Tenía muchas ganas de leer La saga de la Contratierra porque las referencias a la susodicha, no conocía esta historia de primera mano ya que me aficioné a la parte cósmica del Universo Marvel a partir de Thanos quest, me habían hecho creer que la versión del Nuevo Testamento en clave superheorica y marvelita estaba chula. Lamentablemente eso no es así. La historia en cuestión es floja, tan solo merece la pena la parte final.
La saga de la Contratierra surgió porque el vanidoso Thomas se flipó con Jesucristo Superestar y quiso hacer algo parecido en el mainstream. Narrar una historia de mesianismo donde el redentor era un superhéroe. Por ello necesitaba una nueva Tierra pues aquel debía ser el único ser poderoso el planeta. Así, para contar su historia creó la Contratierra. Una versión de la Tierra marvelita igualita en todo a la original salvo en que no tiene superhéroes. Reed Richards y demás están pero no se han convertido en superhéroes. La premisa mola incluso hoy en día y Thomas planeó la historia para que durase tres años, algo que en lo que se adelantó a su tiempo pues en aquella época nadie hacía planes a largo plazo, pero la cosa pronto se torció ya que rápidamente abondonó su proyecto personal para ser el mandamás editorial de Marvel y el dibujante de este, G. Kane, por debajo de su nivel, lo hizo poco después de la partida de aquel. De esta forma la cole pasó de una pareja de prestigio implicada personalmente en el proyecto a una pareja de mediocres, M. Friedrich, un guionista vulgar, y B. Brown, un dibujante bastante limitado, para la que la cole era otro curro más. Esto acortó considerablemente la vida de la serie.
Thomas no había hecho algo reseñable pero Friedrich no dio una. Su idea de sacar a la palestra al dr. Doom (con armadura pero benefactor, aunque trabaja para el gobierno de EE.UU., e íntimo amigo de su némesis en la Tierra marvelita) y a Reed Richards (aquí una especie de Hulk) de la Contratierra para intentar acercar la serie a un cómic Marvel al uso no evitó la cancelación porque eso no era el problema. Pero Thomas no cejó. Poco después de aquel abrupto final encargó al equipo creativo de Hulk de aquel momento, G. Conway y H. Trimpe, pues Hulk había visitado la Contratierra en su colección, que terminase la historia de Warlock que él había planeado. El resultado son los 3 mejores nº del tomo por ser los únicos decentes. No son gran cosa pero su buen uso de las premisas clásicas de Marvel, simplicidad, concisión, maniqueísmo y acción, hacen que la cosa sea ligera y entretenida. Por otro lado, H. Trimpe es un dibujante muy pobre pero es competente y expresivo y eso da a su trabajo un aire naif que encaja muy bien con la esencia pop de los superhéroes y con el color sencillo y plano de la época. Además, es capaz de hacer una cita culta, homenajea a la Última Cena de Leonardo. Referencias de este tipo yo sólo se las he visto a Giffen y a Quitely.
Así pues La saga de la Contratierra es una historia ambiciosa y audaz muy mal resuelta. La idea de Thomas de tratar de hacer catarsis de la angustia de la crisis de los 70 que había polarizado a EE.UU. con un cómic Marvel versionando el Nuevo Testamento es buena y era pertinente y daba para mucho. Se podía explorar la tierra Marvel sin superhéroes, iniciar el Universo Marvel una década después, salir de EE.UU., hacer una reflexión sociológica, humanística o religiosa, etc. pero a los guionistas Thomas, que acierta retratando el conflicto generacional de aquel momento, y Friedrich no se les ocurrió más que hacer historias confusas de tollinas. Así se cargaron el título ya que este no podía mantenerse en el mercado (sólo duró 8 nº bimestrales) sino demostraba ser especial pues tenía en contra para ser otra más el no tener el apoyo de la Tierra Marvel y villanos variados con los que jugar (sólo el Hombre-Bestia y sus secuaces, todos inferiores a Warlock), estar protagonizada por un personaje desconocido y tener una premisa excéntrica. Conway cerró el desaguisado para que Thomas viese cumplido de algún modo su proyecto, pero lo hizo tan pobremente y pedestremente, no podía hacer otra cosa con los mimbres que le habían dejado, que el primer intento de convertir la creación de Lee&Kirby Él en un personaje con entidad resultó fallido. Sólo se consiguió bautizarle como Warlock.
El tomo de La saga de la Contratierra es como un Marvel Gold cualquiera. No tiene el papel ideal para el material que presenta pero es bastante fiel al original en tamaño y color. Además de esto tiene un pero. Falta el nº 158 EE.UU. de Hulk. Ya que la intención de estos tomos es presentar las historias completas, la ausencia de este nº es clamorosa pues es constantemente invocado en el tomo. Seguramente no está porque en la edición Marvel no está, pero Panini es una editorial no una fotocopiadora por lo que debería aportar algo a sus productos que animen a adquirirlos en vez de los estadounidenses.
En fin, pues un tomo clásico que tiene su importancia ya que es clave para el desarrollo de Warlock, un personaje clave de los 90. Sin embargo en ningún momento su calidad invita a asomarse a él. Versionar el Nuevo Testamento era una buena idea porque tenía muchas posibilidades y era fresca y original pero eso da igual ya que La saga de la Contratierra se abordó con poco interés.
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