Soy un rolero empedernido e impenitente. Un ludópata. Así que no puede más que encantarme ver que los legionaros rolean en cada grapa. Es cierto que, con los ojos de hoy, se parece más a lo que es jugar a un juego de rol de ordenador que a la forma tradicional, la única y genuina, pero aun así, me transporta a los días felices del rol. Aquellos días en que era un juego tan popular entre la chiquillería estadounidense que salía en el cine y todo, por ejemplo en ET (es un milagro que Spielberg poseído por Stalin se contentase tan solo con borrar de la peli las pistolas), y que hoy son rememorados en muchas sitcom actuales en sus flashbacks (se ve que muchos guionistas de hoy eran roleros) a los 80, como por ejemplo en "Rockefeller Center" (genial lo del diseño del dungeon, qué recuerdos) o en "Sarah Silverman" (su episodio rolero es maravilloso y entrañable con esos roleros treintañeros que siguen jugando juntos como si el tiempo no hubiese pasado). Aunque con el tiempo he llegado a odiar al D&D, el juego que es jugado en todos estos ejemplos, en todas sus formas y a considerar que no es un juego de rol, el asunto me pone tierno por los recuerdos y también por la candidez de una época donde el rol no estaba socialmente mal considerado. Unos tiempos donde el rol no había sufrido su werthamiazo.
Ya metiéndonos en el cómic en sí, he de decir que estos 4 nº son perfectos y, dada su regularidad, no creo que sea temerario decir que los que aun faltan lo serán también. Pero no perfectos en plan obras geniales y brillantes. "La Legión de Superhéroes" de los 80 no es un cómic como "Watchmen" o "Born Again". No es perfecto en el sentido de que cambia tu vida para siempre y hace que todo lo que venga después sepa a ceniza. No es perfecto por eso. Lo es porque esta hecho de forma inmejorable, pues tiene todo lo que debería tener toda grapa del género siendo, por tanto, una de los mejores ejemplos de porque los 80 fueron la Edad de Oro del género en cuanto a calidad.
Estos comics no los había leído hasta ahora, pero eso no evita que me pregunte porque hoy se piensa que la forma de entender el género de los 80 no es ya válida. Estos comics son estupendos, no les falta nada, entretienen y enganchan sin trucos arteros y sin insultar la inteligencia. Estos y otros comics coetáneos deberían ser un referente hoy, no entiendo por qué no lo son. Yo particularmente encuentro en "La Legión de Superhéroes" todos los elementos del género que me gustan: un grupo, mucha CF pop, culebroneo, dinamismo y un scope amplísimo y tengo la suerte de que, al estar estos elementos excelentemente llevados, esta serie es entretenidísima, regular, notable, simpática, interesante y magistral.
Levitz hace un trabajo maravilloso a los guiones. En vez de caer sepultado, como los guionistas de hoy, bajo la continuidad y un universo de ficción vastísimo, los utiliza a su favor. Cosa imprescindible en este caso, ya que uno de los puntos fuertes del subuniverso de La Legión es que esta lleno de elementos de la CF de los 60, 70 y 80, lo que le proporciona tal riqueza que le permite tener mucha varierad temática y argumental, de forma que nunca aburre ya que es imposible enrocarse en un mismo tipo de historias. Creo que aquí esta la explicación del porqué las posteriores encarnaciones legionarias no hayan cuajado, ya que estas han renunciado a todo eso al considerarlo obsoleto. Otro elemento que esta en la base de la perfección de estos comics es lo bien que trata Levitz el aspecto de CF, fundamental en un cómic ambientado en el futuro. Gracias a lo anterior, Levitz se monta unos guiones frescos y ricos donde caben todo tipo de historias y de ambientaciones que son el escenario de la verdadera historia de La Legión, su slice of live. Lo importante de la serie son los pjs y por eso es una seria atípica. Aquí transcurre el tiempo, los pjs cambian, se casan, rompen, se van, vuelven... Todo ello con el típico toque melodramático heredado de S. Lee que era omnipresente en aquella época, por eso tenemos amores no correspondidos, amores trágicos, triángulos, dudas, en fin, todos los elementos de una soap opera. Esto también lo hace Levitz de forma magistral, ya que caracteriza a los pjs y los hace interactuar de forma inmejorable (recuerda lejanamente a la telerrealidad por su tensión emocional, sus nominaciones, expulsiones, votaciones...) de modo que dan la sensación de ser un grupo además de ser pjs sólidos con luces y sombras, eso sí estas últimas pocas, que estamos al principio de los 80. De este modo, gracias al estupendo y magistral trabajo de Levitz, en los nº suceden un montón de cosas, sin que se desaproveche nada o se despache las tramas rápidamente, de forma dinámica y muy fluida engarzando muy bien las historias pasando, con sutilidad, de subtramas a tramas preludiando, por tanto, la forma con que se hacen las cosas hoy, es decir, contando varias historias a la vez aprovechando la cualidad coral de la serie. Así, el trabajo de Levitz es irreprochable y un must have. El único pero que se le puede poner es que La Legión ha perdido ese espíritu rebelde y juvenil que dicen tener, pues en esta serie sus miembros han dejado su rebeldía juvenil para convertirse en una institución que perpetua el status quo que ellos quisieron cambiar para mejor. Levitz heredó una Legión aburguesada y, de momento, no ha hecho nada por cambiarlo. Aunque si bien es cierto que esto es un cómic pop, industrial y comercial, luego muy rebelde no puede ser y dudo yo que, por lo menos en los 60, fuese realmente rebelde y alternativo. Esto es el punto flaco de la serie pues, como no puede cumplir su premisa, es incoherente. Esta incongruencia la resolvió mejor Waid en la última encarnación que hemos visto aquí.
Giffen es el principal dibujante de estos nº y, aunque es tosco, hace un trabajo brillante. Su estilo es el predominante en los primeros 80, un estilo heredado de N. Adams. El estilo sintético canónico del género pero más realista y apolíneo. Con él Giffen, a pesar de no ser el estilo que prefiere, construye un sólido soporte visual a los ricos guiones de Levitz. Es tosco y se le dan mejor los escenarios que las personas, pero como puede dibujar cualquier cosa (imprescindible para un cómic donde cabe cualquier cosa, desde magia a CF dura), es bueno con la gestualidad, es un inquieto artista (cita a Miguel Ángel por ejemplo) y, compone las viñetas con mucho sentido estético y, sobre todo, es un narrador excelente, uno de los mejores, gracias a lo anterior, pues eso le permite utilizar muchos recursos narrativos y explotar la composición de página al máximo. De este modo, aunque el aspecto de su trabajo es meramente funcional, los aspectos más macro (secuencialidad, composición de página, etc.) son absolutamente geniales, de este modo quedan cubiertas sus carencias y vehiculizados visualmente de forma magistral los guiones de Levitz haciendo, con ello, que las historias se lean con deleite.
Como voy coleccionando esta estupenda serie de forma muy lenta, no puedo destacar historias de los 2 1º tomos pues los leí hace ya meses. Aunque no puedo olvidar La Saga de la Oscuridad, que es una saga de estas de amenaza cósmica. Es muy clasicota, nada nuevo bajo el sol, pero esta contada con tal maestría, que los tópicos y clichés no se notan. En el tomo nº3 destaca el nº 301, una historia centrada en Camaleón fresca y singular y ejemplo perfecto de la riqueza de ambientes, temas y registros que Levitz encontraba en La Legión. En el 4º me ha gustado especialmente el 306, seguramente el mejor de Giffen hasta el momento. Paradójicamente no es el dibujante principal, pero las páginas que hace son una auténtica obra maestra minimalista que puede mirar de tu a tu a las de Miller. Abracadabrante como la economía de medios típica de Giffen (uno de los mejores autores del mainstream de todos los tiempos) produce un fabuloso resultado demostrando que la sobriedad no esta reñida con la variedad y que lo fundamental no esta en dibujar bien y realisticamente las figuras. En este nº Giffen narra un diálogo de forma rica, fluida, fresca, expresiva, muy moderna y manierista, creando, así, una auténtica POM.
Es obligado hablar de la edición de PDA. A mi no me pare mal. El tamaño reducido, en este caso, no es un atentado porque el dibujo de Giffen no pierde con la reducción (probablemente le favorezca) al ser sencillo, claro y funcional. El color es el maravilloso color plano y expresionista de los 80 por lo que la reducción tampoco lo afecta. En cuento al formato, el tomo es aceptable para los tiempos de hoy. Lo ideal sería la grapa y disfrutar viendo como se va desarrollando las tramas mensualmente y especulando sobre ellas, pero eso es inviable hoy, no sólo en España, de modo que tomos de unas 200 páginas son aceptables (creo que ese es el límite, más páginas lo que hacen es perjudicar más que favorecer, sobre todo al material antiguo). En cuanto a la reproducción en general esta bien. Lo peor parado son las portadas (por cierto, intercaladas), pero como es un tomo, no es importante. En cuanto a las grapas, en cada tomo suele venir una entera de mala calidad más alguna página sueltas en otras. Esta mala calidad me parece asumible dada la antigüedad del material, que ha hecho que en muchas ocasiones el material de reproducción haya sido una grapa y no los originales, y que esto es una edición de batalla. Todos estos nº tienen más de 25 años y en su momento no fueron considerados tan importantes como para ser guardados, así que de aquellas aguas, estos lodos. Sólo el nº 304 (tomo 4º) tiene una calidad pésima tal, que jamás se debería haber impreso. No sólo es que tenga menos nitidez y los colores estén quemados, es que esta sucio y las 2 caras están empastadas. Si bien es cierto que el resto del tomo esta perfecto. Pero hace pensar que quizás PDA no debería haberse apresurado tanto con la edición de esta cole, sobre todo, viendo este desolador 2010. Ya sabemos que les cegó la ambición y la avaricia y que nosotros nos comportamos como unas guarras demostrando que nos valía cualquier cosa, lo mismo un misionero que una sodomización, pero también hay que tener en cuenta que el UDC no tiene mucho predicamento por aquí y que, seguramente, era ese momento o nunca. Si se hubiera pospuesto, este año saldría? Creo que no. Por último la rotulación. Empezó mal con esas i con serifas, que parece que no pero que dificultan la lectura pasado un rato. Las i con serifas no molestan en un guión de Bendis, pero cuando hay mucha lectura (y esto es un tomo a base de grapas de los 80) es una tortura. Lo demuestra claramente que estas desaparezcan a partir del 3º tomo, aunque la rotulación sigue siendo igual de funcional, nada de cursivas y negritas. Pero bueno, yo me inicié en esto con la rotulación mecánica. Por eso, al menos estos 4 tomos, por 10€, a pesar de sus fallos, me parecen una compra aceptable.
Así pues estos 4 tomos de La Legión son unos grandes cómics de género, muy bien hechos gracias al compenetrado y regular (en el sentido de que nunca decae el nivel) trabajo de sus autores, la pericia escritora de Levitz y la brillantez narrativa de Giffen, donde destacan su coralidad (siempre vas a encontrar a un par de legionarios que te gusten) y la riqueza argumental de sus historias. De este modo estos 4 tomos son una lectura interesante, fresca, entretenida y grata. Pocas cosas hay ahora en el mercado tan sólidas, regulares y magistrales. Si te gusta el género esto deberías procurar no saltártelo.
Comentarios
saludos majete. a ver si podemos concretar para jugar una partida como hablamos
te seguiré leyendo
Respecto a lo que comentas sobre el por qué actualmente no se hacen este tipo de cómic supongo que los motivos son variados pero creo que los principales son un empobrecimiento argumental absoluto más allá de la autoreferencia que provoca el estiramiento artificial de las historias (el descompressive famoso) auspiciado tanto por ignorancia de los autores en muchos casos como por la búsqueda de un beneficio comercial inmediato que castiga la innovación y una simplificación de la narración gráfica que abusa demasiado de los referentes cinematográfico. Todo ello ha provocado una progresiva degeneración de un género que realmente es el único que ha nacido y se ha desarrollado dentro del medio.
Impacientes Saludos.
Yo a eso añadiría, PAblo, la megalomanía de los guionistas actuales que les ha llevado a ponerse delante de editoriales, pjs, colecciones y aficionados y a mirar fuera, es decir, intentar llamar la atención del Hollywood.
Cuando las coles son consideradas un medio y no un fin todo se viene abajo.
Más que megalomania diría que miopia. Sin embargo, no creo que sea un problema achacable únicamente a los guionistas también de los editores que buscaron exportar (más allá de lo bien o mal que lo hagan) talentos del ámbito cinematográfico y televisivo antes que dar oportunidades a jóvenes y a veteranos del medio que conociesen el material que tienen entre manos y al de los ejecutivos de las editoriales participadas por las grandes industrias cinematográficas que consideran los cómics únicamente como un banco de pruebas para luego explotar las licencias cinematográficas.
Para megalomanos muchos dibujantes que sólo buscan su lucimiento personal antes de ponerse al servicio de las historias que están contando.
Impacientes Saludos.
En cuanto a lo de los dibujantes, tienes razón, pero su megalomanía no busca que Hollywood le compre derechos de sus historias o le contrate. Va por otros derroteros muy ligados a como entienden en EE.UU. el mainstream, así que lo perdono aunque, claro, no me gusta.