Los extraterrestres que me han abducido ahora me están dejando algo de tiempo libre así que vuelvo a parecer por aquí para seguir siendo su ejemplo negativo favorito. Como vuelvo con cosillas algo pasadas, quise hablar de ellas cuando eran actualidad, hablo de memoria. Por lo tanto están de suerte ya que seré breve.
Thunderbolts ha sido la única colección posmoderna que ha aguantado el tipo. Es un gran logro sobre todo teniendo en cuenta que, tras volver de un experimento con gaseosa, la serie es muy mediocre. La vuelta de los viejos guionistas trajeron aburrimiento, la revolución Ellis estupidez y Parker, el guionista actual, mediocridad, si bien del anterior tomo a este la cole ha mejorado. La serie sigue siendo mediocre pero ahora es entretenida a pesar de su fatuidad. Leyendo este tipo de coles uno se pregunta que si merece pagar por ellas cuando no invitan a una relectura. Entretienen pero no dejan huella ni aportan algo nuevo. Es una lectura agradable por su clasicismo sin pretensiones o, bueno, con una, entretener. La serie parece que tiene rumbo, algunos pjs son carismáticos, se profundiza en los pjs y hay aventura pero hay que ofrecer algo más. Más dinamismo, más humor, más imaginación, más algo. Así Parker no anima a seguir pero hay que reconocer que el guionista en este tomo consigue romper la larga racha de decadencia de esta cole.
Hay que ser justos con Parker. La responsabilidad de que la cole no invite a seguirla también es de los dibujantes. Quizás más ya que el cómic sobre todo es visual, sobre todo en Marvel. Walker tiene mucha personalidad pero su dibujo es tosco y hosco. Es un tanto punk de modo que es más apropiado para el estilo británico, 2000AD o cosas así. Su estilo es demasiado opuesto al apolíneo típico del mainstream como para ser dibujante regular de este. Además no es un gran narrador así que sus páginas no atraen, si bien reconozco que tiene talento para los monstruos. En suma Walker no está en su sitio, debería estar en Vertigo o sitios así, por eso su trabajo parece peor de lo que es. Shalvey es más competente en la narrativa y tiene un dibujo sencillo y suelto atractivo pero demasiado funcional para agarrar a los ojos. Así, ninguno aporta algo a las anodinas y previsibles historias de Parker.
Así pues, tenemos aquí uno de los mejores tomos de los Thunderbolts en muchísimo tiempo, pero sus bajas ventas en EE.UU. ya delata que, a pesar de que está por encima de la media, bastante baja en la actualidad, no ofrece gran cosa. Es cierto que series modestas como esta lo tienen crudo en un momento que el apoyo mediático es lo único que mantienen las ventas, de modo que Parker esta logrando una heroicidad manteniendo la cole cada mes, pero también que la mediocridad hay que aderezarla con algo para que tenga sabor y así queramos repetir. Parker le tiene que meter vidilla, no puede ser que una historia tan simple como la de los monstruos gigantes que atacan Japón dure 2 grapas o que el origen de Fantasma sea tan convencional que no haya necesidad de leerlo entero para conocerlo.
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