A mi los Thunderbolts de Busiek y, sobre todo, Nicieza me deslumbraron. Por ello sigo insistiendo en una cole que desde que terminó el volumen I no se ha acercado a lo que me dio este. La vuelta de Busiek y Nicieza al final fue un bluff porque fue de más menos. El revulsivo que ejecutó Ellis en la cole se pasó varios pueblos así que no obtuve en el volumen III lo que yo quería. Con Parker la cosa se ha vuelto bastante tradicional sin ser un refrito y, tras un pobre comienzo, ha experimentado una mejoría desde el anterior tomo. Seguimos lejos de los mejores momentos de este supergrupo, pero al menos un guionista ha redescubierto lo que hace funcionar a Thunderbolts. No obstante la cosa vende poco por lo que o la cosa no aguantará mucho o veremos otro desnaturalización como la perpetrada por Ellis.
Thunderbolts va sobre la posibilidad de redención, mejor, si el Mal es algo innato o adquirido. Por ello tiene que ser una serie dinámica (nadie puede estar redimiéndose durante décadas) y llena de dilemas morales. Por eso fracasó la vuelta de Busiek y Nicieza, la mayoría de los viejos personajes ya no valían, y por eso lo de Ellis no pudo tener continuidad, si los protagonistas son remalos la cole incumple su propia premisa. Parker ha vuelta a ella, seguramente porque esta más libre de las directrices editoriales que sus inmediatos predecesores, pero no ha conseguido que cuaje hasta este tomo pues por fin hay dilemas morales y por fin hay nuevos personajes (pero no sé si durarán mucho) que complementan a los antiguos que ya están bastante gastados. A estas alturas sabemos que Pájaro Cantor y Mach V están redimidos, que Piedra Lunar será siempre una supervillana (más pragmática que mala) y que Fantasma y Juggernaut no dan mucho juego. Por tanto, había que dinamizar el tablero, las ventas lo decían (Thunderbolts está rondando la cancelación). Así, en este tomo se introducen posibles nuevos Thunderbolts que renuevan el interés de la serie (aunque podría haberse buscado supervillanos más conocidos para que atrajasen las miradas de los no compradores). Algo que la cole necesitaba urgentemente porque, sin procesos de redención y con unos supervillanos dominados, era aburrida pues Parker no es más que un guionista del montón aunque tenga su personalidad (inclinación a la Fantasía). Además, en este tomo el crossover Miedo Encarnado impulsa la renovación de la serie pues, aunque las consecuencias están aún por ver, al menos ha proporcionado números entretenidos y el guionista pisa el acelarador, supongo que por intentar salvar la serie (ha hecho lo que le pedía en el anterior tomo: meter vidilla a la cole). Así, ha sido gustoso leer este tomo aunque no pase de decente y no desarrolle todo su potencial pues Parker sigue sin preocuparse mucho por los personajes.
Los dibujantes son los habituales, Walker y Shalvey. El primero se gasta un estilo bastante inglés por lo que no encaja bien en la cole y, además, es un dibujante un tanto gris y el segundo se gasta un estilo sencillo y vulgar. El mejor es Walker porque es bastante competente y se preocupa por la gestualidad, pero ambos no son atractivos por lo que son otro motivo para el escaso interés de la serie junto con la mediocridad de Parker, la ausencia de personajes populares y el aire clasicote.
El tomo, el típico barato de Panini, presenta 8 grapas, pero una de ellas es especial por lo que los autores habituales son auxiliados. Nada vamos a decir sobre eso pues su breve y mediocre colaboración no es reseñable.
Por tanto, este tomo, dentro de la vulgaridad presente en la serie desde que renació allá por el 2005, es de los mejores. El clasicismo de Parker (brevedad, dinamismo, emoción, acción, evolución y uso del extenso armario del UM) y el cumplimiento de la premisa, la razón de que esta sea una de las pocas series de los 90 que aún se publica (seguramente la única), son las causas. Sin embargo un aspecto poco atractivo y la mediocridad de los guiones aguan lo suyo la mejora de la cole, que necesita más bien un relevo autoral (al menos de dibujantes) y una mayor libertad que quizás pase por usar personajes menos sobados como Juggernaut o Power Man.
Thunderbolts va sobre la posibilidad de redención, mejor, si el Mal es algo innato o adquirido. Por ello tiene que ser una serie dinámica (nadie puede estar redimiéndose durante décadas) y llena de dilemas morales. Por eso fracasó la vuelta de Busiek y Nicieza, la mayoría de los viejos personajes ya no valían, y por eso lo de Ellis no pudo tener continuidad, si los protagonistas son remalos la cole incumple su propia premisa. Parker ha vuelta a ella, seguramente porque esta más libre de las directrices editoriales que sus inmediatos predecesores, pero no ha conseguido que cuaje hasta este tomo pues por fin hay dilemas morales y por fin hay nuevos personajes (pero no sé si durarán mucho) que complementan a los antiguos que ya están bastante gastados. A estas alturas sabemos que Pájaro Cantor y Mach V están redimidos, que Piedra Lunar será siempre una supervillana (más pragmática que mala) y que Fantasma y Juggernaut no dan mucho juego. Por tanto, había que dinamizar el tablero, las ventas lo decían (Thunderbolts está rondando la cancelación). Así, en este tomo se introducen posibles nuevos Thunderbolts que renuevan el interés de la serie (aunque podría haberse buscado supervillanos más conocidos para que atrajasen las miradas de los no compradores). Algo que la cole necesitaba urgentemente porque, sin procesos de redención y con unos supervillanos dominados, era aburrida pues Parker no es más que un guionista del montón aunque tenga su personalidad (inclinación a la Fantasía). Además, en este tomo el crossover Miedo Encarnado impulsa la renovación de la serie pues, aunque las consecuencias están aún por ver, al menos ha proporcionado números entretenidos y el guionista pisa el acelarador, supongo que por intentar salvar la serie (ha hecho lo que le pedía en el anterior tomo: meter vidilla a la cole). Así, ha sido gustoso leer este tomo aunque no pase de decente y no desarrolle todo su potencial pues Parker sigue sin preocuparse mucho por los personajes.
Los dibujantes son los habituales, Walker y Shalvey. El primero se gasta un estilo bastante inglés por lo que no encaja bien en la cole y, además, es un dibujante un tanto gris y el segundo se gasta un estilo sencillo y vulgar. El mejor es Walker porque es bastante competente y se preocupa por la gestualidad, pero ambos no son atractivos por lo que son otro motivo para el escaso interés de la serie junto con la mediocridad de Parker, la ausencia de personajes populares y el aire clasicote.
El tomo, el típico barato de Panini, presenta 8 grapas, pero una de ellas es especial por lo que los autores habituales son auxiliados. Nada vamos a decir sobre eso pues su breve y mediocre colaboración no es reseñable.
Por tanto, este tomo, dentro de la vulgaridad presente en la serie desde que renació allá por el 2005, es de los mejores. El clasicismo de Parker (brevedad, dinamismo, emoción, acción, evolución y uso del extenso armario del UM) y el cumplimiento de la premisa, la razón de que esta sea una de las pocas series de los 90 que aún se publica (seguramente la única), son las causas. Sin embargo un aspecto poco atractivo y la mediocridad de los guiones aguan lo suyo la mejora de la cole, que necesita más bien un relevo autoral (al menos de dibujantes) y una mayor libertad que quizás pase por usar personajes menos sobados como Juggernaut o Power Man.
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