Un sello se ha roto. Como cada vez me cuesta más encontrar cómics que me encandilen en un mercado en crisis orientado a tipos de clientes en los que no encajo, me he decido, por fin, a mirar cómics en inglés. Así, estas Navidades opté por The adventures of Luther Arkwright ya que es un cómic de CF bastante reputado. Aquí fue publicado por Astiberri hace unos años en 3 tomitos que de vez en cuando se pueden encontrar en las tiendas pero a un precio que dobla el tomo de DH.
He de decir que el inglés de Luther Arkwright me ha parecido difícil. Esto es muy confuso porque la dificultad siempre es subjetiva. Yo no soy bilingüe. Me manejo en inglés porque muchas de mis aficiones no mueven dinero en español de modo que uno aprende ese idioma o se hace futbolero. Así, soy capaz de leer textos de dificultad media sin problemas. No conozco el significado de cada palabra pero los huecos se pueden llenar. Los problemas de este cómic son que es literario, luego exige una buena amplitud de vocabulario, que muchas veces Talbot presenta una prosa desgarrada que es difícil de seguir por la ausencia de puntuaciones (mucho menos necesarias y habituales en inglés por otra parte) o porque cada frase de un mismo párrafo corresponde a una línea temática distinta y que está compuesto de varias tramas paralelas, no siempre coetáneas, que hace difícil introducirse en la historia. Por todo lo cual si uno es dependiente del diccionario leer este cómic en inglés le resultará un infierno.
Luther Arkwrigth es un cómic sobre un Universo dividido en diferentes universos paralelos, uno de los cuales quiere destruirlo y otro quiere preservarlo. Este conflicto es el motor de la historia y Luther Arkwrigth lo protagoniza porque es el arma con el que los conservadores planean llevarse el gato al agua. El relato, muy influenciado por el movimiento new age de la CF (de ahí que el tomo cuente con una interesante introducción de Moorcock), no es muy original pero está muy bien desarrollado y el Universo es bastante diferente y rico (no me extraña que este cómic haya generado un juego de rol). La historia paralela principal transcurre en una Tierra ucrónica donde la dictadura protestante de Cromwell ha llegado hasta principios del siglo XX convertida en un régimen seudofascista que lucha contra la resistencia monárquica, el II Reich gobierna sobre toda el área germana, Rusia sigue siendo la potencia inmovilista que derrotó a Napoleón y Norteamérica está dividida en un conjunto de estados que no he podido desentrañar, hay territorios independientes y colonias inglesas pero no me he enterado muy bien cómo es eso. Ser una ucronía bastante inglesa es el gran hándicap del cómic ya que, aunque es genial, poco le va a decir a quien no conozca algo el siglo XVII inglés (y en general la historia de la isla), además de que las implicaciones son diferentes. Es como si un inglés lee sobre una ucronía en la que el Cid se ha convertido en rey de Castilla, le puede gustar pero el conocimiento de la época y su falta de conexión con ese pasado, aunque sea fantasioso, hacen que su lectura sea menos personal. Así, el gran valor de Luther Arkwright son los personajes, todos muy sólidos e interesantes. Destacan los femeninos, en especial Oktobriana (principalmente por su diseño) y la princesa Ana (uno de los personajes ambiguos más atractivos del Cómic).
Gráficamente el dibujo de Talbot remite al underground de los 60, un estilo heredero de los grabados decimonónicos y las ilustraciones de principios de siglo XX. Un dibujo curradísimo a pesar de que, en este caso, es torpe y tosco. El trabajo de Talbot es una especie de cruce entre el Starlin en B&N de La odisea de la metamorfosis y Crumb. Un dibujo rígido y pesado que no encaja bien del todo con la historia aunque es eficiente. No es atractivo pero encandila porque la narrativa es magistral. Moderna, legible y con ritmo. La escena del magnicidio es excelente. De lo mejor que he leído. Una síntesis perfecta entre el inexorable ritmo regular de Watchmen y la dilatación de la acción mediante la fragmentación en viñetas pequeñas de Miller. Así pues, el trabajo gráfico de Talbot en conjunto es mediocre pero competente y singular y con una notable narrativa.
En conclusión, The adventures of Luther Arkwrigth es un cómic muy sólido que cuenta muy bien una historia de CF no original, pero con los suficientes elementos singulares para resultar fresca y personal, retratando excelentemente el maquiavelismo de la política. Es una lectura adulta, tanto por su complejidad como porque no esquiva la violencia (bastante gore) y el sexo y exige cultura, y notable, de modo que invita a releerla. Me esperaba algo mejor debido a su prestigio, pero tiene todo lo que una lectura necesita para agradar: personajes atractivos, conflicto interesante, misterio, acción, emoción...
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Ismamelón