomotapeyas, cantan al estar al lado de la brillantez de los dibujos de Mignola y no encajan con su estilo, y el color. Este es desvaído y además el colorista utiliza demasiado los degradados y una paleta poco variada, lo que demuestra que no entendió los dibujos de Mignola pues estos quedan mejor con un color vigoroso, plano y contrastado ya que así ganan en fuerza y belleza. Sólo hay que comparar las pocas páginas deste cómic hechas así o "Hellboy" para darse que el colorista de Ironwolf no coloreó a Mignola de la mejor manera posible.
La edición de Zinco la comento porque es, seguramente, el primer ancestro evolutivo de las ediciones de lujo de hoy. Solapas, tapas duras, buen papel pero no una encuadernación que recomiende el abrirse 180º como he hecho, por desgracia. Algo rarísimo en su momento y carísimo. Yo la tengo porque la compré saldada en el festín de buitres que se produce siempre que una editorial desaparece.
Así pues, "Ironwolf: las llamas de la revolución" es un cómic precioso y muy entretenido que destaca por su sencilla complejidad, sus maravillosas páginas y porque el dibujo y el guión encajan a la perfección. Es un cómic muy satisfactorio y grato, tanto, que deja con ganas de más. Lo que hace triste el que ni DC ni ningún autor estén interesados en seguir escribiendo historias sobre este rincón oscuro pero con un enorme potencial. Da pena que sus personajes no hayan vuelto a protagonizar un cómic.
Comentarios
Acabo de leer algo sobre Ironwolf en Tebeosblogs y parece que aborrecen al historiador, vidente y casi profeta, Homer Glint. A mí me cae simpático y solo lamento que no hubiese una chispa sexual aún mayor en esos vampiros.
Ismael, el portador de la cerilla prometeica.
Tienes razón que al guión le falta sexualidad, pero imagino que había un nº de páginas que no se podía superar y no cabía todo. De todas formas, Mignola no es muy sensual.
Pues si te gusta Glimt, a mi ni fú ni fa, es el prota de Twilight, o eso me pareció.
Sobre Mignola, es evidente que era el dibujante para "Sandman". Para desgracia nuestra y fortuna de Gaiman (habría que ver si no sería ahora "el Sandman de Mignola") no fue así
Sobre Chaykin, es el Juan el Bautista de los guionistas contemporáneos: hace sus historias con los personajes que la editorial le suministra y sin la menor consideración por ellos. Todo está al servicio de su vanidad. Por eso es tan irregular y tan dependiente del dibujante: lo que pinta él, es confuso; lo que hacen otros, mejora mucho (Mignola) o muchísimo (JLGL) También por esa razón deja el terreno yermo para otros guionistas: al ser todo por y para Chaykin, nadie puede continuar la historia (sé que no fue así con "Blackhawk" pero la explicación es que Spielberg andaba detrás del personaje para hacer una película a mediados de los 80 y por eso DC lo relanzó con Chaykin y luego continuó con otros autores, a ver si pillaban cacho)
Yo creo que el problema de Chaykin es que hace mucho cosas alimenticias y por eso su obra es muy irregular. Encima, como dices, sólo le interesan unas pocas cosas así que si lo que tiene entre manos no encaja en eso... También creo que el tipo pierde interés rápidamente en lo que está haciendo. En fin, Chaykin es notable pero la media de su obra está por debajo de su talento. Es difícil de continuar porque es muy personal pero no creo que sea un Atila. No se le puede seguir pero sí reconducir su legado.