Inmerso en una crisis vital que explica la erraticidad de este blog en lo que llevamos de año, escribo este post. Es otra peli rara de estas que tanto abundan por el blog. La he querido ver desde que la vi anunciada en un Cimoc de 1990 o 1991. No he podido hasta hace unos días porque jamás ha sido estrenada comercialmente (no está ni doblada) en España, y eso que se anunció para el año pasado. Me da rabia el estado de los cines en este país porque la hegemonía del cine comercial estadounidense es casi total. En eso creo que tienen razón los que explican el poco eco del cine español por estas circunstancias. Hay pocos sitios donde se puede ver algo que no sea cine comercial estadounidense.
Comienzo aclarando que almuerzo desnudo se debe entender como el almuerzo al desnudo. Es decir, ese momento último, el momento de la verdad, en el que echamos una última mirada a la porción de comida que nos vamos a meter en la boca. Un acto archicotidiano y ultrahabitual pero que no por ello deja de ser un momento transcendente. Lo aclaro porque a mi me ha costado entenderlo. El significado de el almuerzo desnudo, de tal asociación de palabras, siempre se me ha escapado. Tras ver la peli pensé que la traducción más adecuada sería almorzando desnudo (como lo hacen los animales y los insectos), pero después de documentarme un poco para el post, he visto que el almuerzo desnudo esta bien aunque, al no tener el artículo al, dificulta que las mentes menos despiertas lo pillemos.
Esta peli es interesante y curiosa, lo que es un logro teniendo en cuenta el material de partida, la famosa "novela" "El almuerzo desnudo", libro inclasificable, autobiográfico, escandaloso, ácido (pillan el chiste?) e ininteligible, pero también un poco plomiza y desagradable en algunos momentos, a veces visuales, a veces orales. Está bien dirigida aunque con un estilo demasiado clásico y un ritmo lento y sostenido por lo que la peli/espectador sufre ya que parte del reparto no está a la altura. Yo la incluyo en el grupo que etiqueto como cine lisérgico. Es decir, pelis donde se trata los efectos de las drogas y de la drogadicción sin moralina y sin juicios. Un cine donde se intenta explicar qué es ser drogadicto y se intenta reproducir los efectos psicoactivos de las drogas. Así pues, está en la línea de "Drugstore cowboy" o "Miedo y asco en las Vegas" (ambas dignas de verse). No obstante es una peli fría ya que su creador nunca deja al espectador sumergirse en la historia o empatizar con los personajes. Esto, en cierta forma, imagino, es la sensación que da la lectura del libro, cuyos mayores valores son la acertada recreación de los fantasiosos 50 y la no diferenciación estilística de la realidad y la psicodelia que en la peli es precisamente lo que da coherencia y linealidad a un relato sobre la evasión de la autodestrucción luchando por el dominio, el amor y el autoconocimiento. El único pero que tiene este film es que no contó con el dinero suficiente para su historia así que falla en recrear tanto el Tánger internacional como la lisergia. Lo que más me ha llamado la atención de la atmósfera es el color, muy vivo y plano, algo poco habitual, quizás hecho así para (como Almodóvar) imitar el color de las pelis de los 50.
La novela es la transcripción (yo no la he leído, bueno, lo intenté en mi juventud y no pude con ella, así que lo que digo de ella es por referencias) de los cuelgues de su autor, Burroughs, miembro del beat, movimiento cultural, esencialmente literario, de los 50 que surge de la marginalidad y del asco y repulsa por la paranoica sociedad estadounidense pero, a pesar de eso, feliz de aquella década. Una sociedad ferozmente burguesa y por tanto insufriblemente mojigata, temerosa, homogénea e intolerante. Así, aquel movimiento es la semilla de la contracultura de la siguiente década. La ininteligibilidad de la novela no impidió a Cronenberg hacer una película narrativa al uso porque inteligentemente utilizó la obra y la biografía de Burroughs para que el espectador pueda decodificar lo personal de los viajes de este (aún así se interpreta mejor si se sabe un poco del autor y su contexto). Lo que pierde el libro al ser adaptado y normalizado es su feroz crítica social. No me parece mal pues Cronenberg no hizo esta peli para criticar, sino con el mismo espíritu con que Picasso hizo cientos de meninas. Pero no hubiera estado de más ya que estamos encaminándonos otra vez a esos años 50 hipócritamente felices que odiaban y temían lo diferente, aunque es cierto que eso es más evidente ahora que en 1991. Así, la peli es más la recreación del proceso de escritura del libro que una adaptación del mismo, aunque si no somos conscientes de eso, nos parecerá un film de CF un tanto surrealista.
Los símbolos y metáforas personales producidas por la mente drogada de Burroughs son muy difíciles de decodificar con un solo videado. Mi propuesta es la siguiente: Los insectos significan 2 cosas. Nosotros, idea que puede derivar de Kafka, y los efectos de las drogas. Hormigueos, pinchazos, etc. son metáforas recurrentes de los drogadictos. Los ciempiés simbolizan a las mujeres o a los homosexuales pasivos y las cucarachas a los hombres sexualmente activos (bugger significa sodomita y bug bicho si bien ambas palabras no están relacionadas). Esto es así, porque el tema principal de la peli es la aceptación de la homosexualidad, algo muy dificultoso para los gays incluso hoy por desgracia. Pero una homosexualidad Clásica o musulmana. Es decir, aquella donde hay 2 grupos claros diferenciados por la edad (maduros y jóvenes), la posición social (ricos/poderosos y pobres) y el rol sexual (activos y pasivos). Así, la peli muestra los diferentes acercamientos a la homosexualidad/autoaceptación del protagonista, quien se cuestiona si es homosexual o no y, si lo es, si debe ocultarlo o no. Una reflexión introspectiva en la que las drogas, el sexo y el proceso de creación son diferentes vías para conseguir el autoconocimiento (quizás el leitmotiv de todo). Lo 1º y lo último se parecen pues ambos son un vehículo a mundos ficticios y por eso los efectos de las drogas y de lo escrito son el mismo. Por ello el estilo literario de Burroughs (sensorial y experimental) busca mimetizar un viaje. También las drogas y la escritura (y más las técnicas empleadas por Burroughs) son formas de intentar llegar y hacer aflorar el yo más íntimo, de llegar al corazón de la cebolla. El sexo se une a las drogas y la escritura mediante la máquina de escribir pues ella, además de un utensilio de escritura, es una zona erótica (vagina, ano, pene, boca) para un escritor. Esta aquí es una criatura que a veces es el jefe de su usuario y otras su guía espiritual, y la creatividad. Así la relación del escritor con su máquina es análoga a la que tiene un drogadicto con la droga. De hecho se puede decir que es un cyborg debido a la relación tan estrecha que tiene con una máquina. No obstante al final creo que es la conciencia o el inconsciente del escritor y lo que le pasa al prota es que no se da cuenta de eso hasta el final. Por último, la Interzona es a la vez un mundo de ficción literario inspirado en el Tánger internacional, el submundo de la droga y las alucinaciones provocadas por estas. Una región donde lo real y lo irreal conviven de la misma forma en que los antiguos pensaban que lo hacían lo mágico y lo real. Mezclados, superpuestos, inseparables (pillan el chiste?).
Esta peli recuerda mucho a los mundos de P. K. Dick. Un escritor de CF, de los mejores que en el mundo han sido, que también creaba a partir de las drogas. Es curioso como en ambos escritores están el interés por la mente, las fantasías paranoides (algo propio de EE.UU. de los 50, presa de la historia anticomunista y el miedo a la guerra nuclear, no sólo de los que se drogaban), las relaciones amor-odio con las mujeres (PKD no era gay), los insectos (casi todos los extraterrestres de PKD están inspirados en estos), la psiquiatría y el submundo de la droga (camellos, etc.) como inspiración de sus mundos de CF. De hecho, Burroughs acabó escribiendo CF y, como PKD, exploró también la relación hombre-máquina. Un tema muy tratado en esa época aunque Burroughs lo desarrolló más que PKD, preludiando el Cyberpunk, tal vez porque vivió más. Es algo tan evidente para mi, la semejanza digo, que me extraña que no se mencione más. De hecho esta peli me ha recordado mucho a "Esperando el año pasado" pues esta novela de PKD también tiene insectos inteligentes, drogas, espías, efectos literarios inspirados en los efectos de las drogas y los cuelgues son rupturas temporales en la vida de los protas.
Así pues "El almuerzo desnudo" gustará a los fans de T. Gilliam, D. Lynch, Jodorowsky, PKD, de lo subversivo y de lo underground, a aquellos que no necesitan un relato convencional y racional para disfrutar y a los que se les excita la amígdala cuando leen un escrito del Espermatozón. De todas formas, pertenezcan o no a alguno de esos grupos, véanla, que al salirse de lo habitual merece la pena.
Comentarios
En cuanto a lo que dices de las mujeres en los 50, o mejor, del miedo/odio de los hombres hacia las mujeres, creo que te va a gustar, también porque es sobre un mito del cómic, este documental subtitulado sobre Crumb:
http://video.google.es/videoplay?docid=-5256654485379198946&hl=es
Un saludo y espero que salga de su crisis.
La fealdad es importante. Su grado social nos enfrenta a la parálisis o la crispación continúas del hombre infelizmente adaptado. Un enfrentamiento paradójico pues fisiológicamente lo feo, lo torcido, lo desgastado, lo degradado, son síntomas de enfermedad o debilidad. Sin embargo, al enfrentar a un hombre interiormente feo con un ser bulboso o insectoide la situación revierte hacia ese grado de la utilidad social del terror o la ciencia ficción.
En el terror el 'ser feo' puede no ser más que un contrapunto, incluso, cubrir el escenario por completo sin mayor significación que la de crear un ambiente de tensión en que lo aparentemente 'bello' se desintegre. Romper la creencia en lo adquirido socialmente por bello como lo adecuado; que , yo creo, no es más que la peremne visión religiosa de la previsión del odio hacia sí mismo. La que hace bello solamente aquello que posea unas cualidades tales que faciliten nuestro propio reflejo.
Te acuerdas de Jodorowsky y Gilliam quienes también suelen introducir mutilados, disminuidos y deformes en el seno de un grupo social siempre mayoritario y, por ello, ejemplar. Los monstruos mueren, la sociedad se desintegra o queda desenmascarada y unos poco, o tan solo, de los integrantes de la sociedad de los bellos-adecuados se ve transformado por ese enfrentamiento.
Ya hemos atravesado la cinta que separa el terror de la ciencia ficción -si hay una cinta, un espectro lumínico o un de cocina, mitad bulbo raquídeo chorreante y mitad microondas, que hace de policia para cobrarno ese supuesto peaje de la línea terro/ciencia ficción-. Aquí lo feo puede tomar la palabra con mayor libertad hasta hacer de la belleza algo excesivamente humano y propiamente feo: la asepsia futura. O hacer de lo feo otra normalidad, con lo cual queda más escondida ante la multiplicidad de tipos que se revela útil para incidir en la decadencia de lo bello-adecuado: vidas declinantes, aumento o disminución de formas organizadas, etc. Un no parar de desvíos, híbridos que envilecen el comedero moral de nuestros. ¿Y qué hace el gobierno chino?
Unas olimpiadas con controles antidoping. ¡Drogas! ¡Drogas! Drogas en mitad de un desfile, monstruos ordenados en filas de colores... por países, por fronteras, por negociados intereses... "¡Señores policias chinos prohiban las Olimpiadas!"
Este verano todos feos por dentro. Que corran solos, que salten solos, que naden solos o que no corran ni salten ni naden.
Ismael, el Santo Cristo reventado.
[Quiero ver esa peli.]
Yo creo que hay enfrentarse por lo menos una vez a una peli atípica. No podemos estar siempre comiendo la misma "mierda".
Me imagino que la peli te gustará Ismael. Aunque como es Crononberg, se salta los adefesios para llegar directamente a los monstruos.