Con la perspectiva del Tiempo creo que Thunderbolts es una colección clave de Marvel porque señala el principio del tratamiento posmoderno de los superhéroes en esa editorial. El género superheroico moderno, a lo Lee&Kirby, lo mataron Moore y Miller a finales de los 80. Entonces la industria se puso en manos de unos dibujantes que prometieron ser los nuevos Moisés, pero sus tablas para actualizarlo fueron un fiasco por estúpidas e insustanciales. Eso hizo a Marvel volver a lo moderno, pero ya era tarde así que a finales de los 90 tuvo que olvidar esa forma de abordar un cómic de superhéroes. En esa historia Busiek es uno de los protagonistas. Él fue el campeón del back to the basis, de volver a lo moderno tras el fiasco del dibujo grotesco, los dientes apretados y los pistolones. Pero a la vez que Busiek volvía a hacer cómics de superhéroes como a principios de los 80, sus entonces celebrados Vengadores hoy pequeñitos, se marcó Thunderbolts, una cole donde lo moderno y lo posmoderno, lo viejo y lo nuevo, están fundidos, por lo que es una de las primeras coles en donde los superhéroes son más de "ahora" que de "antes".
La primera cosa que distingue a los superhéroes modernos es su maniqueísmo. El Bien y el Mal no sólo no se mezclan sino que no pueden cambiar. Un supervillano siempre será un supervillano y un superhéroe siempre será un superhéroe. Nadie bueno se vuelve malo y nadie malo se vuelve bueno, esto no quita que haya intentos de cambio. Thunderbolts pone en cuestión esa rígida, ideal y vieja creencia y por eso Busiek la puso en vanguardia y le dio un sitio particular en el Universo Marvel, razón por la cual es la única cole creada en la posmodernidad que ha aguantado en el mercado 15 años. La idea de los Thunderbolts era ver si el maniqueísmo seguía existiendo en el género superheorico tras la muerte de lo moderno, si en la posmodernidad, con su relatividad, es posible el cambio de bando. Por ello Busiek puso a unos supervillanos a hacer el Bien y luego a hacer un continuo sacrificio heroico ya que, y este es el tema más tratado en la cole, el cambio no es aceptado por la sociedad porque esta nunca quiere revisar/actualizar las etiquetas con las que ordena la realidad. Así, Thunderbolts es una cole donde, como las de Lee&Kirby, sus protagonistas luchan contra los prejuicios sociales, los miembros del supergrupo luchan contra una sociedad que no acepta su cambio, por eso también es una lucha rebelde, antisistema, pues los Thunderbolts pretenden con su heroísmo no sólo probar que se han reformado sino pagar el perdón de sus delitos. El heroísmo interesado es posmoderno. Con su lucha contra el Mal buscan que la sociedad les conmute su castigo por los delitos otrora cometidos. Esta es la idea más audaz de la cole. Los Thunderbotls se sienten reformados, luego no van a delinquir más, así que no ven sentido en ir a la cárcel pues ya están reformados. Curiosamente donde Busiek presenta más claramente este pensamiento es en su nº 34 de Vengadores en lo que escribe para mme. Máscara: ella no quiere volver a lo dantes, sabe eso, esa parte de su vida al menos está terminada. No quiere ser una criminal... pero es buscada por la Ley... con razón... y no puede vivir en el mundo normal. Si el supervillano abandona la villanía pero no quiere ir a la cárcel y no puede integrarse, qué? Pero también está el castigo y la indemnización. Esta tensión, donde se pone de manifiesto el carácter parasistema del superpoderoso y que la lucha continua es una de las principales características del héroe, es el motor de la etapa, con lo que la cole cuestiona el hecho de que la cárcel sea la única respuesta social a la delincuencia a pesar de que esta es muy variada. No es lo mismo el delito del villano gótico que el del pobre que se rebela personal y unilateralmente contra el sistema. Para Busiek, parece, la cárcel sólo debe ser inevitable para el asesino. La justicia es sólo castigo-encarcelamiento? se pregunta aquí seguramente sin darse cuenta. Los excriminales sólo pueden indemnizar a la sociedad mediante el castigo y la indemnización? Busiek apunta el trabajo social, pero este debe ser remunerado porque no se puede vivir en la actual sociedad sin dinero...
Pero como hemos dicho Thunderbolts no es puramente posmoderna. Busiek no es posmoderno, aquí es donde más cerca ha estado de serlo, por lo que tiene muchos elementos modernos. Ejemplo de estos son los miembros del supergrupo: Zemo y Arreglador. El 1º, el capitán y creador del mismo, es un supervillano antiguo pues sus características, aristócrata, rico, extranjero (alemán!), feo (en este caso desfigurado), cruel, megalómano y tiránico, son las del villano gótico. Es un Drácula más. El 2º, es un genial mecánico indisciplinado, ambicioso y egoísta, cosas que le hacen chocar con la sociedad de modo que es lógica su villanía. Dentro de la normalidad no tiene sitio. Los 2 no pueden cambiar, volverse buenos, lo refleja la negativa de Zemo a corregir su desfiguración, al proceder de la ficción decimonónica, una época maniquea.
Estos contrastan con sus compas. Piedra Lunar, una mujer de inteligencia superior y gran belleza, según Busiek (originalmente su origen es otro) es huérfana de padre e hija de criados a la que la contradicción entre sus capacidades y sus recompensas sociales de partida la volvieron vanidosa, egoísta y codiciosa, lo que la mueve es obtener lo que los señores de sus padres tenían: riqueza y sirvientes, por eso no tiene suficiente con haber ascendido socialmente, es psiquiatra (la única universitaria del grupo si no contamos a Zemo quien presumiblemente lo es), cosa que la diferencia de la carne de cañón. Escarabajo, un mecánico acomplejado. Atlas, antes de Busiek era un contrabandista buscado en Europa con el guionista antes deso fue un delincuente juvenil hijo de granjeros estadounidenses con demasiada personalidad para ser un lacayo pero sin la inteligencia suficiente para prosperar autónomamente (por eso es el que más identidades ha tenido). Finalmente Mimí Aulladora, una hija de una familia rota de "basura blanca" que huyó siendo adolescente de un padre alcohólico y acabó convirtiéndose en una supervillana al ir a parar a la cárcel injustamente. La diferencia está en que su maldad no es esencial. Piedra Lunar, Escarabajo, Atlas y Mimí Aulladora son supervillanos por ser de familias pobres (obsérvese que ninguno de los Thunderbolts es burgués). Si estos 4 últimos hubieran nacido en familias menos apuradas no habrían acudido a la delincuencia. Es por esto que, a diferencia de Zemo y el Arreglador, pueden cambiar de bando, dejar de ser malos para volverse buenos (si bien en Piedra Lunar no está tan claro pues es el personaje más ambiguo de todos, tiene un pie en cada lado porque es demasiado inteligente para ser normal pero también para creer que el crimen compensa; al ser alguien complejo no tiene lugar en un esquema simple). Los otros 3, al ser posmodernos (aunque los masculinos fueron creados en la modernidad pudieron cambiar por no tener una identidad fuerte), es decir, al venir de una lectura de la realidad más matizada y desprejuiciada, pueden hacerlo pues el mal no es genético como creían los crimonólogos del XIX. Esta división, por tanto, incluye una crítica a la sociedad, cosa generalmente ausente en Marvel desde los tiempos de Shooter. Esto es autoral en Busiek pues el que los esbirros sean víctimas del desigual e injusto reparto de riquezas (para no irnos más lejos leáse la aventura del Imperio Secreto, nº 30 a 32 de esta cole), es una constante en sus cómics presente ya en sus inicios: una historia de complemento del 19º anual de Los Vengadores donde el título con ecos de CF "El día que vinieron los extraños" expone que en el llamado Midwest los vengatas son unos alienígenas porque esa región, la más cara para este guionista, es lo real del mismo modo que el auténtico problema es la injusticia social.
Todo esto es lo que hace especial e importante a Thunderbolts a pesar de que Busiek sólo plantea estas ideas, no se atreve o no quiere ir más allá. Este guionista guionizó la serie como si estuviera escribiendo para mediados de los 80, es decir, se limitó a hacer cómic de superhéroes tradicional, su verdadero deseo. Melodrama, tortura existencial y acción para adolescentes masculinos es lo que hay en cada una de las grapas de su etapa en la cole. Así, desaprovecha la potencialidad de la serie, por ello seguramente esta duró tanto pues difícilmente, si hubiese sido crítica, lo hubiera hecho. Lo que busca el lector de superhéroes es evasión, ni quiere pensar ni quiere realismo. Marvel también quería un cómic tradicional y por eso no apoyó (lo demuestra que hoy Jolt y Carbón lleven años desaparecidos) la genial idea que tuvo Busiek de meter adolescentes en el elenco protagonista (el ejemplo de modernidad más claro de la serie: Jolt es una adolescente huérfana y torturada por supervillanos pero no va a parar a los servicios sociales sino que se convierte en el sidekick del supergrupo) y combinarlos con personajes que estaban ya cerca de cumplir los 40 (Ojo de Halcón, Zemo, Escarabajo, Arreglador y Atlas fueron creados en los primeros 5 años de Marvel; que Busiek los escogiese demuestra lo lejos que estaba de querer hacer algo nuevo). Unos chavales que además "pertenecen" a minorías sociales, nipo- y afroestadounidense. Ej que, al igual que su cole, Busiek es a la vez moderno y posmoderno, tradicional en los guiones pero progresista en las ideas. Si Marvel hubiera potenciado lo adolescente quizás ahora su público no estaría tan sectorializado. Igual no estaría compuesto por una mayoría aplastante de treintañeros masculinos blancos. En ese sentido Thunderbolts preludia a las colecciones que tratan de dirigirse al público adolescente perdido, como la gran Runaways o Avengers Arena, y a las actuales maniobras editoriales (muchas veces espoleadas por el Cine, ya que este se dirige a un público más variado, como demuestra que el futuro Antorcha de los 4F cinematográficos va a ser negro) para crear superhéroes que representen a las mujeres y minorías sociales tradicionalmente infrarrepresentadas en el género superheroico. Un último elemento precursor de Thunderbolts es que es un título que pertenece al subuniverso de Los Vengadores. Mucho antes de que esta serie se hiciese merecedora de la explotation, Busiek ya la estaba explotando.
Así pues, Thunderbolts es una cole posmoderna pero de historias modernas/clásicas que sólo ofrece entretenimiento tanto de forma negativa, es decir, porque Busiek no quiere ir más allá, como positiva, Busiek hace una etapa tremendamente dinámica para los estándares actuales. Cada 6 u 8 nº mete un elemento nuevo que renueva el interés. Así, el guionista jamás se duerme o pretende hacer dormir con los guiones. Por ello una cole voluntariamente mediocre no aburre ni pierde el interés cuando ha perdido la novedad y adquiere la rutina típica de las series regulares: los Thunderbolts siempre queriendo demostrar que se han reformado y librarse del sistema judicial por eso mismo.
Esto tiene su mérito pues a la cole le tocó un primerizo y torpe M. Bagley. Era un momento en que Marvel se había quedado casi sin dibujantes decentes. Aquí Bagley está tremendamente tosco. Por ejemplo es incapaz de alinear correctamente los ojos de los personajes que dibuja. A los que crecimos con Milgrom y otros ya sabíamos que los superhéroes raramente vienen bien dibujados pero eso es una lección que los que se han subido al carro desde los 90 no han aprendido. Así, hoy en día las viñetas de Thunderbolts no son nada gratas a la vista. La cosa no es terrible porque el dibujante es un narrador convencional competente, es lo suficientemente inteligente como para no poner en primer plano sus numerosas limitaciones y torpezas, tiene bastante interiorizado el estilo superheroico, no tiene ni idea de anatomía pero clava las típicas posturitas del género, y recibe un entintamiento muy eficiente que da vigor y contundencia a sus líneas. Así el apartado gráfico resulta peor de lo que es no por su dibujante sino porque la cole se publicó al inicio del coloreado por ordenador de modo que tiene uno bien feo y soso. Tonos apagados, limitada paleta de colores y el abuso del degradado hacen que hoy en día el aspecto de Thunderbolts sea feo. No obstante, a lo largo de la cole Bagley, con el trabajo, en esto es en lo que destaca, y la confianza, va mejorando al sustituir la arista por la curva, recurrir a la referencia fotográfica (principalmente para que Piedra Lunar le quedase sexy y peligrosa) y tomar como maestro al gran A. Davis. Esto, junto con un coloreado más vigoroso, hacen que la cole al final sea decente visualmente. Hubiera resultado la cole mejor con cualquier de los 2 dibujantes que le sustituyen puntualmente, J. Johnson, un dibujante menor pero más agradable que Bagley, y Manco, el mejor dibujante de los 3 con diferencia y un adicto al extinto aerógrafo, que con su estilo tenebrista hubiera encajado bien en la cole pero, sin duda, no habría podido seguir el ritmo mensual, cosa que es lo que se le da mejor a Bagley.
Así pues los 33 nº regulares, 2 de ellos dobles (el 2º de ellos, el 25, es el mejor de esta etapa), los especiales nº -1 y 0 y el anual que conforman la etapa de Busiek y Bagley en Thunderbolts son mediocres, pero el ánimo del segundo y el profundo conocimiento del género y del Universo Marvel del primero hacen la cosa interesante y entretenida. Por ello la marcha del guionista no es algo a lamentar, cosa que ni le quita el mérito de ser el padre de la idea y de establecer las bases de la cole, ni el aplauso por dejar un montón de elementos interesantes a su sucesor. Tremenda su generosidad. Aquel podría haber hecho su trabajo sin necesidad de inventarse nada nuevo gracias a la cantidad de ideas, conceptos y personajes que Busiek dejó como legado. Sin duda esto es una de las razones de que con Nicieza, el relevo, los Thunderbolts tuviesen su mejor etapa, que además fue más larga.
Estos contrastan con sus compas. Piedra Lunar, una mujer de inteligencia superior y gran belleza, según Busiek (originalmente su origen es otro) es huérfana de padre e hija de criados a la que la contradicción entre sus capacidades y sus recompensas sociales de partida la volvieron vanidosa, egoísta y codiciosa, lo que la mueve es obtener lo que los señores de sus padres tenían: riqueza y sirvientes, por eso no tiene suficiente con haber ascendido socialmente, es psiquiatra (la única universitaria del grupo si no contamos a Zemo quien presumiblemente lo es), cosa que la diferencia de la carne de cañón. Escarabajo, un mecánico acomplejado. Atlas, antes de Busiek era un contrabandista buscado en Europa con el guionista antes deso fue un delincuente juvenil hijo de granjeros estadounidenses con demasiada personalidad para ser un lacayo pero sin la inteligencia suficiente para prosperar autónomamente (por eso es el que más identidades ha tenido). Finalmente Mimí Aulladora, una hija de una familia rota de "basura blanca" que huyó siendo adolescente de un padre alcohólico y acabó convirtiéndose en una supervillana al ir a parar a la cárcel injustamente. La diferencia está en que su maldad no es esencial. Piedra Lunar, Escarabajo, Atlas y Mimí Aulladora son supervillanos por ser de familias pobres (obsérvese que ninguno de los Thunderbolts es burgués). Si estos 4 últimos hubieran nacido en familias menos apuradas no habrían acudido a la delincuencia. Es por esto que, a diferencia de Zemo y el Arreglador, pueden cambiar de bando, dejar de ser malos para volverse buenos (si bien en Piedra Lunar no está tan claro pues es el personaje más ambiguo de todos, tiene un pie en cada lado porque es demasiado inteligente para ser normal pero también para creer que el crimen compensa; al ser alguien complejo no tiene lugar en un esquema simple). Los otros 3, al ser posmodernos (aunque los masculinos fueron creados en la modernidad pudieron cambiar por no tener una identidad fuerte), es decir, al venir de una lectura de la realidad más matizada y desprejuiciada, pueden hacerlo pues el mal no es genético como creían los crimonólogos del XIX. Esta división, por tanto, incluye una crítica a la sociedad, cosa generalmente ausente en Marvel desde los tiempos de Shooter. Esto es autoral en Busiek pues el que los esbirros sean víctimas del desigual e injusto reparto de riquezas (para no irnos más lejos leáse la aventura del Imperio Secreto, nº 30 a 32 de esta cole), es una constante en sus cómics presente ya en sus inicios: una historia de complemento del 19º anual de Los Vengadores donde el título con ecos de CF "El día que vinieron los extraños" expone que en el llamado Midwest los vengatas son unos alienígenas porque esa región, la más cara para este guionista, es lo real del mismo modo que el auténtico problema es la injusticia social.
Todo esto es lo que hace especial e importante a Thunderbolts a pesar de que Busiek sólo plantea estas ideas, no se atreve o no quiere ir más allá. Este guionista guionizó la serie como si estuviera escribiendo para mediados de los 80, es decir, se limitó a hacer cómic de superhéroes tradicional, su verdadero deseo. Melodrama, tortura existencial y acción para adolescentes masculinos es lo que hay en cada una de las grapas de su etapa en la cole. Así, desaprovecha la potencialidad de la serie, por ello seguramente esta duró tanto pues difícilmente, si hubiese sido crítica, lo hubiera hecho. Lo que busca el lector de superhéroes es evasión, ni quiere pensar ni quiere realismo. Marvel también quería un cómic tradicional y por eso no apoyó (lo demuestra que hoy Jolt y Carbón lleven años desaparecidos) la genial idea que tuvo Busiek de meter adolescentes en el elenco protagonista (el ejemplo de modernidad más claro de la serie: Jolt es una adolescente huérfana y torturada por supervillanos pero no va a parar a los servicios sociales sino que se convierte en el sidekick del supergrupo) y combinarlos con personajes que estaban ya cerca de cumplir los 40 (Ojo de Halcón, Zemo, Escarabajo, Arreglador y Atlas fueron creados en los primeros 5 años de Marvel; que Busiek los escogiese demuestra lo lejos que estaba de querer hacer algo nuevo). Unos chavales que además "pertenecen" a minorías sociales, nipo- y afroestadounidense. Ej que, al igual que su cole, Busiek es a la vez moderno y posmoderno, tradicional en los guiones pero progresista en las ideas. Si Marvel hubiera potenciado lo adolescente quizás ahora su público no estaría tan sectorializado. Igual no estaría compuesto por una mayoría aplastante de treintañeros masculinos blancos. En ese sentido Thunderbolts preludia a las colecciones que tratan de dirigirse al público adolescente perdido, como la gran Runaways o Avengers Arena, y a las actuales maniobras editoriales (muchas veces espoleadas por el Cine, ya que este se dirige a un público más variado, como demuestra que el futuro Antorcha de los 4F cinematográficos va a ser negro) para crear superhéroes que representen a las mujeres y minorías sociales tradicionalmente infrarrepresentadas en el género superheroico. Un último elemento precursor de Thunderbolts es que es un título que pertenece al subuniverso de Los Vengadores. Mucho antes de que esta serie se hiciese merecedora de la explotation, Busiek ya la estaba explotando.
Así pues, Thunderbolts es una cole posmoderna pero de historias modernas/clásicas que sólo ofrece entretenimiento tanto de forma negativa, es decir, porque Busiek no quiere ir más allá, como positiva, Busiek hace una etapa tremendamente dinámica para los estándares actuales. Cada 6 u 8 nº mete un elemento nuevo que renueva el interés. Así, el guionista jamás se duerme o pretende hacer dormir con los guiones. Por ello una cole voluntariamente mediocre no aburre ni pierde el interés cuando ha perdido la novedad y adquiere la rutina típica de las series regulares: los Thunderbolts siempre queriendo demostrar que se han reformado y librarse del sistema judicial por eso mismo.
Esto tiene su mérito pues a la cole le tocó un primerizo y torpe M. Bagley. Era un momento en que Marvel se había quedado casi sin dibujantes decentes. Aquí Bagley está tremendamente tosco. Por ejemplo es incapaz de alinear correctamente los ojos de los personajes que dibuja. A los que crecimos con Milgrom y otros ya sabíamos que los superhéroes raramente vienen bien dibujados pero eso es una lección que los que se han subido al carro desde los 90 no han aprendido. Así, hoy en día las viñetas de Thunderbolts no son nada gratas a la vista. La cosa no es terrible porque el dibujante es un narrador convencional competente, es lo suficientemente inteligente como para no poner en primer plano sus numerosas limitaciones y torpezas, tiene bastante interiorizado el estilo superheroico, no tiene ni idea de anatomía pero clava las típicas posturitas del género, y recibe un entintamiento muy eficiente que da vigor y contundencia a sus líneas. Así el apartado gráfico resulta peor de lo que es no por su dibujante sino porque la cole se publicó al inicio del coloreado por ordenador de modo que tiene uno bien feo y soso. Tonos apagados, limitada paleta de colores y el abuso del degradado hacen que hoy en día el aspecto de Thunderbolts sea feo. No obstante, a lo largo de la cole Bagley, con el trabajo, en esto es en lo que destaca, y la confianza, va mejorando al sustituir la arista por la curva, recurrir a la referencia fotográfica (principalmente para que Piedra Lunar le quedase sexy y peligrosa) y tomar como maestro al gran A. Davis. Esto, junto con un coloreado más vigoroso, hacen que la cole al final sea decente visualmente. Hubiera resultado la cole mejor con cualquier de los 2 dibujantes que le sustituyen puntualmente, J. Johnson, un dibujante menor pero más agradable que Bagley, y Manco, el mejor dibujante de los 3 con diferencia y un adicto al extinto aerógrafo, que con su estilo tenebrista hubiera encajado bien en la cole pero, sin duda, no habría podido seguir el ritmo mensual, cosa que es lo que se le da mejor a Bagley.
Así pues los 33 nº regulares, 2 de ellos dobles (el 2º de ellos, el 25, es el mejor de esta etapa), los especiales nº -1 y 0 y el anual que conforman la etapa de Busiek y Bagley en Thunderbolts son mediocres, pero el ánimo del segundo y el profundo conocimiento del género y del Universo Marvel del primero hacen la cosa interesante y entretenida. Por ello la marcha del guionista no es algo a lamentar, cosa que ni le quita el mérito de ser el padre de la idea y de establecer las bases de la cole, ni el aplauso por dejar un montón de elementos interesantes a su sucesor. Tremenda su generosidad. Aquel podría haber hecho su trabajo sin necesidad de inventarse nada nuevo gracias a la cantidad de ideas, conceptos y personajes que Busiek dejó como legado. Sin duda esto es una de las razones de que con Nicieza, el relevo, los Thunderbolts tuviesen su mejor etapa, que además fue más larga.
Comentarios
Creo que dejé la colección más o menos cuando Busiek dejó de ser el guionista (¿alrededor del 30?). Recuerdo que por aquel entonces ya se había descubierto el pastel, Ojo de Halcón era el nuevo jefe (lo cual está muy bien, porque me gustaba ese personaje), pero de repente cascaron dos personajes del grupo original y hubo ciertos cambios más que, la verdad, no me gustaron. Leí esos últimos números y los comparé con los primeros y decidí que esos no eran mis Thunderbolts, que me los habían cambiado XD, y dejé de leer la serie.
Curiosamente, me la releo de nuevo cada cierto tiempo, y con mucho gusto.
Busiek está 33 nº regulares y no sale la referencia que dices. Sólo saca antes al Escarabajo, pero al final del nº 33 los Thunderbolts los forman los clásicos más Ojo de Halcón y Carbón. Así que quizás esos cambios sean en los primeros nº de Nicieza. Me suena que Jolt cae dentro de poco.
No debiste ser el único que se marchó con Busiek pues la serie sólo aguantó en grapa 7 meses más. Una pena porque la cosa mejora aunque sí es cierto que se va adulterando poco a poco, pero nunca radicalmente. Eso sólo ocurrirá poco después.
Thunderbolts es mediocre, no podemos decir que es notable, y no está muy bien dibujado, aunque en su momento cantaba menos, pero es muy sólida y dinámica y diferente, por eso ha aguantado muy bien estos 15 años.
Un día me leí en la wikipedia o algún otro sitio cómo había evolucionado la serie después de que yo la dejara y sí, me convencí de que me podía quedar tranquilamente con la etapa inicial de Busiek ;). Igual tiene etapas buenas posteriormente, pero creo que, como con muchas series de televisión, me puedo quedar tranquilamente con la "primera temporada".
de la etapa de busiek me gusta mucho mucho el primer año (más anuales) creo que son doce números (mas o menos)en donde se desarrolla "el plan" de zemo. me da curiosidad saber que hubiera pasado si continuaba un poco más lo de heroes reborn.
lo que siguio me sigue pareciendo cansino, creo que es todo el arco "most wanted", creo que la cosa se normaliza o se estabiliza con la llegada de hawkeye a la colección.
no quiero spoilear pero jolt sigue hasta el final de la etapa nicieza (o del vol uno mejor dicho) pero con charcoal (o carbón que nombre extraño para un héroe afroamericano) marvel tuvo problemas legales muy importantes ya que nació de un concurso de lectores donde tenían que diseñar personajes, el que ganaba era introducido en la colección.
en su momento cuando leí la colección de corrido me pareció que "el final" del personaje era muy apresurado pero cuando leí lo de los problemas legales lo entendí.
saludos.