Hace unos meses hice un post que repasaba lo publicado en España de la serie "La Edad de Bronce". En él me preguntaba cual era el futuro de esta fabulosa serie en nuestro país, ya que su editorial Azake, opaca entre las opacas, había parado su publicación en el 2005! Ahora tengo la respuesta, pues Azake ha sacado otra entrega más, la nº 7 .
"La Edad de Bronce" es un proyecto personal ambiciosísimo con el que Shanower, el autor, planea contar la historia de la Guerra de Troya, que es más que la "Ilíada". De momento esta haciendo la mejor versión en cómic de ese ciclo épico y una de las mejores realizadas en cualquier arte. Es un trabajo estupendo y notable que destaca por el tremendo trabajo del autor, su profesionalidad y disciplina, su amor por el tema y por su vocación de ser un relato total.
Me encanta este cómic porque Shanower ha conseguido revivir aquella época a pesar de que, seguramente, casi todo el ciclo troyano sea ficción. Shanower ha conseguido, basándose en la arqueología, quizás de forma exagerada, pues eso ha supuesto un encorsetamiento de su arte, reconstruir de forma admirable y verosímil el final de la Edad de Bronce al norte del Egeo. Ha unido los datos dispersos que tenemos y los ha juntado en una recreación histórica admirable por su fidelidad con los que nos ha llegado arqueológicamente de aquella época y por su detallismo y verosimilitud, de forma que quizás "La Edad de Bronce" sea la mejor manera para conocer el aspecto que tuvo aquella época. También me encanta por sus pjs, pues Shanower los ha humanizado y modernizado brillantemente, ya que lo ha conseguido sin desnaturalizarlos. Elemento para mi clave de la tremenda bondad de este cómic, pues Shanower consigue que conozcamos a los pjs y por tanto nos ha dado la rara oportunidad de que empaticemos con ellos, pues han dejado de ser estereotipos y podemos superar el abismo temporal que nos separa con la versión (definitiva para los griegos, pero no para la humanidad) del ciclo que nos ha llegado, que hace que sus personalidades nos sean ininteligibles.
Esto es quizás lo mejor de la obra y uno de los puntos donde se ve la entidad del autor, pues por ejemplo, en contra de lo acostumbrado, Agamenón es un pj positivo a pesar de ser un buen rey, es decir un político maquiavélico. Nos cae bien porque vemos que su realeza es una pesada carga que enturbia sus relaciones familiares, pues siempre se mueve entre la conceptualización de sus familiares como seres humanos o como piezas de ajedrez, y personales, pues como macho alfa o primus inter pares ha de soportar mucha presión y mucha competencia e intentos de derribo. Pocas veces Agamenón no ha sido envilecido y pocas veces la soledad del mando se ha reflejado tan bien. Otro ejemplo es su Aquiles, bastante fiel al de Homero pero como los tiempos han cambiado, la audiencia ya no vive en una sociedad guerrera, su valentía, agresividad y crueldad ya no parecen admirables y su honradez y ambición nos parecen intolerantes. También esta Odiseo/Ulises que aquí es despojado del carácter heroico y humano que le dio la "Odisea" para ser un pj taimado y retorcido, no lo suficiente para ser un villano, pero si para ser antipático. También ha dado entidad a Príamo, el rey de Troya, que es un pj que siempre esta desdibujado porque al ser anciano ha delegado su autoridad en su hijo Héctor, por lo que tradicionalmente es un deus otiosus. Pero Shanower se ocupa de él, lo que es una de sus ideas más geniales, pues le sirve para contrapuntear a Agamenón y para hacer una Troya más profunda. De esta forma Príamo, al ser retratado como un padrino respetado y querido por todos amable y pacífico, casi un abuelete, contrasta con un Agamenón ambicioso, estresado por estar en una posición eminente pero nada estable y con unas relaciones turbias con su familia donde es el típico pj radical, en el sentido de que despierta u odios o amores sin términos medios. En cambio, su versión de Paris no es novedosa, pues lo retrata como un joven caprichoso, egoísta, cobarde y vanidoso por lo que como la mayoría de los autores, es incapaz de explicar o de hacer creíble su relación amorosa, tan intensa y fuerte como para provocar una guerra mundial, con una Helena, como de costumbre, madura, melancólica y angustiada por el papel que le ha tocado vivir, de forma que esta relación de tipo edípico no tiene mucho sentido dentro del contexto del ciclo troyano.
En suma, Shanower hace magia con sus guiones, ya que ha insuflado vida a unos tiempos tan remotos que estan muertos y casi olvidados, por lo que los ha recreado de forma magnífica completando muy bien los poemas homéricos al tratar los aspectos más prosaicos y los detalles y aspectos que, por ser poco o nada poéticos y épicos, fueron obviados por el aedo ciego. Así retrata estupendamente la política de los sistemas sociales en donde esta se mezcla con las relaciones familiares y es un proyecto personal en vez de común o estatal y otra cantidad de aspectos de una sociedad pretérita y bastante incomprensible ya para nosotros. Lo que no comparto con Shanower es que haya tomado la decisión (muy actual) de prescindir de los dioses. Sin estos es evidente que el ciclo troyano queda cojo, pues ellos son el motor de la historia, muchas cosas de las que pasan ocurren porque los dioses las provocan. De momento no queda mal, pero todavía no ha venido lo difícil, a ver que hace cuando se meta de lleno con la "Ilíada", porque ha sabido captar muy bien la religiosidad típica de la época, bastante supersticiosa a nuestros ojos y que explicaba las pulsiones y el instinto como posesiones divinas. Lo único malo, en mi opinión, de esto, es que hace que la historia progrese lentamente y se embrolle, de lo cual es un magnífico ejemplo este tomo, donde se dedica mucho espacio a acontecimientos de poca importancia.
A los dibujos, Shanower se revela más humano, pero no por ello deja de hacer un trabajo estupendo muy por encima de la media (2 premios Eisner nada menos), aunque brilla más por profesionalidad, enorme si la comparamos con los autores estadounidenses más mediáticos (lo cual me imagino debe de ser bastante frustrante), que por talento. Sus referentes, diría, son los grandes dibujantes de prensa estadounidenses de la primera mitad del siglo XX y dibujantes europeos del mismo palo entre los que destaca Hergé (la secuencia final de la página 26 de este tomo es puro Hergé) que es de donde Shanower saca su comicidad y su vena de dibujo infantil (que me parece mejor que su vena realista). Así pues practica un estilo realista ideal sobrio y muy clásico con un entintamiento en b&n portentoso, y sobre todo muy currado, cuyo objetivo es dar al cómic el mayor aspecto realista posible ocupándose de todos los detalles. Un realismo que es reforzado por un tremendo trabajo en los fondos, sea muchedumbre, sea un edificio, sea un paisaje, sea un interior, y con la luz. Es quizás un trabajo demasiado serio y contenido por lo que aunque resulta espectacular, en parte porque ya no se hacen comics así y en parte por el curro que hay detrás, en cierta forma resulta soso y anodino. Esto lo compensa por lo bien que plasma la gestualidad y por una narración clásica y cinematográfica impresionante. Es sobria y realista, ya que nunca utiliza planos imposibles o perspectivas radicales, pero no resulta aburrida por la variedad de planos que utiliza (el no conoce el copypaste salvo cuando es la mejor forma de expresar lo que tiene que contar), un dominio del ritmo portentoso y una elección del punto de vista brillante, de forma que la lectura es ágil y dinámica y cuando toca, vibrante y emocionante (en este tomo el ataque nocturno de Paris es un buen ejemplo). Por tanto, el dibujo defiende muy bien el guión apoyándole excelentemente para que el cómic entretenga, interese y emocione. El único pero que se le puede poner, a parte de una disciplina académica que ralla en la locura, pero eso es gusto personal, es que es mucho mejor en las conversaciones y las escenas íntimas que en las de acción, de la misma forma que su narración es más adecuada para la tranquilidad que para la violencia, por eso, en las escenas de combate no da lo suficiente y eso es un aspecto no muy importante salvo cuando estas relatando el ciclo troyano. Pero bueno, también hay que reconocer que "La Edad de Bronce" es más un relato intimista, aunque coral, que un relato bélico.
La edición de Azake es espléndida pero yo le pongo peros, primero que es demasiado lujosa. En mi opinión no es preciso que el cómic tenga solapas y el papel sea tan, tan bueno, ya que encarece la obra (9 € por 4 grapas en b&n). Otro pero es que, aunque desde el anterior tomo incluyen las portadas, que son maravillosas desde el nº 10 por su prodigioso minimalismo, son en pequeño y en b&n. El último es para la editorial. Es demasiado opaca, por ejemplo, tras una ausencia de 3 años no hay ningún articulillo en el cómic o en la web, alguna pista de cual es su intención con este cómic. También se deduce que pronto habrá otro nº (con lo que lamentablemente alcanzamos la edición estadounidense, o sea que lo mismo nos toca otros 3 años de espera), pero no se sabe cuando. Una serie así, publicada a salto de mata, precisa de mayor comunicación entre la editorial y su cliente vamos, digoyo.
En fin, este tomo da aún más peso a la sensación de que "La Edad de Bronce" va a ser un clásico y una POM. Es una pena que una obra así y la ejemplar y admirable profesionalidad de Shanower no tenga la recompensa que se merece. Que esta obra no le de a Shanower para alimentarse y tenga que compaginarla con otros proyectos (en 7 años sólo ha podido hacer 27 grapas) me parece muy triste y agrio.
Comentarios
Una serie muy recomendable con un dibujo excelente y detallista y un guión muy sólido. Shanower realiza un excelente trabajo y de momento uno de los mejores acercamientos del Mito de Troya en cualquier soporte.
Impacientes Saludos.